Inclusión femenina en el mercado legal chileno

 
Por Idealis Reports.
Introducción por María del Carmen Coeymans Z.*
 
Literatura en torno a la inclusión de la mujer en el ámbito laboral hay para regodearse. De la participación de las abogadas en el competitivo y sofisticado mundo de los estudios jurídicos, hay información suficiente para, al menos, incomodarse y cambiar de postura en la silla.
 
Quizás, lo que más escandaliza es la solemne indiferencia con que suelen responderse preguntas del tipo: ¿Cuántas abogadas hay en su estudio? ¿Tiene su oficina políticas de inclusión de mujeres? ¿Cuáles son los mayores obstáculos para que las abogadas escalen profesionalmente dentro de una organización? Y así, sume y siga, todas las derivadas que su imaginación pueda crear. Las preguntas, insisto, que pocos quieren y saben contestar.
 
En 2011, Adimark GfK publicó un primer informe sobre la situación de las abogadas chilenas en los estudios jurídicos. Algunas de sus conclusiones deben ser escalofriantes para quienes luchan por la causa femenina desde todos los frentes. Tiendo a pensar que para los abogados, y para las abogadas en especial, esas conclusiones no sorprenden en lo más mínimo, y son sencillamente, la constatación de un hecho que es preferible guardar en el cajón de lo indeseable.
 
¿Quién tiene el cascabel de este gato? Difícil de determinar, sobre todo en un círculo profesional pequeño, políticamente correcto y donde las corbatas relucen más que los zapatos de taco alto. Las buenas intenciones de algunos pueden quedar aplastadas debajo de los números que es posible sacar a la luz con los datos que entrega el mercado.
 
Idealis Reports recabó, de forma simple y sintética, información dura respecto a la participación actual de las mujeres en el ámbito de los estudios jurídicos y las fiscalías en Chile. Antes de leer estas cifras, es esencial recordar que el número de abogados hombres y mujeres que egresa de las universidades chilenas, es prácticamente equivalente.
 
A partir de una muestra de 59 estudios (que considera casi 2000 abogados) y 1272 abogados que trabajan en fiscalías, es posible tener un panorama general y tímidamente alentador, al menos para los optimistas.
 
La invitación es a mirar, reflexionar y remover un poco la confortable apatía de un mercado al que todavía le falta mucho por crecer en materia de igualdad de género. Como mínimo, lo habremos intentado.
 

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