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jueves, 28 de marzo de 2024

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Las fintech en Latinoamérica 

“Luego de haber analizado la situación actual de Colombia, México y Chile en relación al estado de evolución de los ecosistemas fintech, queda claro que los 3 países se encuentran a la vanguardia en la región dentro de la regulación en nuevas tecnologías” 

Juan Frers - 29 marzo, 2021

Tras lo vivido durante el año pasado, entramos en un cambio de paradigma en relación al uso de las nuevas tecnologías y sus aplicaciones, como es del caso de las fintech en Latinoamérica, que na seguido la tendencia de muchos países desarrollados: la conducta de los consumidores cambió de forma notoria y la regla general paso de ser de la presencialidad a la virtualidad.

Las llamadas fintech —se mezclan los términos finance y technology— que se definen generalmente como “empresas emergentes las cuales brindan distintos tipos de servicios financieros a través del uso de la tecnología”, tiene por finalidad agilizar diversos procesos con el uso de nuevas tecnologías.

Existen varios institutos en relación a las fintech, como los distintos tipos societarios de las llamadas SAS (sociedades anónimas simplificadas), métodos de financiamiento colectivo como el crowdfunding, y sandbox regulatorios, como ambientes de testeo y crecimiento.

En el presente artículo analizaremos lo que está sucediendo en esta materia, en Colombia, Chile y México.

En el caso mexicano contamos con la llamada ley fintech (2018). La finalidad de la norma es promover la inclusión financiera de las fintech en un marco igualitario con las empresas tradicionales del sector financiero. México es uno de los países pioneros en cuanto a normativa y regulación de nuevas tecnologías.

La norma fintech abarca 4 puntos claves: los activos virtuales (como las monedas digitales), la asesoría financiera, el fondeo colectivo (crowdfunding) y los pagos electrónicos, regulación que apunta a la organización, funcionamiento y al curso normal de cumplimiento de las fintech. Además, garantiza los derechos de los consumidores que operen con este tipo de empresas.

En el caso colombiano contamos con la reciente ley 2069, llamada ley de emprendimiento, la cual busca impulsar el emprendimiento en Colombia estableciendo un marco regulatorio a través de la consolidación y sostenibilidad de las empresas, para aumentar el bienestar social.

Si se logra aumentar el crecimiento de capital emprendedor, Colombia podría posicionarse como uno de los países claves en el desarrollo del ecosistema fintech.

Colombia aplica el modelo de la llamada economía naranja, la cual es la clave para todo el ecosistema fintech, la idea de un nuevo modelo económico basado en bienes y servicios con dos elementos distintivos, la cultura y la tecnología.

Por otro lado, en relación a la regulación sandbox cuenta con el decreto 1234, el cual define al sandbox regulatorio como “El espacio controlado de prueba es el conjunto de normas, procedimientos, planes, condiciones, requisitos y requerimientos prudenciales que permite probar desarrollos tecnológicos innovadores en la prestación de actividades propias de las entidades vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia”

En el caso chileno contamos con el anteproyecto de la ley fintech, que fue publicado el 9 de febrero del corriente año, impulsado por la Comisión para el Mercado Financiero de Chile (CMF).

Su objetivo es contar con un marco regulatorio para el funcionamiento de las fintech o startups con miras a su desarrollo en el país y también regular el llamado financiamiento colectivo o crowdfunding, brindándole un marco jurídico.

La propuesta fintech se basa en cinco pilares:
– Proporcionalidad: las exigencias deben ser diferenciadas y proporcionales, en función de los riesgos inherentes a las actividades particulares que realice cada entidad.

– Neutralidad: la regulación no debe generar asimetrías regulatorias entre aquellas entidades intensivas en tecnología o aquellas que empleen en menor medida la tecnología.

– Integralidad: para que la regulación aplicable al Crowdfunding cumpla su finalidad, no solo debe abordar los aspectos propios de la actividad por sí sola, sino que además debe regular los servicios y aspectos conexos para permitir a las empresas generar economías de escala o de ámbito, y mejorar su competitividad a nivel local y regional.

– Flexibilidad: la regulación debe permitir que coexistan distintos modelos de negocios y que éstos puedan cambiar en el tiempo sin que sea necesario adecuar constantemente esa regulación.

– Modularidad: la regulación debe reconocer que el servicio que tradicionalmente se prestaba de manera integral, con la tecnología se puede descomponer y, por tanto, que pudieran existir prestadores de servicios que solo realicen un componente de la cadena de valor del servicio tradicional, razón por la cual las exigencias que la entidad deberá cumplir tendrán directa relación con los distintos componentes (módulos) que vaya a realizar.

Luego de haber analizado la situación actual de Colombia, México y Chile en relación al estado de evolución de los ecosistemas fintech, queda claro que los 3 países se encuentran a la vanguardia en la región dentro de la regulación en nuevas tecnologías.

Es importante entender que el fenómeno de las nuevas tecnologías ha llegado para quedarse, y será de vital importancia entender cómo las economías regionales reaccionaran frente a estas nuevas tecnologías.

Siendo de vital importancia que los estados puedan acompañar el crecimiento del ecosistema fintech a través de herramientas que incentiven el crecimiento e inclusión de las mismas, como los institutos del crowdfunding, sandbox entre otros.

 
* Juan Frers es contador auditor y abogado por la Universidad de Buenos Aires, profesor en la misma casa de estudios y en la Universidad de Chile y Universidad de Santiago de Chile. CEO de la empresa Worldwide TaxNet, y asociado de la firma Moore Global. Ha escrito y publicado diversos artículos sobre nuevas tecnologías.

 
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