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lunes, 20 de mayo de 2024

estudios jurídicos

Office housework y glamour work: mujeres socias en EEUU no llegan al 25%

Habría una presunción no escrita de que si un cliente necesita atención inmediata, un asociado hombre tendrá mayor disposición a trabajar hasta tarde o un fin de semana, lo que atenta en contra de las asociadas mujeres, pues ellas nunca tendrán la oportunidad de probarse a sí mismas y a los demás que pueden manejar casos de alto perfil y bien valorados.

- 20 septiembre, 2022

Marianne Robak, litigante de Houston (EEUU), publicó en Bloomberg Law una columna sobre los obstáculos a que se enfrentan las mujeres abogadas cuando quieren lograr ser socias de los estudios jurídicos en los que trabajan.

Entre ellas, menciona la exigencia de excesivas horas de trabajo —que se suman a las responsabilidades parentales— y la tendencia de las jerarquías a entregar a las asociadas oportunidades de bajo perfil. Si no se toman medidas en las firmas, tendrán problemas para retener el talento femenino, advierte.

Robak —quien lleva juicios hace 17 años— se acaba de unir a Shackelford, Bowen, McKinley & Norton LLP, donde se dedica a conflictos de negocios y comerciales, banca, deberes fiduciarios; en materias de incumplimiento contractual, transferencias fraudulentas, conflictos entre socios, fraude bancario, infracciones a secreto comercial, entre otras.

De acuerdo a encuestas, muchas mujeres talentosas abandonarían la profesión antes de llegar a ser elegibles como socias. “La tendencia de que las mujeres vayan sufriendo un significativo desgaste, a medida que van avanzando en sus carreras profesionales en las firmas, persiste, a pesar de pequeñas mejoras en la representación femenina a niveles de socios, en los últimos 15 años”, ha reportado la National Association of Women Lawyers, escribe la autora.

Las mujeres socias en EEUU constituyen un tercio de los “nonequity partners” y menos de un cuarto de los socios que reciben utilidades.

Sin importar la inmensa cantidad de debates sobre mejoramiento en la igualdad de género en la profesión, no ha habido grandes cambios en los números, lo cual sugiere una cesión por parte de las mujeres que no es distinta de la que ha ha habido históricamente, pero que se ha flexibilizado.

Las responsabilidades familiares

Marianne Robak hace énfasis en que está comprometida con su carrera, pero que también los está con su rol de madre y cuán importante es para ella estar a la hora de la cena, en los juegos o recitales de los niños; incompatible con una vida laboral de 12 horas o más, indispensable en la cultura de las horas facturables, con la excepción de cuando se está en un juicio, en que dedicar largas horas es absolutamente necesario.

Aunque eligió trabajar en estudios jurídicos que valoraran el equilibrio entre vida y trabajo, le tocó más tiempo —dice— que a sus colegas hombres avanzar. “Me las arreglé para trabajar a mi manera, enfocándome en la calidad, la atención a los detalles y mi tasa de éxitos en tribunales, más que en tener la más alta facturación”.

Pero no todas las mujeres que quieren ser socias en EEUU tienen esa opción: “Un estudio muestra que cerca de 3.000 profesionales legales creen que el conflicto trabajo-familia fue el factor principal que empujó a las mujeres de la industria a considerar otra línea de trabajo”.

Recently, a different survey found that “most women quit big firms over culture, not family.” But that was a small, non-weighted survey of 199 respondents, and even so, more than 80% of respondents cited lack of flexibility or work-life balance.

Tanto las mujeres como los hombres quieren tiempo para su familia, pero lo más frecuente es que éstos sienta una presión en contra de tomar el permiso parental o tener horarios más flexibles. Incluso algunos son castigados con el despido o son degradados por priorizar la familia, añade. Mientras las empresas continúen esperando que los hombres estén disponibles día y noche, serán las mujeres quienes seguirán recargadas con responsabilidades del cuidado del hogar.

Sesgo de delegación

Muy a menudo existe una presunción no escrita de que si un cliente necesita atención inmediata, un asociado hombre tendrá mayor disposición a trabajar hasta tarde o un fin de semana. Y que la firma mantenga ese tipo de decisiones de manera inconsciente atenta en contra de sus asociadas mujeres, el resultado será que ellas nunca tendrán la oportunidad de probarse a sí mismas y a los demás que pueden manejar casos de alto perfil y bien valorados.

Sería el dilema clásico —y común en distintas industrias— que enfrenta a las mujeres entre los llamados “office housework” y “glamour work”, donde siempre sale ganando el trabajo menos llamativo, el que, en lo legal sería aplicable especialmente a los litigantes. Un reporte de la American Bar Association encontró que “las mujeres continúan siendo alarmantemente subrepresentadas en los juicios y, en especial, en los espacios de litigación compleja”.

La ex presidenta de la ABA Paulette Brown ha contado la historia de un litigante de su firma que necesitaba a alguien que lo ayudara en un caso y acudió a todos los hombres, luego a todas las mujeres, antes de —por último— llegar a ella, de piel negra.

 
Esta nota es un extracto traducido al castellano de la columna escrita por Marianne G. Robak, titulada “Why Law Firm Partnership Is More Challenging for Women“, publicada el 30 de agosto de 2022 en Bloomberg Law.

 
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