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domingo, 24 de noviembre de 2024

editorial

Los estudiantes de Derecho necesitan honestidad académica

«Pocas escuelas de Derecho se están haciendo cargo hoy de preparar a sus estudiantes desde una perspectiva profesional. Ello implica hacer hincapié en que hablen fluidamente inglés; lograr que internalicen la necesidad de especializarse con posgrados de calidad; y que entiendan que las notas o calificaciones los perseguirán por más de una década»

- 28 marzo, 2016

 
Seguimos en marzo, mes en que en la mayor parte del hemisferio sur los universitarios comienzan sus clases; en abril ya estarán dando las primeras pruebas y exámenes.
 
Si antes el joven universitario podía darse el lujo de preocuparse sólo del presente, es decir, de asistir o no a clases, tener calificaciones medianamente decentes y pasar de curso, hoy no es así.
 
La cantidad de abogados en el mercado hace que algunos se titulen con una muy buena preparación —que normalmente viene de la historia familiar, del colegio y de la universidad que los aceptó—, mientras otros creen estar trabajando para un futuro auspicioso, que no resulta ser tal por la falta de herramientas con que el joven cuenta y por la carencia de información de la realidad en que estará inserto.
 
Pocas escuelas de Derecho se están haciendo cargo hoy de preparar a sus estudiantes no sólo doctrinariamente, sino desde una perspectiva profesional.
 
Ello implica hacer hincapié en que hablen fluidamente un segundo idioma —inglés, en la mayoría de los casos; lograr que internalicen la necesidad de especializarse con posgrados de calidad; y que entiendan que las notas o calificaciones los perseguirán por más de una década, tanto para conseguir una beca como al entrar en competencia para ser contratados.
 
Explicarles aquello a lo que se enfrentan implica de parte de los cuerpos académicos y de las autoridades universitarias una honestidad que no siempre estará alineada con los objetivos económicos del plantel. Esa honestidad podría también colisionar con la realidad de la universidad de que se trate.
 
En ese caso y como el mundo no es perfecto, es el estudiante quien tiene que asumir la responsabilidad de mantenerse informado de los requerimientos del mercado y no dejar esa tarea para después de aprobar el examen de grado.
 
 
Sofía Martin Leyton
Directora
Idealis Reports

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