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¿Es peor la burocracia estatal o un colosal monstruo radiactivo?
La película japonesa Shin Godzilla examina el funcionamiento del gobierno ante situaciones de emergencia, transformando al monstruo en una representación del desastre nuclear de Fukushima y realizando una crítica a la forma en la que los funcionarios públicos actuaron en tal ocasión.
14 diciembre, 2023
-Los problemas que causan la burocracia estatal son diversos, un ejemplo serían los retrasos en la aprobación de leyes y la realización de trámites, lo que se repite por toda Latinoamérica. Por tal motivo, el ciudadano promedio ve de forma negativa la burocracia, ya que hace que la gente pierda el tiempo en resolver temas simples, complicando más la vida moderna.
Este problema tiene una importancia vital cuando el Estado se enfrenta con una emergencia, como por ejemplo un tifón o un terremoto. Algunos desastres naturales donde el actuar de Estado y su burocracia fue inefectiva, incluyen el caso del Huracán Katrina, el terremoto del 27 de febrero en Chile y el de 2011 en Japón, que subsecuentemente llevó al desastre nuclear de Fukushima.
En el caso de Japón, quien tiene una larga y complicada relación con la radiación, el caso de Fukushima demostró ineficiencias en el aparato regulador japonés, tal como comentaron los académicos del University of Pennsylvania Carey Law School Kiyoshi Kurokawa y Andrea Ryoko Ninomiya, en su artículo de 2018 “Examining regulatory capture: looking back at the Fukushima nuclear power plant disaster, seven years later”, donde comentaron: “El marco normativo y jurídico que permitió este fallo de gobernanza resultó ser desdentado e ineficaz, debido a la connivencia entre la industria nuclear, los ministerios y los reguladores del gobierno de Japón”.
Los errores del gobierno japonés durante la crisis de Fukushima fue la base que inspiró la película de 2016 Shin Godzilla, dirigida por Hideaki Anno, conocido por dirigir la serie de anime Neon Genesis Evangelion, y Shinji Higuchi, reconocido por su experiencia con efectos especiales que le ha significado premios como el Special Technology Award del Japan Academy Film Prize. Los directores transforman al conocido monstruo —una metáfora de las bombas atómicas, en su película de 1954— en una representación del desastre nuclear de 2011.
Cuando una extraña criatura marina gigante aparece en la bahía de Tokio, el gobierno de Japón se ve atrapado por su propia burocracia, que le impide actuar a tiempo cuando el monstruo resulta ser más peligroso de lo que esperaban. Seguimos esta ineptitud legislativa, regulatoria y gubernamental a través de los ojos de Rando Yaguchi (interpretado por Hiroki Hasegawa), secretario jefe adjunto de la Secretaría del Gabinete, quien intentará manejar al mismo tiempo el laberinto estatal japonés y la amenaza que representa Godzilla, para la cual no hay protocolo alguno.
“La culpa es nuestra por no reaccionar antes”
En Shin Godzilla somos testigos de cambios de sala innecesarios para realizar una reunión una tras otra, la solicitud de diversos permisos e incluso la creación de nuevas leyes, procesos que cuestan tiempo ante una situación que necesita una respuesta rápida. Esta red procedimental administrativa es representada a través de cambios de cámaras abruptas, imágenes con texto y planos detallados de objetos, herencia del trabajo que Hideaki Anno efectuó en Evangelion, donde el plano detalle era una constante.
Es también interesante, y permitiéndome hacer una interpretación de la película, cómo esta versión de Godzilla, además de tener uno de los diseños más terroríficos de la franquicia, está constantemente evolucionando en respuesta a su ambiente, pasando de ser una criatura marina, a una anfibia, a poder pararse en sus dos patas, a ser capaz de escupir láseres de su boca. Ello transforma a la bestia en un problema cuya naturaleza cambia constantemente, a velocidades que superan la capacidad de respuesta del gobierno japonés; muy similar a lo que ocurrió con el incidente de Fukushima.
La película avanza a paso de tren bala, horas transcurren en segundos entre las escenas, pero se deja en claro cómo las decisiones gubernamentales podrían haber si tomadas con mayor prontitud: “El problema es que la burocracia está involucrada, cada acción requiere de una reunión del consejo”, mencionan unos personajes secundarios cuando se ordena la evacuación de secciones de Tokio. La crítica es clara y es que la lentitud de la burocracia gubernamental japonesa cuesta vidas, como ocurrió durante el desastre de Fukushima o como dice el propio Rando Yaguchi: “La culpa es nuestra por no reaccionar antes”.
Shin Godzilla se vuelve una obra importante de ver para abogados al tomar elementos del género de películas de monstruos (Kaiju) y enfocarlo desde el prisma realista de los legisladores y administradores de politcas públicas. Incluso el uso de las fuerzas de autodefensas de Japón, un elemento clásico en el género Kaiju, se vuelve una materia legal complicada al no estar prevista en la legislación japonesa la aprobación del uso de fuerzas armadas en el contexto del ataque de un monstruo gigante, mostrando las limitaciones del Derecho ante lo desconocido.
¿Cuál es la solución que propone la obra? Una similar a la que sugerían Kiyoshi Kurokawa y Andrea Ryoko Ninomiya, y es que tanto la película como los académicos identifican a elementos presentes en la cultura japonesa como el origen del problema. “Además de una mayor reforma de las normas de seguridad, la mentalidad compartida por muchos japoneses que subyace en muchas organizaciones del país debe sufrir un cambio importante para transformarse en una que fomente más la diversidad y defienda la obligación de disentir”, se argumentó, añadiendo que “si no se realizan estos cambios, otro Fukushima puede volver a ocurrir”.
Dentro de la propia película, Rando Yaguchi lidera un grupo de “lobos solitarios, nerds, alborotadores, herejes académicos y dolores de cabeza para la burocracia” —en el que los títulos y la antigüedad no significan nada—, quienes se encargan de buscar una solución al problema que representa Godzilla por vías poco convencionales en la cultura protocolar de Japón.
Es ahí donde la película presenta su tesis: cuando la burocracia falla, los servidores públicos y legisladores deben tener la flexibilidad y creatividad necesaria para hacer frente a situaciones extraordinarias que no son previstas por la normativa.
Aprovechando el estreno de Godzilla Minus One este año, el cual llegará a México y a Chile el 28 de diciembre, es un buen momento para revisar esta obra que le precede en la franquicia y que ganó el premio de película del año en la 40ª edición de los Japan Academy Film Prize, entregando una interesante enseñanza para aquellos que se dedican al Derecho y al servicio público.
Shin Godzilla está disponible en Crunchyroll, HBO Max y Amazon Prime.
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