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jueves, 21 de noviembre de 2024

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Los límites de la propiedad intelectual o cómo se puede vivir de los videojuegos

Desde las licencias de la portada de la saga FIFA hasta las obras libres de derechos, desde la autoría de los desarrolladores hasta las empresas que los encargan, cómo navegar por las normativas y contratos que los regulan son algunas de las preguntas que académicos y expertos en el área debaten sobre esta industria, que ni siquiera la pandemia pudo frenar.

- 22 noviembre, 2022

desarrolladores de videojuegosDimiter Gantchev

¿Cómo evito una demanda por plagio si soy un desarrollador de videojuegos? ¿Dónde comienza a transitarse la línea de la propiedad intelectual? ¿Cuáles son los aspectos legales y de negocios de este mercado?

Estas y otras dudas fueron resueltas en un evento organizado por la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales de Chile (SUBREI), organismo dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores del país, y que parte de una simple pregunta: ¿cómo vivir de los videojuegos?

Para comenzar, un poco de contexto: según el centro de estudios Newzoo, los videojuegos son una industria que en 2021 consiguió generar US$196 mil millones en ganancias a nivel mundial.

Además, durante el año pasado la Propiedad Intelectual superó a la economía global, “que no se estaba desarrollando muy bien” debido a los crudos efectos de la pandemia, señaló al inicio del evento Dimiter Gantchev, director del sector de industrias creativas y derechos de autor de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

“Hubo un aumento del 14% en el registro de marcas y de 20% en diseños industriales”, comentó, refiriéndose al informe que hace unas semanas publicó la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea y en el cual se indica que el 47% del PIB en Europa está relacionado con propiedad intelectual y el 39% de los empleos está vinculado con patentes, copyrights, marcas registradas o alguna otra forma de PI.

“En Estados Unidos realizaron estudios similares en los que se estableció que el 30% de los empleos viene también de tales sectores y el 38% del PIB está relacionado igualmente con alguna propiedad intelectual”, dijo y agregó: “Aquello parece sugerir que mientras mejor sea el régimen de propiedad intelectual, mejor será el PIB”.

desarrolladores de videojuegosSebastián Molina

¿Y los videojuegos? El especialista explicó que estos son parte importante de las industrias creativas, las cuales requieren un marco conceptual que, al aplicarse, permite transformar las obras en bienes y servicios económicos.

“La PI es un indicador de desarrollo cuyo marco nos permite monitorear la oferta y demanda en las industrias creativas”, aseguró Gantchev.

Este mismo tema fue abordado por el jefe de la división de propiedad intelectual de la SUBREI, Sebastián Molina, quien precisó que un gran porcentaje de los acuerdos que ha firmado Chile con sus socios comerciales incluyen secciones de propiedad intelectual e instrumentos de protección de los productores nacionales, de manera que no se vean vulnerados por la piratería, tanto de forma local como internacional.

El problema chileno

¿De qué forma la legislación chilena resolvió la relación entre propiedad intelectual y videojuegos? Durante la exposición de José Manuel Muñiz, socio de Asesorías Legales Muñiz & Asociados y secretario general de Video Games Chile, se discutió su historia: aunque se trata de una industria que existe en el país desde 2008, hasta ahora no ha sido tratada de manera normativa, siendo “el único lugar donde aparece mencionado por su nombre la Ley 19.846, de calificación de la producción cinematográfica, y en esa instancia no se define lo que son”.

desarrolladores de videojuegosJosé Manuel Muñiz

Frente a este escenario, una posible solución se podía encontrar en la Ley 17.336, que define a los programas computacionales como obras protegidas por los derechos de autor y que señala, en su inciso segundo y tercero, que siendo el estudio desarrollador del videojuego el que financia y encarga la creación del código, la titularidad de sus derechos patrimoniales se va a entender como transferida directamente a él, dejando fuera de la ecuación a los programadores.

Pero el asunto no se zanja aquí, ya que estas obras no están conformados solo por programas computacionales, sino que también contienen música, guión, actuación, fotografía, programación, arte visual y diseño gráfico, por ejemplo, y cada una tiene su propia regulación y protección de derechos de autor. En consecuencia, tal normativa no basta por sí sola.

Para seguir tal vía el estudio desarrollador necesitaría que el autor contratado para cada una de estos elementos de creación le hiciera una transferencia a través de un instrumento autorizado ante notario de dicha titularidad, la que para ser válida debe estar inscrita en un período de 30 días en el Departamento de Derecho Intelectuales.

“Eso es un problema para los estudios de desarrollo de videojuegos en Chile, porque el proceso de creación ocurre de forma remota en un entorno digital entre personas de ciudades o países distintos, dejando mal a los desarrolladores frente a los publishers” cuando ese plazo no se alcanza a cumplir, explicó Muñiz.

