Luis Ernesto Marín fue legal counsel de Banco de Crédito BCP y Scotiabank, abogado en Neptunia S.A., Porto Legal, Lazo...
Dress code: un tema que incomoda a los abogados
Una norma que se apega a las tradiciones y que pareciera justificarse en que no existen segundas oportunidades para generar una buena primera impresión.
16 mayo, 2019
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Cristina Bastidas/ Fernanda Robles
¡De mal gusto! una expresión que se repite cada vez que alguien rompe con ciertas normas sociales. Pero ¿qué pasa cuando se trata de la apariencia de una persona?
Pareciera ser un tema del pasado, pero no lo es: el dress code sigue vigente para ciertas profesiones. Una norma que se apega a las tradiciones y que pareciera justificarse en que no existen segundas oportunidades para generar una buena primera impresión.
Un tema que incomoda, pero que sale a colación cada vez que instituciones, cualquiera sea su rubro, hacen públicos reglamentos internos que abordan la vestimenta de sus trabajadores: un asunto que los abogados conocen de primera fuente.
Negro, azul y gris
De preferencia prendas oscuras, de color negro, azul o gris; los varones deben usar corbata, “evitando la exuberancia y la pomposidad”. Esas fueron las recomendaciones de vestimenta que la Corte Suprema de la provincia de Mendoza, Argentina, entregó –a través de trípticos informativos– a los letrados que asistan a audiencias en instalaciones judiciales, según informó el medio peruano Legis.pe
Y para sorpresa de los abogados que recibieron esta información, la justificación de esta sugerencia se basó en una expresa necesidad: preservar los símbolos de la abogacía.
Textualmente el tríptico menciona: «es extendida en los ámbitos judiciales de muchos países y de tribunales internacionales el uso de toga (…) que en el concepto republicano, debe ser sobria y estar desprovista de adornos u otros aditamentos (…) Pero que no adoptemos la toga, no implica que el atuendo a utilizarse no sea el apropiado. En las audiencias, tanto para los jueces, fiscales y defensores -sean oficiales o particulares- la misma debe ser sobria, preferentemente prendas oscuras, de color negro, azul, o gris y los varones acompañado con corbata, evitando la exuberancia. Así la distinción será por los argumentos, no por las prendas”.
A pesar de que varios abogados comenzaron a polemizar la disposición, la exigencia de utilizar vestimenta “sobria y decorosa” fue respaldada por los presidentes de los colegios de abogados de la región; quienes, además, recordaron el emblemático caso del abogado que, en vista de causa de una cámara laboral, llegó vestido con jeans, una casaca y zapatillas.
«Recomendaciones»
Una polémica similar ocurrió en Chile cuando se conoció el estricto código de vestuario del estudio jurídico Bofill-Escobar, en 2015.
Las «recomendaciones», que fueron difundidas a través de un screenshot del texto original por medio de una cuenta de Twitter, dieron a conocer una serie de requisitos para las mujeres de la firma, entre ellas: no usar telas con estampados, brillos, encajes, lentejuelas, transparencias, ropa ajustada o pantalones cortos.
El texto también hacía referencia al pelo de las abogadas sugiriendo no teñir su pelo con colores no naturales, exceso laca –producto fijador– o un largo bajo la cintura.
Para guardar un aspecto profesional, un documento apartado recomendaba a las abogadas evitar el exceso de perfume, las uñas largas o pintadas de colores y maquillaje llamativo.
¿De dónde proviene el dress code?
La socióloga Amaranta Elizalde Clif lo explica así: “en el siglo XVIII no todas las personas leían o escribían y el abogado sí, por lo que la palabra escrita y argumentación era su fuerte. El que estuviesen vestidos con atuendos formales representaba el potencial del uso y la gestión de la palabra”.
En la antigua Roma, la toga era muy usada por las instituciones más altas del imperios y Estados, así como también por cónsules y senadores; aunque por esos tiempos el color era blanco.
