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jueves, 28 de marzo de 2024

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¿Quién es dueño del tatuaje? La disputa de derechos de autor sobre el lienzo

Los deportistas comienzan a ser recreados digitalmente en sagas de videojuegos como FIFA y NFL, y la evolución de la tecnología hace cada vez más fácil afinar los detalles de los cuerpos de los jugadores. Sin embargo, esto trae nuevos puntos de conflicto. En un reportaje del New York Times se aborda el problema de la titularidad del Copyright de los tatuajes que llevan los atletas en los videjuegos.

- 10 enero, 2019

Javier González/Sofía Martin/Álvaro Vergara

En el reportaje titulado “Athletes Don’t Own Their Tattoos. That’s a Problem for Video Game Developers”, escrito por Jason M. Bailey para The New York Times, se aborda toda la problemática relativa a los derechos de autor de lo tatuajes de atletas y celebridades en videojuegos.

El texto parte apreciando a LeBron James corriendo a través de la cancha de básquetbol. Él deja ver que es un atleta trascendente y un prominente lienzo de docenas de tatuajes. El nombre de su madre, Gloria, descansa en la punta de su hombro derecho y sus antebrazos llevan un retrato de su hijo LeBron Junior y el número 330, el código postal de su pueblo natal, Akron, Ohio, Estado Unidos.

A pesar de que estos tatuajes tienen significados personales, pueden no ser realmente suyos.

Cualquier ilustración creativa “plasmada en un medio tangible” puede ser registrada bajo derechos de autor, y de acuerdo a la Oficina de Copyright de Estados Unidos, incluye la tinta que se muestra en la piel de otra persona. Lo que mucha gente no se da cuenta, dicen los expertos legales que hablaron con The New York Times, es que los derechos de autor de la obra son inherentemente propiedad del tatuador, no la persona con los tatuajes.

Para la mayor parte de la gente, esto no es una preocupación. Abogados generalmente aceptan que un acuerdo implícito permite a la gente mostrar libremente sus tatuajes en público, incluyendo en programas de televisión o en portadas de revistas. Pero cuando los tatuajes son digitalmente recreados en los avatares de videojuegos, las infracciones de derechos de autor pueden llegar a ser un problema.

“Los videojuegos son completamente un área nuevo” dijo Michael Kahn a The New York Times, un abogado de derechos de autor que representó al diseñador del tatuaje de la cara de Mike Tyson. “Es LeBron James, pero no es LeBron James. Es una caricatura de él”.

Electronic Arts afrontó una demanda por infracción de derechos de autor después que la portada del juego NFL Street incluyera una ilustración del corredor Ricky Williams y algunos de sus tatuajes, pero el artista retiró la demanda en 2013. Los voceros de la compañía no emitieron comentarios.

Las uniones de jugadores, muchas de las cuales otorgan licencias a los editores de videojuegos, y agentes de deportes han advertido a los atletas que deben asegurar sus licenciamientos antes de que se tatúen. Los artistas tienen un incentivo para firmar en vez de dejar pasar a un cliente que puede ser un espacio publicitario para su trabajo.

Gotti Flores le dijo a The New York Times que ha pasado al menos 40 horas tatuando al receptor de la NFL Mike Evans, uno de los pocos jugadores con tatuajes en Madden. Estaba sorprendido de que tuviera que darle un permiso para que su trabajo fuera reproducido en el juego, dijo.

“La verdad es que ni siquiera me importa” dijo Flores, quien firmó una carta que solicitaba la renuncia al pago de sus derechos de autor. “Fue genial tener mis tatuajes ahí”.

Pero no todos los licenciamientos de tatuajes ocurren de forma tan amigable.

Al menos tres demandas han sido interpuestas en contra de Take-Two Interactive, un desarrollador y editor de juegos, y una sucursal, 2K Games. Un fallo de un tribunal federal en cualquiera de los casos podría tener un efecto dominó entre los videojuegos deportivos, que enfatizan el realismo.

La compañía Solid Oak Sketches obtuvo los derechos de autor de 5 tatuajes en tres jugadores de básquetbol — incluyendo el retrato y el código postal de LeBron James — antes de demandar en 2016, porque ellos lo usaron en la serie de NBA 2K. El año siguiente, un artista demandó por infracción de derechos de autor por el tatuaje de Gloria en el hombro de LeBron, además de otros que fueron incluidos en la misma franquicia. Y en abril, otro artista demandó porque los tatuajes que le había realizado al luchador Randy Orton habían sido incluidos en varias itineraciones de WWE 2K.

Shawn Rome y Justin Wright, dos de los tres tatuadores que licenciaron su trabajo con Solid Oak, le dijeron a The New york Times que ellos habían sido engañados por su fundador, Matthew Siegler, y nunca quisieron demandar. El se acercó a ellos con el plan para incorporar sus diseños de tatuajes en una linea de ropa, dijeron, pero nunca se llegó a concretar.

“El está cazando furtivamente artistas” dijo Rome a The New York Times.

