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Suspensión de Becas Chile: alumnos al borde de un abismo
Los estudiantes de posgrados de Derecho se han visto afectados por el recorte presupuestario anunciado por el Gobierno chileno. Los riesgos van desde quedar sin visa hasta tener que devolver los fondos al no poder terminar sus estudios en el tiempo predefinido.
2 noviembre, 2020
-La frase es de la abogada Daniela Mardones y dice así: “No me han enviado ni siquiera un mail”. Alude a la incomunicación que, afirma ella, existe en el Programa de Formación de Capital Avanzado chileno, más conocido como Becas Chile, y sus beneficiarios. Mardones añade con ironía: “Hasta el supermercado me envió un correo”.
El eje del conflicto es la suspensión por parte del Estado chileno en 2020 del programa de becas, que ha estado destinado a que estudiantes puedan cursar magísteres y doctorados en el extranjero. Según anunció el Gobierno, se trata de una decisión provocada por la crisis sanitaria causada por el Covid-19, dado que fue necesario reencausar recursos para atender urgencias sociales.
Daniela Mardones esta hoy en Escocia, cursando un doctorado. Es una investigadora que fue directamente afectada cuando la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) chilena no acogió la solicitud hecha por estudiantes para extender, en al menos seis meses, los aportes estatales destinados a arancel y manutención en el extranjero.
Si bien Mardones reconoce que su caso “no es tan dramático”, porque no está en el último año del programa, sí ha tenido que reformular su investigación: “Estaba por comenzar mi trabajo de campo en las cárceles y como están cerradas tuve que cambiar toda mi investigación”, afirma. Ella calcula un atraso de seis meses en su plan original y teme por el final de su proyecto.
Una situación similar vive un académico de la Universidad de Chile. Está realizando un doctorado en Derecho en Europa y pide reserva de identidad: “Estoy con el convenio vencido, no recibo el aporte desde septiembre y he tenido que recurrir a los ahorros y ayudas familiares”, afirma.
El origen del conflicto
Para entender la situación que afecta a Becas Chile hay que remontarse al mes de abril de este año. Entonces, el Ministerio de Ciencia y Tecnología chileno anunció que, a causa de la pandemia, se suspendían «durante 2020 las convocatorias nuevas de todas aquellas líneas de financiamiento destinadas a cooperación internacional”. Eso se profundizó en septiembre, cuando la ANID anunció que la decisión se extendería a 2021.
En paralelo, becarios y becarias comenzaron a ver cómo las universidades donde cursan sus postgrados mantenían cerradas sus instalaciones, bibliotecas y laboratorios. Eso alteró sus planes de investigación. Adrián Oyaneder, arqueólogo, dice que el tema es muy delicado: “La mayoría de los programas terminan a fines de septiembre, por ende los becarios que están en último año pueden perder la visa de estudiante y quedar de ilegales en los países donde están”, explica.
El Ministerio de Ciencia y Tecnología acude al Decreto Supremo 664 para justificarse. Este texto señala que la duración máxima de las becas es de 48 meses. Sólo permite la extensión en casos excepcionales, como motivos de salud o que la becaria sea madre mientras dure el programa.
El ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve, afirmó en su momento que la suspensión de los programas era “una decisión muy difícil”. Añadió que se optó por priorizar el financiamiento de programas nacionales.
En opinión de Daniela Mardones, la decisión ministerial en realidad se produce por una “falta de voluntad política”. Al respecto explica: “Este tipo de becas está reguladas por decreto, no por leyes. Bastaría modificar el decreto y crear otro, como los miles que se han creado durante la pandemia”.
Becas Chile y la precariedad
Los estudiantes de posgrado chilenos no sólo podrían quedar en situación migratoria irregular. “Si yo no logro terminar el doctorado, en este caso debido a no tener las condiciones para hacerlo, pueden hacer valer el pagaré que firmas cuando te ganas la beca», dice un estudiante de posgrado.
Eso significa, según él, tener que «devolver todo el dinero”. Y añade: “Las autoridades piensan que nos están haciendo un favor. Pero los becarios somos profesionales para quienes la beca es una remuneración. Esto es un trabajo y en otros países los doctorandos tienen un contrato con el Estado y no una suerte de beneficio”.
Adrián Oyaneder añade que un porcentaje importante de becarios se trasladan a otros países con sus familias. Por eso, la beca es vital: “Yo vine solo, pero si quiero extender mi estadía debo pagar cerca de 18 millones de pesos (unos US$23.000) por concepto de arancel y 1 millón (alrededor de US$1.300) sólo por renovar la visa en Reino Unido”, explica.
Oyaneder añade que becarios y becarias tampoco tienen acceso a los bonos y ayudas que ha entregado el Estado chileno durante la crisis del Covid-19. Debido a su naturaleza, las becas no son son consideradas renta, por lo que no es posible acreditar una disminución de ingresos a causa de la pandemia: “En el Reino Unido un becario falleció. Si bien es cierto que hay seguros comprometidos para los gastos de retorno, fueron sus compañeros de doctorado los que tuvieron que hacer una colecta para la repatriación y eso no corresponde”.
Ciencia contra el recorte
El sociólogo Camilo Godoy forma parte de la agrupación Ciencia contra el Recorte. Una de sus tareas es apoyar a becarios que no pudieron comenzar sus programas durante 2020 y por tanto no podrán postular para 2021. Según él, existe «una distancia» entre el discurso y la práctica del Ministerio: «Nos dijeron que el proceso iba a ser participativo, pero después nos enteramos de que no había espacio para negociar”.
Adrián Oyaneder asegura que no ha visto preocupación de parte de la autoridad por los beneficiarios de Becas Chile: “Nos dijeron primero que iban a buscar soluciones fuera del decreto y no pasó nada. Luego nos dijeron que verían las extensiones caso a caso». Añade que todos los becarios que él conoce y que hicieron solicitud para revisar sus casos fueron rechazados.
A fines de septiembre, el presidente de la comisión de Ciencias y Tecnologías de la Cámara de Diputadas y Diputados, Karim Bianchi Retamales, ofició al ministro de Relaciones Exteriores chileno para solicitar un análisis de la situación migratoria de los estudiantes chilenos en el extranjero. La idea es explorar la posibilidad de extender las ayudas, tomando en consideración la situación mundial provocada por el coronavirus.
Asimismo, la comisión parlamentaria que analiza el presupuesto rechazó, en el primer trámite legislativo, la partida presupuestaria para 2021 del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Desarrollo e Innovación.
Pero estudiantes como Daniela Mardones no son optimistas: «Yo perdí la esperanza. Veo la situación dramática que viven los estudiantes de último año y no he visto soluciones para nadie».
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