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viernes, 19 de abril de 2024

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¿Qué tiene Suits que nos gusta tanto?

La serie que data de 2011 y que se encuentra disponible en Netflix es una alegoría del mundo de los abogados y los estudios jurídicos. Arrogancia, vanidad, egoísmo, mentiras y acomplejados hay por montones. También, gotas de humanidad, simpleza, buena fe, sentido común y, como no, justicia.

- 14 junio, 2022

Para los abogados y abogadas que quieran reírse un poco, verse reflejados o sentir que pertenecen a un mundo exclusivo, glamoroso y muchas, pero muchas veces fanfarrón, nada mejor que ver la serie SUITS (The Legal Mind, La ley de los audaces y/o La clave del éxito), disponible íntegramente después de mucho tiempo en la plataforma NETFLIX.

Quizás para una generación completa de nuevos profesionales del derecho, la serie -que partió en junio de 2011 con su primera temporada y que culminó en septiembre de 2019 con la novena- haya pasado desapercibida, ya que especialmente en Sudamérica la televisión abierta comenzó a exhibirla en un horario nocturno que obligaba a trasnochar obligadamente, y si un alegato estaba programado para las 8 de la mañana del día siguiente, el asunto se ponía cuesta arriba.

Hoy, después de más de 10 años, hemos vuelto a verla y disfrutar de su guion dramático, y en especial de las actuaciones de Gabriel Macht (como el implacable y audaz negociador Harvey Specter), Patrick J. Adams (como el chico de oro del derecho, Mike Ross), Rick Hoffman (como el insoportable socio Louis Litt); Gina Torres (como Jéssica Pearson, socia administradora del bufete Pearson Hardman) y como no, Meghan Markle o Meghan, duquesa de Sussex (como la aguda, atractiva y carismática asistente legal, Raquel Zane).

¿De qué se trata?

Para los que no la han visto, solo explicaremos que se trata de un drama, con todos los aderezos y terminología legal pomposa que tanto gusta a los abogados, y que esta vez, sí engancha con la gente “común y corriente”, que no sabe nada de leyes, de códigos, de principios contractuales o de millonarias negociaciones. Pero, como los problemas jurídicos finalmente son cuestiones tan cotidianas como la vida, la lectura no se hace difícil, ya que finalmente lo que prima son principios como el bien común, la buena fe, y la justicia.

Uno de los que se lleva el peso de todos estos principios es el brillante Mike Ross, que nunca logró entrar a la Facultad de Derecho (Harvard), porque malas decisiones o diversos infortunios no se lo permitieron, por lo que debe ganarse la vida dando exigentes exámenes de ingreso (por cierto, aprobados) para que otros postulantes pueden pagarle, pero que no tienen ni siquiera habilidad para las leyes. Mentirosillos, hay en todas partes.

Con el fin de pagar la residencia de su abuela, que lo ha criado y es su referente ético, Ross se decide a ayudar a un amigo en la transacción de un maletín lleno de marihuana en un exclusivo hotel de Manhattan, lugar donde el estudio de Specter, se encuentra reclutando abogados y abogadas adjuntos, egresados exclusivamente de la Universidad de Harvard. Al descubrir que la transacción era seguida por la policía, Ross escapa y se cuela en la sala donde el mismo Specter y su querida asistente Donna entrevistan a los postulantes.

Después de conversar con aburridos, nerviosos y memoriones egresados, Specter queda impresionado con la habilidad, lucidez y frescura de Ross, decidiendo hacerlo su abogado adjunto, y callándose que este jamás haya ido a Harvard o pisado una Facultad de Derecho. De ahí en adelante, el vértigo, los casos complejos, las envidias en el estudio o las negociaciones millonarias son parte de la historia.

La serie, que se ubica en Nueva York, pese a que por cuestiones de presupuesto se grabó en Canadá, está disponible en: www.netflix.com

 

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