"Se trata de mantenernos cuestionándonoslo todo y a la vez tener criterio. Y, por sobre todo, no permitir que nos...
Salas vacías, un error imperdonable
«¿El público? 14 asistentes. 22. 30… cuando uno esperaría salas llenas a tope, sillas adicionales y gente sentada en los pasillos…»
8 mayo, 2017
-Ocurre con frecuencia y no importa si son seminarios, charlas, coloquios, conferencias o congresos. Son 3, 4 o 5 profesores —algunos de ellos, extranjeros— de gran nivel, sentados en un mesón sobre una tarima. El tema puede ser la responsabilidad penal de las empresas fabricantes de vehículos autónomos, los tan esperados sistemas registrales online o bien algo tan, pero tan importante, como la reforma a las obligaciones en el Código Civil francés.
¿El público? 14 asistentes. 22. 30… cuando uno esperaría salas llenas a tope, sillas adicionales y gente sentada en los pasillos.
¿Qué es lo que falla? No es la distancia, porque estamos hablando de universidades a las que se llega en metro. A no más de 30 minutos del lugar donde uno esté.
Falla la difusión, para que abogados del área de interés se enteren de la actividad y puedan programarse, sin importar si trabajan en el sector público o en el privado, en empresas o en estudios jurídicos.
Fallan también los acuerdos entre universidades: no puede ser que haya 3 profesores franceses explicando una de las reformas más importantes de nuestra historia jurídica; la base misma de los códigos civiles latinoamericanos, y no solamente no estén sentados académicos de todas las edades del plantel anfitrión, sino que tampoco se vean de otras universidades. Inexplicable.
Falla la cortesía. No puede haber un profesor alemán explicando la discusión dogmática que se está dando en su país —y respecto de la cual podríamos decir que nos da el privilegio de una ventana que mira al futuro, nuestro futuro— y que haya 12 o 13 personas en la sala. Deja una mala imagen de los organizadores, pero también del país. Y debe ser muy decepcionante para el señor que viajó 15 horas para —entre otras cosas, imagino— dar esta conferencia.
Por último, falla la autoridad del profesor frente a sus alumnos. He estado en seminarios con más de 150 personas presentes, donde al menos un tercio son estudiantes: un ejemplo a seguir. ¿Van los alumnos obligados por su profesor, que ya les avisó que habrá preguntas en el próximo examen? ¿Y qué? Está perfecto. Me parece excelente.
Sofía Martin Leyton
Directora
Idealex.press
@Idealex_press