Antes de interponer la demanda, Solid Oak demandó un pago de US$819,500 por infracciones pasadas y propusieron un acuerdo de US$1.14 millones por uso futuro de sus tatuajes.

El abogado de de Matthew Siegler, Darren Heitner, le dijo a The New York Times que Take-Two usó los derechos de autor sin permiso, y Siegler quería ser justamente compensado por eso. Peter Welch, abogado general asociado de Take-Two, dijo que no podía comentar sobre los litigios pendientes. Una portavoz de 2K Games dijo que no comenta sobre asuntos legales. Siegler no emitió comentarios.

La demanda de Solid Oak equivale a un arrastre de acciones y derechos de autor, dijo un profesor de derecho, Christopher Jon Sprigman a The New York Times, que enseña sobre propiedad intelectual en la Universidad de Nueva York.

No deberían permitir decirle a LeBron James que no puede hacer tratos sobre el licenciamiento de su semejanza” dijo. “La capacidad de cualquiera de hacer eso es un elemento primordial de su libertad personal”.

Take-Two ha argumentado en los documentos de la corte que los tatuajes de Solid Oak se ven en pocas ocasiones, de forma rápida y sucia en los juegos de la NBA 2K, pero el juez rechazó una moción de despido en marzo.

Un veredicto para cualquiera de las partes establecería un importante precedente sobre cómo el propietario de los derechos de autor de un tatuaje puede imponerlo, dijo Yolanda King a The New York Times, profesora asociada de derecho en la Northern Illinois University que ha estudiado el tema en gran medida.

Sin embargo, determinar los daños reales es difícil en los casos de derechos de autor. En una demanda contra el desarrollador y editor del juego THQ, que se disolvió en 2013, un tatuador demandó un pago de US$4.16 millones después de que su tatuaje se usara en los juegos de UFC Undisputed. Un juez de la corte de bancarrota decidió que el tatuaje, un león en el lado derecho del luchador Carlos Condit, tenía un valor de US$22.500 y las partes llegaron a un acuerdo confidencial.

Si bien las compañías de videojuegos ya pagan por la licencia de música con derechos de autor, es posible que quieran evitar el costo — así como la carga logística — de negociar con cientos de artistas los derechos de sus tatuajes.

“Desde una perspectiva empresarial, sería más factible eliminarlos del juego o poner algún tipo de diseño en el dominio público de sus cuerpos”, dijo el Profesor King a The New York Times.

Eso sería un alejamiento de la misión de editores como 2K Games, que ha tratado de replicar a los jugadores de baloncesto tanto como los uniformes, los libros de jugadas y las arenas de sus equipos.

“Mis tatuajes son parte de mi persona e identidad”, escribió LeBron James en una declaración de apoyo para Take-Two y 2K Games. “Si no me muestran mis tatuajes, no sería realmente una representación de mí”.

Requisito básico: el consentimiento

En Idealex.press consultamos a especialistas latinoamericanos sobre el tema para conocer cómo funciona la legislación en estos casos.

María José Arancibia, abogada chilena especialista en propiedad intelectual explica que “el cuerpo actúa como el lienzo, y el artista -en este caso el tatuador- realiza su obra de arte en este lienzo. Una vez plasmada la obra en el cuerpo, la autoría es del tatuador. Es más, hay algunos que tienen su propio estilo, eso los hace más reconocidos dentro del medio”.

Arancibia añade que, “en el medio puede ser poco usual que se firme una cesión o una autorización de uso, pero para estos casos resulta sumamente útil para evitar problemas futuros cuando se trata de personas famosas, en especial cuando dichos tatuajes pasan a ser parte de su imagen y basta ver el tatuaje para saber de quién es”.

Por otro lado, Piero Calderón, abogado peruano dedicado a temas relacionados con derechos de autor, comenta que cuando un autor hace una obra artística, la disponibilidad de esa obra se tiene que pactar. “Un autor puede decir yo te hago el tatuaje y tú puedes hacer la explotación que quieras, sin consulta previa”, dice Calderón.

En cambio, si no se ha pactado, lo que se entiende es que solamente se ha autorizado para las actividades habituales. “Por ejemplo, si eres un jugador de fútbol tatuado puedes ir perfectamente a jugar fútbol sin que nadie te reclame por derechos de autor. Ahora, si tu autorizas el uso de tu imagen con fines comerciales, ahí si necesitas el permiso del autor”, aclara.

Explica que para concretar el pacto se firma un contrato de cesión de derechos de autor, donde el autor puede disponer todos sus derechos en favor del tatuado o limitarlo a ciertos usos. “Puede ser gratuito u remunerado, eso dependerá de las voluntades de ambas partes. Además, no es necesario que el pacto se haga desde un inicio, sino cuando las partes lo decidan”, dice Calderón.

 
Éste es un extracto traducido del artículo “Game Makers Can License Players’ Likenesses, but What About the Tattoos?”, escrito por Jason M. Bailey, publicado el 28 de diciembre en The New York Times y cuya versión digital se tituló “Athletes Don’t Own Their Tattoos. That’s a Problem for Video Game Developers“. Si quieres leer el reportaje original en inglés, haz clic aquí.

 
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