La anciana de ojos celestes

Es brutal ese momento en que te das cuenta de que te has equivocado. Vemos los defectos propios y ajenos, individuales y colectivos, locales e internacionales. Somos un equipo de trabajo que no le hace asco a la autocrítica, a la risa burlona, a las bromas pesadas y a las confesiones.

Y en toda esta ensalada de formaciones, culturas, historias, expectativas y emociones es donde funcionamos. Es lo que somos. Y nos gusta.

Sin embargo, la realidad nos golpea. En un alarde de imprevisión, a nosotros, los librepensadores, los demócratas, los liberales, los inclusivos, los progre… se nos acusa de ser racistas.

Mientras un escalofrío nos recorre, tras la constatación del error, el miedo es superado sólo por la sensación de ¡qué tontería! así que éstos son los sesgos de los que tanto hablamos, criticamos, reporteamos y nos hemos sentido libres.

Porque todæs tenemos prejuicios, pero a medida que maduramos nos los vamos sacudiendo y nos vamos liberando de esos velos y esas anteojeras que nos hacían captar sólo una parte del mundo. De entender muy poco, ahora comprendemos más. De ver muy poco, ahora vemos más. De sentir violenta e intensamente, hemos pasado a respirar, esperar, acordar, perdonar.

Pero los sesgos cognitivos van más allá de los prejuicios. Operan a un nivel tan profundo que no sabemos que los tenemos. Y por eso es tan importante buscarlos, detectarlos, conocerlos.

Y, como en una cantinela que no tiene fin: ¿por qué nos ha de importar a los abogadæs y a quienes trabajamos en el ecosistema jurídico? Porque de nosotros depende la realización o la omisión de una multiplicidad de valores humanos. Porque no existe aspecto de la vida en sociedad que no esté íntimamente vinculado con el Derecho. Porque si en la ley y en la justicia [y en cualquiera de sus anexos y complementos] operan esos sesgos, un ser humano perderá un derecho o una oportunidad que le correspondía.

Para entender el título de este artículo editorial, debes ir a la parte final de este video sobre justicia restaurativa —que fue nuestro primer trabajo de animación, en 2018— y después seguir leyendo.

Aquí va transcrito parte de lo que le respondimos a quien acertadamente reclamó y la historia te debería cuadrar.

«Nos preocupamos mucho de los estereotipos y tratamos conscientemente de no caer en ellos, pero está claro que nos enfocamos en la diversidad de género, en la pluralidad política, en el acceso a las oportunidades y al conocimiento, en el lenguaje claro, pero fallamos en el filtro de la raza.

Y se nos pasó, justamente porque para nosotros no es tema. Pero entendimos que es ahí donde operan esos sesgos que son históricos y que nos fueron transmitidos tan profundamente, que 4 profesionales de distintos géneros y edades revisamos el video antes de publicarlo y no fuimos capaces de ver que habíamos puesto a una anciana blanca de ojos celestes como la víctima; al agresor, de tez y pelo oscuro; y al defensor, de piel más clara y pelo castaño. En el equipo descendemos de diversas etnias indígenas, así como también tenemos abuelos árabes, españoles y hebreos.

Hemos decidido hacer un nuevo video sobre justicia restaurativa, que incluya las últimas tendencias y experiencias. Cuando tengamos ese material, que sabemos útil en su dimensión informativa, bajaremos este video».

 
Sofía Martin Leyton
Directora
Idealex.press