Algunas soluciones legales: contratos y definiciones

desarrolladores de videojuegosMaría José Arancibia

Pero no todo son trabas, ya que existen algunas soluciones. Para María Jose Arancibia, socia de Obrador Digital, “entre las partes, el autor y la empresa desarrolladora de videojuegos, puede existir un contrato de prestación de servicios, regulado por la normativa civil y no laboral”, señala a idealex.press.

Este tipo de acuerdos, agrega, puede ser firmado incluso si el responsable de la obra está en el extranjero. No obstante, se puede identificar otro potencial conflicto: ¿qué sucede con los freelancer?

“Se complica un poco, porque no existe contrato de por medio, sea laboral o prestación de servicios. Por lo tanto, en dicho caso la obra es del autor y para transferirla deberá cumplir con lo que establece la ley», explica, y en caso de que sea un contrato de transferencia total de los derechos de autor, “debe ser ante notario, porque requiere instrumento público o instrumento privado autorizado».

Y si algunas de las partes está fuera de Chile, agrega, el documento se puede hacer ante el cónsul, quien hará las veces de ministro de fe.

Joseph Olin

Otra alternativa, plantea Muñiz, es recurrir a la Ley 19.981, de fomento audiovisual, la cual otorga una definición que podría incluir a los videojuegos. ¿Qué dice esa normativa? Las obras audiovisuales son “toda creación expresada mediante una serie de imágenes asociadas, con o sin sonorización, incorporadas, fijadas o grabadas en cualquier soporte, que esté destinada a ser mostrada a través de aparatos de proyección o cualquier otro medio de comunicación o de difusión de la imagen y del sonido, se comercialice o no”.

Y si el videojuego es una obra audiovisual, plantea el abogado, el segundo paso sería aplicar el artículo 25 de la Ley 17.336, que regula las obras cinematográficas y que dice que con el solo hecho de su creación, salvo que el contrato indique lo contrario, “se va a entender que el productor, por el mero ministerio de la ley, tiene todos los derechos del juego como una obra única, propia e individual”.

“El estudio tendrá los derechos de explotación comercial y se podrá regular la transferencia de los derechos del videojuego sin mover un dedo, solo hay que caracterizarlo como un proyecto audiovisual”, concluyó.

El caso FIFA

David Greenspan

La importancia de la investigación previa a la hora de intentar comprar una licencia, y hacerse preguntas clave de lo que se desea realizar, es fundamental para evitar problemas mayores. Así lo hizo saber David Greenspan, exdirector de asuntos legales en Bandai Namco Entertainment America y profesor en la Santa Clara University.

“Si quiero hacer un videojuego de Spider-Man tengo que firmar un acuerdo de licencia con sus propietarios, por lo que tengo definir qué es lo que quiero. ¿Quiero utilizar los derechos del cómic, de la película o ambos? ¿Se pueden adquirir en conjunto? ¿El actor que ha hecho del personaje viene como licencia aparte? ¿La música es propiedad de Marvel? Es necesario averiguar quién posee la titularidad de cada elemento a la hora de negociar con sus propietarios”, advirtió.

Y para encontrar un ejemplo de ello no es necesario elucubrar en exceso: para la saga de juegos de futbol FIFA, de Electronic Arts, cada entrega anual requería negociar la licencia de varios elementos y, en particular, la portada de su última versión, de 2022, supuso un verdadero ejercicio pirotécnico de permisos.

“Todos esos logotipos eran parte de un acuerdo de licencia, para poner la calificación de edad se debe firmar una licencia con la ESRB (Entertainment Software Rating Board), tienes también el nombre del desarrollador, el jugador (Mbappé), con el que tienes un acuerdo aparte, además están los logos en la camisa. ¿Vienen las licencias de esa marcas con el jugador? Hay que buscar todos esos derechos de forma separada”, explicó.

Portada FIFA 22. Electronic Arts

Y aunque la preocupación y el respeto por la propiedad intelectual es fundamental, también son una alternativa a considerar las creaciones que están disponibles en el dominio público y que pueden usarse como fuentes de inspiración, aseguró Joseph Olin, director ejecutivo de la Video Game Bar Association.

“Está bien tomar prestadas obras que vinieron antes de ti, hay un motivo por el que ‘Alicia en el país de las maravillas’ se ha hecho miles de veces, está en el dominio público, y puedes hacerlo como quieras, puedes realizar una adaptación musical de ‘La riqueza de las naciones’, de Adam Smith, si lo deseas. Nuestras culturas son una gran fuente de inspiración y uno puede acercarse a otras personas para pedir el licenciamiento de sus propiedades intelectuales”, aseguró.

Aunque de querer recurrir a esta última posibilidad, y para evitar meterse en problemas, Greenspan alertó sobre la importancia de asesorarse jurídicamente y conocer las leyes: “La mayoría de los desarrolladores no quieren hacer eso porque puede ser caro, pero tienen que verlo como una inversión, ya que con un buen abogado te puedes ahorrar mucho dinero y no tendrías que sacar tu juego de las tiendas por alguna infracción de propiedad intelectual”.

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