"No puedo dejar de pensar en ellos cuando veo que ciertas oficinas de abogados se precian de no conocer límites,...
Perfiles híbridos
«No pretenden predecir, pero sí pueden anticipar las tendencias. Sus clientes reclaman estas habilidades cuando necesitan elegir entre alternativas de futuro…»
Karol Valencia - 22 junio, 2020
Karol Valencia
Hay un proverbio chino que dice “Te deseo que vivas en tiempos interesantes”, de hecho, hay quienes, lejos de verlo como un proverbio lo ven como una maldición, pero no me agotaré en ese punto. Lo que sí es cierto es que efectivamente estamos viviendo en tiempos mucho más interesantes a nivel del desarrollo de la tecnología, la que tiene un fuerte impacto en cómo nos planteamos el futuro.
El desarrollo exponencial de la tecnología —la existente y la emergente—, nos lleva desde pensar algunas soluciones mirando ese futuro, hacia un verdadero cuestionamiento: nos replantearnos muchas cosas. Hemos pasado a “repensar” los pilares de ese Derecho sobre el cual hemos construido nuestro sistema legal y de justicia. ¿Por qué? Porque los ciudadanos, al parecer, no llegan a ver satisfechos sus requerimientos.
Gran número de profesionales del sector jurídico ha optado por digitalizar procesos, tales como la creación de bases de datos modernas, adquirir licencias de software, contratar servicios de marketing digital para sus despachos e incluso emplear LegalTech para simplificar o potenciar algunas de sus tareas. Todo ello está muy bien, pero hay algo que nos estamos perdiendo y es que el hecho de adoptar e implementar tecnologías sin entenderlas a cabalidad y, peor aun, sin conocer las versiones previas o las plataformas en las que éstas se basaron, no tiene mucho sentido.
Otra serie de abogados, los denominados disruptivos —yo prefiero llamarlos rehabilitados— como suele decir Elizabeth de Stadler, son los que verdaderamente han tomado la decisión de reinventarse: no sólo han adoptado las prácticas mencionadas en el párrafo precedente, sino que además le han dado un giro de 90, 180 e incluso (unos pocos) han dado la vuelta completa, es decir, se han reinventado por completo lo cual es genial. Y realmente inspiran; dotan de un sentido y propósito fresco a la práctica del Derecho.
Es a partir de esta reinvención en los roles del abogado y del ejercicio legal que podemos identificar los siguientes perfiles híbridos, para la cual procedo a hacer una adaptación de las palabras de mi mentor y amigo Andrés Botero, quien en sus charlas de futuro, humanidad y diseño comenta acerca de 4 perfiles. De ellos mencionaré algunos roles híbridos que se vienen desarrollando entre los abogados y otros profesionales del sector.
En esta columna abordaremos los dos primeros: los trainers y los futuristas.
Los trainers son esos profesionales que diseñan sistemas desde lo humano, para su sostenibilidad y automejora. Sus principales áreas de conocimiento son tecnología, ingeniería, sistemas de diseño, producto y data. Crean tecnología y algoritmos diversos e inclusivos, pues entienden el impacto humano y de negocio.
Me permito destacar el rol de los ingenieros legales, cuya función es interactuar entre profesionales legales y tecnológicos, con el fin de construir software para interpretar, hacer cumplir o demostrar el cumplimiento de la ley. Algunos ingenieros legales son desarrolladores o científicos de datos que desarrollaron un interés en los procesos legales.
Asimismo, destaco a los Legal Project Managers, quienes tienen el rol de dirigir equipos, estimar presupuestos y gestionar recursos económicos y humanos; utilizan planes de trabajo; gestionan tareas múltiples y desglosadas en entornos multiproyectos.
El siguiente perfil híbrido son los futuristas. Construyen escenarios futuros e imaginan ficciones; ayudan a anticipar y diseñar para tiempos más allá de la «normalidad». Sus áreas de conocimiento son la prospectiva, el diseño ficción, el diseño estratégico, diseño de servicios, historia y arte.
No pretenden predecir, pero por sus vastos conocimientos y especialidad, así como también por sus conocimientos multidisciplinarios e intersectoriales, sí pueden anticipar las tendencias y aquello que puede ocurrir. Sus clientes reclaman estas habilidades cuando necesitan elegir entre alternativas de futuro; cuando deben optar por lo que les parece será la mejor opción-viable, sostenible y con mayor impacto positivo. O bien cuando deseen anticipar lo que viene para poder crearlo o rediseñar un contexto en esa línea.
Los futuristas suelen ser consultores de alta gama, con bastante seniority y que ya han asesorado a empresas del sector tecnológico y que lideran proyectos propios o colaborativos. También trabajan con gobiernos en iniciativas regulatorias o de impacto regional. Sobre todo, tienen una amplia red de contactos, dominan varios idiomas y, en general, se caracterizan por brindar una perspectiva holística del panorama mundial. Son el brazo derecho de muchos decision makers a nivel mundial, fundadoress e inversionistas de todo nivel.
Lo más importante a considerar es que “…cuando alguien se convierte en futurista, comienza a cuestionar todo lo que hace y su impacto en la sociedad…”.
Karol Valencia Jaén es abogada de la Universidad Católica San Pablo (Arequipa, Perú), se ha especializado como Legal Service Designer y es Futurist en eID, en España, donde cursa estudios de convalidación de grado.