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martes, 23 de abril de 2024

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Chile confirma alza en la delincuencia, victimización y temor

La Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana 2015, arrojó un alza de 2,9% en los delitos respecto del año anterior. Se incluyeron factores calificados de “fenómenos de incivilidad urbana”, como el comercio ambulante, rayados de la infraestructura pública y privada, los intentos de robo, los delitos cibernéticos, económicos y las amenazas.

- 7 junio, 2016

victimizaciónPixabay
 
A pesar una de ser una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, lo que se ha graficado en varias mediciones públicas, el Gobierno se había manifestado hasta ahora casi impávido ante las voces que urgían por emprender reformas y cambios legales para la disminución de la delincuencia.
 
Los datos del Ejecutivo mostraban que la inseguridad pública había ido bajando y que los indicadores se habían mantenido hasta el año pasado relativamente estables, con una disminución global de las denuncias —según reportes policiales y del Ministerio Público— y de los casos que ingresaban para su resolución ante los tribunales de Justicia.
 
Sin embargo, la última y reformada Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc), presentada hace unos días por el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, develó lo que hasta este entonces era una realidad poco reconocida: que la victimización había aumentado en un 2,9% respecto al 2014, y lo que era peor, que igualmente, habían aumentado los índices de temor e inseguridad de la población.
 

Nueva medición

 
La nueva Enusc —que fue mejorada gracias a la participación de un grupo de expertos externos al gobierno— mostró que las alzas se explicaron por varios factores, hasta aquí no considerados: la inclusión de fenómenos de incivilidad urbana, como la presencia de drogas y alcohol en las poblaciones, comercio ambulante, rayados de la infraestructura pública y privada, entre otros; los intentos de robo; y los delitos cibernéticos, económicos y las amenazas.
 
“Para nosotros era difícil comprender porque la victimización bajaba, pero el temor aumentaba. Por eso hemos tratado de entender qué otros fenómenos impactaban ella. Los delitos de mayor connotación social —como robos y hurtos— habían tendido a la baja, pero al mirar la encuesta, nos dimos cuenta que los otros delitos había aumentado”, explicó el jefe de estudios de la Subsecretaria de Prevención del Delito, Luis Vial.
 
Los expertos coincidían que hasta antes de la nueva Enusc, los datos globales escondían profundos problemas en el nivel comunal y local; que cada región tenía sus propios problemas; que la delincuencia real había aumentado y que el temor también, principalmente a raíz de alzas en el robo con violencia, fuera y dentro del hogar. Sin embargo, lo que más preocupaba era que la ciudadanía en general, piensa que la situación delictual en el país aumentará.
 
“Las tendencias si bien son favorables, respecto al resto de Latinoamérica, no son del todo entusiastas. Si bien nuestras tasas de delitos violentos son más bajas que en el resto de la región, la insatisfacción con la gobernanza de la seguridad es una constante. Y esta percepción de los gobernados se expresa a través del temor”, reflexionó el director del Instituto de Estudios Públicos de la Universidad de Chile, y especialista en la materia, Hugo Frulling.
 

Los números que impactan en la victimización

 
De septiembre a diciembre de 2015, el Gobierno realizó la encuesta en un total de 25.660 viviendas. En ella no sólo se preguntó por la ocurrencia de delitos de mayor connotación social (robos, hurtos y lesiones), sino que también, por los intentos de robo, otros delitos o faltas, como daños a vehículos, viviendas, delitos económicos específicos, delitos cibernéticos y amenazas; además de las ya señaladas “incivilidades”.
 
Los resultados fueron claros: el 20,3% de los encuestados contestó que siempre en sus barrios se sucedía la venta de drogas; el 10,9 % dijo escuchar balaceras o disparos; el 10,5% dijo reportar actos de vandalismo; y un 9,3% constató robos y asaltos en la vía pública, entre otras situaciones de violencia.
 
En materia de incivilidades, un 44,8% reporta el tránsito de perros vagos; un 29,1% observa el consumo de alcohol y droga en la vía pública; y un 18,8% da cuenta de sitios eriazos descuidados y acumulación de basura, que contribuyen al fenómeno delictivo, entre otros.
 
Entre otros delitos que no se medían antes, un 9,3% reporto daños (Vandalismo y rayados); un 8% fue víctima de un delito económico (estafa telefónica, clonación de tarjeas de crédito, giro doloso de cheques); un 4,3% sufrió la ocurrencia de delitos cibernéticos (Suplantación de identidad, acoso u hostigamientos, estafas por Internet, suplantación de cuentas bancarias); y un 3,5% dijo ser víctima de amenazas.
 
Por otra parte, un 4,2% de los consultados dijo ser víctima de intento de robo con fuerza en la vivienda; y un 5,9% reportó haber sido víctima de un intento de robo de su vehículo.
 
Las cifras confirmaron entonces que en Chile, la delincuencia había aumentado y que las cifras globales estaban fuertemente impactadas por hechos que hasta ahora no se había medido, pero que podían explicar en buena parte, las alzas de temor e inseguridad de los habitantes.
 

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