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sábado, 20 de abril de 2024

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¡Atención si vas a ejercer como abogado en Alemania!

“El trato entre abogados en Alemania es extremadamente formal, tanto en la comunicación verbal como, y aún más, en el lenguaje escrito. La muletilla protocolar es referirse al otro como “distinguido Sr. colega” seguido del apellido respectivo, lo que en Chile sonaría hasta el límite de lo siútico. Una pequeña recomendación: jamás tutees a un colega, a menos que él mismo te lo pida”.

Mónica Moreno - 22 enero, 2016

monica-moreno | idealisLex
Mónica Moreno

Ejercer la profesión de abogado chileno en Alemania, implica un tremendo desafío, ya que no sólo son muy diferentes el Derecho, el idioma y la cultura, sino también las normas de ejercicio profesional, a las que no queda otra opción que adaptarse.

En el año 2011 y luego de cursar un LL.M en la universidad de Potsdam, obtuve el reconocimiento de mi título de abogada chilena, con lo que fui aceptada por el colegio de abogados de Alemania.

La primera diferencia que detecté parte por ese primer hecho: la colegiatura en Alemania es obligatoria. Pero además estamos obligados al pago de seguros profesionales (como todos los demás profesionales liberales) por el potencial daño que podamos producir por un ejercicio negligente de nuestro arte.

En la relación con los clientes, la diferencia se nota desde la primera consulta. Lo usual es que el abogado en Chile recibe a su cliente por primera vez en su oficina, escuche su caso y le dé una breve idea o análisis, junto con la estimación de sus honorarios. Si el cliente está de acuerdo con esos honorarios volverá, pero esa primera consulta —a no ser que estemos ante una eminencia, o un estudio de mucho renombre— por regla general será gratuita.

En Alemania no; hasta el más novato e inexperto abogado no se reunirá con su potencial cliente sin un cobro previo de dicha primera consulta. Y ese monto se informará al potencial cliente antes siquiera de fijar la primera reunión.

El cálculo de los honorarios no es por gestión, como lo es en Chile por regla general, sino por horas.

Asimismo, como la colegiatura es obligatoria, existe una tarifa mínima de honorarios a cobrar. Para ello, el Colegio de la orden pone a disposición de sus asociados una serie de planillas de cálculo, que conjugan variables como tiempo a invertir, cuantía asociada y otros.

El trato entre abogados en Alemania es extremadamente formal, tanto en la comunicación verbal como, y aún más, en el lenguaje escrito. La muletilla protocolar es referirse al otro como “distinguido Sr. colega” seguido del apellido respectivo, lo que en Chile sonaría hasta el límite de lo siútico.

Una pequeña recomendación: jamás tutees a un colega, a menos que él mismo te lo pida o te pida que lo trates por su nombre de pila. No es tan inusual, pero será raro que ocurra antes de la tercera o cuarta reunión. Y puede no ocurrir nunca.

Incluso más, si en su pie de firma aparece el nombre antecedido por un título como Dr. o Prof., no debemos por ningún motivo olvidar referirnos a su nombre utilizándolo. Es decir ya no será suficiente el “distinguido Sr. Colega X”, sino “distinguido Sr. Dr. X”.

Dicho sea de paso, el uso de estos títulos sólo corresponde a quien ha obtenido formalmente el grado de doctor o a quien es profesor titular a tiempo completo de una cátedra universitaria. El uso de estos términos en otras circunstancias está penado con cárcel. Y por supuesto, utilizaciones como “candidato a Doctor” o “profesor por horas” simplemente no existen en Alemania.

 
* Mónica Moreno es abogada de la Universidad de Chile, estudió un LL.M en la Universität Postdam y es Chilenische Rechtsanwältin aceptada por el Colegio de Abogados de Berlín. Hace 8 años vive y trabaja en en esa ciudad alemana. www.saldias-moreno.de

 

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