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viernes, 22 de noviembre de 2024

mercado legal

Richard Susskind: construyendo «con audacia» un cambio de actitud

El autor y analista plantea que, tras el fin del confinamiento, esta justicia de transición podría ser el piloto que permita diseñar e implementar los procedimientos judiciales del futuro.

- 12 agosto, 2020

La actual crisis sanitaria que se vive a nivel mundial llevó a los tribunales de justicia de todo el mundo a cerrar sus edificios, tempranamente en marzo, cuando comenzó la propagación del virus Covid-19, para así cumplir con las medidas de protección decretadas por los gobiernos.

Esta situación implicó nuevos desafíos para implementar alternativas que permitieran continuar con la justicia durante las cuarentenas, mediante herramientas tecnológicas y recursos en línea, de manera de no retrasar los procesos judiciales sencillos y evitar aglomeraciones que pusieran en riesgo la salud de la población.

Ello abrió una ventana de cómo podrían ser los servicios judiciales en el futuro, apoyados en herramientas tecnológicas que permitan mayor accesibilidad y rapidez de los procesos.

Richard Susskind, asesor independiente de firmas profesionales y gobiernos nacionales lo menciona en su artículo “El futuro de las cortes”, publicado en la revista “The practice” de la Harvard Law School, donde opina que si bien continuamos en una era de amenazas, con un acceso reducido a la justicia, también estaríamos en una era de oportunidades, mencionando algunas: construir «con audacia» un cambio de actitud y poner en marcha servicios judiciales mejorados y sostenibles que sean mucho más accesibles que los actuales.

Desafíos del sistema judicial

En su artículo, Susskind menciona 3 desafíos importantes que han tenido que enfrentar los sistemas judiciales durante este período, dos de ellos derivados directamente del virus.

El primero fue mantener un nivel de servicio suficiente mientras los tribunales tradicionales estuvieron cerrados. Para el autor, el alcance de este desafío no está claro y varía en todo el mundo. Mientras lo peor ya se estaría superando y los poderes judiciales están restaurando sus servicios normales, «el virus nos afectará posiblemente por años».

El problema más importante aquí estaría dado por que todavía no tenemos métodos alternativos para manejar algunos tipos de audiencias judiciales, como las relacionadas con delitos graves.

El segundo desafío corresponde a la acumulación de causas que se ha ido dando al no poder los tribunales manejar su carga normal. Según Susskind, los sistemas de justicia que se consideran capaces de hacer frente a la crisis eliminaron alrededor de un tercio de su rendimiento normal.

Y el último desafío, en palabras del autor, es el problema del acceso a la justicia: “Incluso en los sistemas que consideramos más avanzados, la resolución de disputas en los tribunales públicos generalmente lleva demasiado tiempo, cuesta demasiado y el proceso es ininteligible para todos”.

En base a estas tres premisas, Susskind sostiene que “la realidad sin adornos es que la mayoría de las personas en nuestro planeta no pueden darse el lujo de hacer cumplir sus derechos legales en el Poder Judicial» y calificó a las estadísticas de «crudas”.

La transformación de los tribunales

Richard Susskind plantea que se debe instaurar una nueva mentalidad, al pensar en el futuro de los tribunales, utilizando la tecnología para transformar el servicio judicial.

“¿Realmente necesitamos en todas las ocasiones congregarnos físicamente para resolver nuestras diferencias legales? En una sociedad digital, en la que es común recibir y proporcionar todo tipo de servicios en línea, ¿es un gran salto imaginar la prestación de servicios judiciales en línea?”, cuestiona.

Lo que plantea es una alternativa a la asistencia presencial mediante audiencias remotas, las que clasifica en tres categorías: de audio, de video y de papel.

La primera de ellas implica que los procedimientos se llevan a cabo por teléfono o por sistemas de solo audio. Aquí hay dos subtipos: parcialmente audio, cuando hay una audiencia física en la que algunos participantes están conectados por audio; y completamente audio, cuando no hay audiencia física y, por lo tanto, todos los participantes están conectados por audio.

La segunda, audiencias de video, son aquellas que se llevan a cabo utilizando Zoom, Microsoft Teams o similares. Nuevamente, hay dos subtipos: parcialmente video, cuando hay una audiencia física en la que algunos participantes están conectados por video; y completamente video, cuando no hay audiencia física y, por lo tanto, todos los participantes están conectados por video.

Las últimas, son las audiencias en papel, en las cuales las decisiones se toman sobre la base de presentaciones escritas únicamente.

Lo importante para el autor es que los administradores de casos, o los jueces en su calidad de administradores, identifiquen correctamente la forma de audiencia más adecuada en las diferentes etapas de cada caso. Por ejemplo, una reunión de administración de casos podría llevarse a cabo en una audiencia de audio, pero cuando se escuchan pruebas, una audiencia de video podría considerarse preferible.

Susskind reflexiona que, gracias a varios meses de tribunales remotos, muchos abogados y jueces ahora insisten en que se ha logrado la transición a la justicia basada en la tecnología. Sin embargo, el autor cree que se necesitará mucho trabajo e inversión para industrializar estos esfuerzos, para construir capacidades judiciales que sean escalables, estables y, crucialmente, diseñadas para su uso por civiles como por abogados.

 

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