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Uma Musume: ¿tienen los caballos derechos de imagen?
El caso que gira en torno a la franquicia de «chicas caballos» ha causado una conversación entre los seguidores de la franquicia, artistas y fans de la cultura japonesa, respecto de la libertad de expresión de los creadores y los límites de los derechos de autor.
17 julio, 2024
-Hace algunas semanas la compañía de juegos móviles japonesa Cygames anunció la próxima llegada a occidente de Uma Musume: Pretty Derby. La obra se estrenó por primera vez para iOS y Android el 24 de febrero de 2021, en Japón. El juego forma parte de la franquicia Uma Musume, que cuenta con trabajos de diversa naturaleza, como una serie de anime, producida por P.A. Works, cuya primera temporada se emitió de abril a junio de 2018.
El juego y otras obras derivadas del mismo se centran en las aventuras de «chicas caballos», las cuales tiene aspecto humano, pero tienen orejas y cola del animal. El atractivo del diseño es que el de las protagonistas están inspiradas y tienen los nombres de caballos de carrera reales, incluyendo varios que se encuentran en el Japan Racing Association Hall of Fame.
Caballos conocidos en el mundo de la equitación japonesa como Oguri Cap y Mejiro McQueen son representados en la obra en la forma de mujeres jóvenes. Los caballos tienen dueños, quienes son los que otorgan los permisos para que Cygames pueda usar sus nombres y el juego pueda promocionarse con la colaboración oficial de los equipos de carrera ecuestre de Japón.
Desde 2018 y nuevamente en 2024, con el anuncio de que la serie llegaría a occidente, representantes de Cygames han hecho advertencias relativas a obras “fanart” u otros trabajos derivados: “Esta serie presenta muchos personajes basados en caballos de carreras reales, por lo que están estrictamente prohibidas las expresiones que dañen gravemente la imagen de los caballos de carreras o de los personajes. Una vez más le pedimos que consulte las pautas sobre trabajos derivados y se abstenga de publicar trabajos derivados inapropiados”. Anime News Network añade en una nota que lo que busca Cygames con esta medida es evitar ofender a los aficionados a los caballos de carreras originales, los propietarios de los animales u otras partes interesadas.
El caso ha causado una conversación entre los seguidores de la franquicia, artistas y fans de la cultura japonesa, en lo relativo a la libertad de expresión de los creadores, los límites de los derechos de autor y el pánico moral respecto de la realización de arte erótico inspirado en franquicias populares. Algunas preguntas que surgen en este caso son si es posible lograr un control de trabajos derivados en internet, y qué tan lejos llega el derecho de los dueños de los caballos con respecto a la franquicia Uma Musume.
Los desafíos de internet y el derecho de los caballos
Federico Fischer, especialista en propiedad intelectual, cuenta que el control que puede hacer el titular de la obra sobre trabajos derivados en internet dependerá de los mecanismos de denuncia y de autorregulación que posean las plataformas de contenidos y redes sociales en temas de protección en la materiaa: “La baja de contenido no autorizado, divulgado a través de una plataforma, es una opción disponible, pero hay que tener cuidado con el efecto Streisand, donde a veces el tomar una acción legal contra un determinado contenido puede atraer mayor atención de la gente al mismo. Además, están los desafíos de multiterritorialidad de los sitios web, donde los usos se dan simultáneamente en muchos lugares y por personas que no necesariamente se identifican”.
Este abogado uruguayo añade que Cygames puede contentar a los dueños de los caballos al establecer una cláusula de que no autorizarán el “fanart” que incumpla los lineamientos que ellos establezcan y que perseguirán todo trabajo derivativo que no está autorizado: “Pero de ahí a establecer una obligación de resultado en esta persecución, para que no exista este tipo de obras con tales características en el internet, y que sólo por el hecho de que un tercero cometa este acto prohibido se procedería a la rescisión de un contrato, sería demasiado. Más razonable sería establecer en el contrato que Cygames tomará las medidas correspondientes ante un trabajo derivado prohibido”.
Otro aspecto de discusión es precisamente qué es lo que se estaría protegiendo en este caso: ¿son los derechos de marca o la imagen del animal? “El derecho de imagen protege la imagen de una persona para fines comerciales sin su consentimiento. Este derecho no se extiende a animales o a personajes ficticios inspirados en los animales. En el caso de Uma Musume, los personajes son transformaciones creativas y significativas de los caballos reales, lo que generalmente caería bajo la protección de los derechos de autor más que bajo el derecho de imagen”, explica Gabriel Zevallos, especialista en propiedad intelectual.
El abogado añade que el nombre de un caballo de carrera puede ser registrado como marca comercial cuando se utiliza para identificar productos o servicios en el mercado, similar a casos conocidos como Rin Tin Tin o Lassie: “En estos ejemplos, tanto los nombres como las imágenes asociadas están protegidos bajo leyes de marca registrada, lo que restringe su uso no autorizado en contextos comerciales. En el caso de ‘Uma Musume’, no se utiliza la imagen directa del caballo, por lo tanto, es poco probable que los derechos del dueño del caballo real afecten directamente al diseño de los personajes de anime, a menos que estos diseños impliquen el uso explícito y directo de la imagen específica del caballo, de manera que se pueda confundir con un uso comercial directo del caballo real”.
Por ende, si tomamos al personaje Oguri Cap, basado en el caballo de carreras del mismo nombre, en el caso de que el dueño del animal decidiera retirar el permiso de usar su marca del juego, Cygames no podría seguir llamado al personaje de esa forma, pero el diseño del mismo no se vería afectado. “Eso sería, en principio, a no ser que las partes hayan pactado algo diferente en el contrato”, opina Fischer.
María José Arancibia, profesora de la Universidad de Talca y socia de Obrador Digital, coincide con el análisis, señalando que si el caballo tiene características muy reconocibles, podría hacerse uso del derecho de autor en alguna fotografía que se haya obtenido del mismo: “Pero el caballo en sí mismo no tiene derecho de imagen. Desde el punto de vista de nuestro derecho y desde el punto de vista incluso del derecho japonés, no existe un derecho de la imagen sobre animales. El nombre del animal puede ser susceptible de registro tanto por el titular como por un tercero y el conflicto se producirá dependiendo de si la cobertura de la propiedad de la marca es mixta o denominativa”.
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