Con la muerte de la Reina María II de Inglaterra, en 1964, se obligó a usar el color negro en honor al luto de la monarca; así, llegó hasta la judicatura inglesa y posteriormente se extendió por casi todos los países del mundo.
En audiencia
Los expertos consultados justifican el uso de dress code en tribunales, juzgados, cortes, entre otras instancias, para que tanto los magistrados como los abogados, en su calidad de portadores de justicia, sean lo más objetivos posibles. Según lo que plantean, la idea de utilizar colores oscuros es que el abogado no llame la atención; lo importante es el caso, los culpables y los defendidos.
Y aunque las recomendaciones que se apegan a un estilo más tradicional sugieren no ser «escandaloso», hoy por hoy, los abogados se visten con trajes de saco o chaquetas, corbatas, pantalón de tela y zapatos mientras que las mujeres, por lo general, usan falda a la rodilla o debajo de ella, blazer y blusa. Todo con colores neutros y oscuros.
Al respecto, Víctor Alé, abogado del estudio Olivares & Cisternas del área en derecho penal. afirma que en Chile no existe una norma expresa que obligue a los juristas a utilizar cierto tipo de vestimenta. «Esto queda más bien reducido a ciertos códigos internos de los estudios jurídicos, que son básicamente sugerencias que podrían ser para este tipo de abogados o bien, queda reducido a lo que es el sentido común”, dice.
No obstante, la Corte Suprema (Tribunal Pleno), emitió un comunicado oficial el 27 de marzo de 2009 que establece lo siguiente:
“Lo dispuesto en el Nº4 del artículo 96 del Código Orgánico de Tribunales se acuerda: instruir a todos los jueces en el sentido de observar especialmente durante las audiencias en que participen las exigencias que requiere la dignidad de su magistratura en su vestuario y trato con abogados y otros partícipes en los procedimientos, así como sus subordinados y público en general, evitando toda actitud o acción que menoscabe tal condición.
Corresponderá a las Cortes de Apelaciones velar por la difusión y aplicación de estas disposiciones en los tribunales de la respectiva jurisdicción”. Una norma que hay que cumplir para estar dentro de las audiencias, los juicios y en los tribunales.
El hábito no hace al monje
Según lo que plantean reclutadores del sector legal, hoy en día vestir formal no es un requisitos para postular a un trabajo. Quien contrata a un abogado debería fijarse en el contenido más que en el cliché de la manera clásica de vestir. Una tendencia que los abogados más jóvenes buscan instaurar cuestionando los códigos de vestimenta más tradicionales y conservadores.
Al respecto, el abogado Víctor Alé señala que en Chile existe una tradición en donde el extremo formalismo está asociado a características personales de los profesionales. Sin embargo, “hoy en día, de a poco, paulatinamente, se está dando espacio para poder vestirse de en el contexto de los abogados la forma que uno desea o uno considere la más pertinente”, dice.
La tendencia a cuestionar las normas que plantea el dress code podrían adecuarse y convivir con el estilo de los trabajadores que se están insertando al mercado laboral y buscan flexibilizar la vestimenta que usan para trabajar. “Cuando una nueva generación de abogados va desafiando la norma anterior de la generación antecesora, empiezan a correlacionarse con ellos, por lo tanto, no es que la categoría del abogado clásico vestido de negro con corbata y maletín vaya a desaparecer, sino que tiene que coexistir con una multiplicidad de manifestaciones de lo que es el Derecho”, puntualiza Amaranta Elizalde Clif, socióloga.
En la misma línea, Diego Sibbald, senior asocciate de Page Excecutive, quien tiene 12 años de experiencia en el reclutamiento de altos ejecutivos y se especializa en prácticas legales y compliance afirma que si bien se estilaba que los abogados vistieran formales los dress code actuales están siendo más flexibles. “Hoy en día es muy difícil ver a abogados muy bien vestidos de traje y corbata, lo que no implica que estén vestidos formalmente. La corbata tiene cada vez menos peso y se utiliza en ocasiones especiales porque se apunta a generar un clima un poco más cercano”.
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