Parlamentarios británicos piden recursos para practicar mindfulness

«Más de 300 políticos británicos han recibido entrenamiento en mindfulness, en la última década», lo que ha llevado a llamados a que se instale una sala de meditación en el Parlamento, se lee en una nota publicada el 13 de septiembre en el sitio web del diario The Guardian.

En los últimos 10 años, 1 de cada 10 miembros del Parlamento ha hecho meditación: la escala en la que esta práctica se ha expandido en Westminster es tal que parlamentarios de todos los partidos han apoyado una solicitud de mayores recursos para “apoyar a los políticos que estén comenzando o quieran mantener sus ejercicios de mindfulness, y en la cual se incluye la petición de un espacio físico predefinido para llevar a cabo la práctica”.

El Parlamento cuenta con un patrimonio multimillonario, pero en la última década los políticos han debido hacer su meditación en salas de comité y habitaciones no preparadas al efecto, en Portcullis House, a diferencia del Parlamento australiano en Canberra, que ha dispuesto de un espacio para ello desde su instalación, en 1988. Si bien son 300 los parlamentarios que practican mindfulness, serían alrededor de 800 los miembros del staff en Westminster que han tomado cursos, lo que equivale a un cuarto del personal actual.

Los beneficios

En el reporte publicado por el grupo de mindfulness, transversal en cuanto a tendencias políticas, un político conservador dijo sentirse “más centrado” y capaz de asumir las preocupaciones de los electores, mientras que otro dijo que ya no estaban gritándole al partido opositor porque sí. Una parlamentaria dijo que se quitaba los zapatos en la cámara ants de dar un discurso, para «sentir en modo mindfulness el suelo bajo sus pies, anclarse y mejorar su presentación».

Otro parlamentario dijo que el énfasis que hace el mindfulness en la aceptación lo ayudó en la relación rencor-perdón, como cuando una entrevista en televisión no salió según lo previsto: “Me ayuda a dibujar una línea y pasar al siguiente tema con menos pensamientos autocríticos que boicoteen los que debo hacer a futuro».

Por su parte, un ex ministro que practica mindfulness y prefirió no identificarse, dijo a The Guardian: “Soy capaz de trabajar en un mayor volumen de cosas. Puedo moverme entre ellas más fácilmente y dependo menos de otros métodos que para relajarme podrían implicar hacer algo que no es productivo».

El reporte hace un llamado a trabajar en lograr más entrenamiento en mindfulness en Westminster: “Dado que en una democracia representativa son millones quienes dependen de las competencias cognitivas, emocionales y relacionales de un pequeño grupo, sugerimos que ese entrenamiento sea más que algo deseable”.

Voces disidentes

De acuerdo al artículo, su eficacia sigue siendo cuestionada, aunque el mindfulness y la meditación, así como terapias cognitivas basadas en esa práctica, están disponibles en el sistema nacional de salud y son recomendadas por el National Institute for Health and Care Excellence para el tratamiento de depresión en adultos.

Así como una investigación llevada a cabo en colegios reveló que los cursos de mindfulness no habían mostrado mejoras en la salud mental de los adolescentes, un estudio realizado a oficiales de policía mostró que la práctica no había logrado reducir las ausencias por enfermedad; sin embargo, sí aumentó el bienestar general, el nivel de satisfacción vital, la resiliencia y el rendimiento profesional.

Uno de los parlamentarios que aboga por la práctica del mindfulness dijo que los políticos debieran entender que no se trata de una «opción tonta”, sino de una “oportunidad muy seria para hacer un balance y desarrollar la comprensión emocional”.

 
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