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Romances en las firmas ¿cómo actuar?
El medio australiano Lawyers Weekly entrevistó al director de la firma McDonald Murholme, Andrew Jewell, quien comentó los ángulos legales a tener en cuenta al tratar con romances que surjan dentro del espacio laboral, medidas que serían necesarias para evitar el castigo a las relaciones consentidas y, al mismo tiempo, resguardar la seguridad de los empleados y prevenir el acoso sexual.
31 enero, 2019
-J. Soto E.
«La mayoría de nosotros ha escuchado historias sobre personas que conocen a sus parejas en el curso de su trabajo legal», dijo Andrew Jewell, director de McDonald Murholme a Lawyers Weekly. Según el abogado, el romance dentro de los estudios de abogados es frecuente, debido a las largas jornadas que pasan en sus trabajos.
El problema es que conviven en espacios laborales relaciones amorosas, lícitas y consentidas, con otras que no cuentan con consentimiento y califican derechamente como acoso sexual u otra conducta indebida.
Según Jewell, los socios, gerentes y directivos deben ser capaces de no discriminar a las primeras y, al mismo tiempo, preocuparse de prevenir las segundas para resguardar la seguridad de sus empleados.
En esa línea, comentó en un artículo que escribió Lawyers Weekly tres áreas de la legislación que los bufetes de abogados deberían tomar en cuenta para lidiar con romances en las oficinas.
El primero tiene que ver con asegurar un ambiente de trabajo seguro. Para ello las empresas deben intervenir cuando piensen que una relación está alterando el entorno laboral.
La segunda se relaciona con la legislación sobre acoso sexual, donde deberá tenerse especial cuidado en determinar que ese romance no es consentido ni deseado por una de las partes, y luego actuar en consecuencia con la gravedad del asunto.
Por último se refirió a la tensión entre esas protecciones legislativas y la prohibición de la discriminación contra las actividades sexuales lícitas.
«No creo en las políticas que prohíben las relaciones sexuales, en realidad creo que probablemente sean ilegales. Una política que dice que no puedes tener una relación con alguien que trabaja aquí … creo que en realidad va demasiado lejos».
Así, el cómo y cuándo debería intervenir un bufete de abogados, en el contexto de un romance de oficina, dijo, dependerá de los problemas de conflicto de interés con los clientes planteados por esa relación, los impactos en el entorno laboral o en casos de desequilibrio de poder.
«Por lo tanto, los empleadores y las firmas de abogados, intentan trabajar en ese espacio para proporcionar un entorno de trabajo seguro, asegurándose de que nadie sienta que son acosados sexualmente en el lugar de trabajo, pero no hacerlo de una manera que solo prohíba a las personas participar en el consenso».
Según el director de McDonald Murholme, hasta el momento los despachos no están actuando en consecuencia con el equilibrio que debería existir entre los romances consentidos y los posibles casos de acoso.
Para Jewell las firmas han adoptado una postura de «no intervención» que podría responder a una imagen, preconcebida socialmente, de que los abogados son personas educadas, que trabajan duro y que pueden cuidar de sí mismas.
«Creo que, probablemente, los estudios de abogados se están demorando un poco, en términos de bienestar de los empleados, pero también en tener discusiones maduras sobre este tipo de cosas», dijo al Lawyers Weekly.
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