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sábado, 23 de noviembre de 2024

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Las condiciones laborales del personal de salud ante el Covid-19: el caso peruano

«Quizá no sea el argumento de un comic de Marvel, pero en días en el que el mundo está siendo duramente azotado por una pandemia como el COVID-19, que día a día cobra nuevas víctimas y enluta a miles de familias alrededor del planeta, salen al ruedo un grupo de personas anónimas a hacerle frente a la situación».

Christopher Mendoza - 24 marzo, 2020

Christopher Mendoza Díaz
Christopher Mendoza Díaz

Héroes sin capa. Quizá no sea el argumento de un comic de Marvel, pero en días en el que el mundo está siendo duramente azotado por una pandemia como el COVID-19, que día a día cobra nuevas víctimas y enluta a miles de familias alrededor del planeta, salen al ruedo un grupo de personas anónimas a hacerle frente a la situación.

Nos referimos al personal de la salud —médicos, enfermeras, personal administrativo, conductores de ambulancia, personal de limpieza, entre otros— quienes están en uno de los frentes de acción más feroces, garantizando varios aspectos de la operación tras las primeras líneas.

Pero… ¿qué sucede si la crisis se agrava cuando este grupo ve comprometida sus labores a causa de la falta de control en los procesos peligrosos a los que se encuentran expuestos? Por citar algunos ejemplos, la atención a pacientes —o presuntos— sin las protecciones debidas, u otro menos visible relacionado con la organización del trabajo, como las largas jornadas o la falta de tiempos de descanso.

“Todo el personal de salud somos hijos, hermanos, padres, que pertenecemos a una familia a la cual, al no contar con estas pautas, ponemos en riesgo de cualquier contagio al entrar en contacto con ellos, lo cual viola directamente los derechos de los trabajadores de la salud y humanos, vulnerando también la seguridad y derechos de nuestros pacientes”, replica un amigo médico expresando el sentir de muchos colegas suyos.

A fin de garantizar el derecho a la salud de todas las personas, es necesario proteger a quienes se encuentran en primera línea haciéndole frente a la pandemia del coronavirus; a todo el personal de salud que trabajan en los hospitales y centros médicos donde se está combatiendo este virus.

Por ello, el Gobierno a través del Ministerio de Salud debe asegurar que todo el personal de salud tenga acceso a las medidas de protección —mascarillas, guantes— y que se realicen los test de detección necesarios entre el personal del sector a fin de garantizar su derecho a la salud y conocer la incidencia del virus.

“Hay que señalar que los trabajadores y trabajadoras de la salud estamos realizando un esfuerzo encomiable, puesto que tenemos que continuar prestando servicios a pesar de los riesgos personales para nosotros y nuestras familias. Entre los riesgos que corremos figura la posibilidad de contraer la enfermedad al realizar nuestro trabajo, el exceso de horas de labores, la angustia psicológica y el cansancio. Por eso es urgente que el Estado garantice nuestra protección”, señala otro profesional de la salud.

En conferencia de prensa realizada el día 20 de marzo de 2020, el Colegio Médico del Perú revelo que son 10 los médicos diagnosticados con COVID–19 y más de 80 casos sospechosos.

Los estándares internacionales sobre derecho a la salud obligan a los Estados a “formular, aplicar y revisar periódicamente una política nacional coherente destinada a reducir al mínimo los riesgos de accidentes laborales y enfermedades profesionales, así como formular una política nacional coherente en materia de seguridad en el empleo y servicios de salud”, lo que incluye las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de la salud.

Es necesario proporcionar equipo de protección personal adecuado y de calidad, información, capacitación y apoyo psicológico para facilitar la labor de enfermeros y enfermeras, médicos y demás personal implicado en la respuesta.

Asimismo, especialistas en salud mental lanzaron una serie de recomendaciones para el autocuidado del personal de salud avocado exclusivamente a la emergencia sanitaria que afronta todo el mundo a causa del COVID-19.

“El autocuidado es primero para poder ayudar”
— Comer y dormir sanamente. Realizar en lo posible ejercicios de relajación y estiramiento de manera diaria.
— Buscar momentos de exposición al sol. Realizar actividades que resulten placenteras para uno, como leer, escribir, bailar, realizar manualidades, juegos de mesa y otros. Trabajar con las herramientas necesarias y seguras de modo a no exponerse a situaciones riesgosas.
— La desconexión es importante. Evitar que las conversaciones se centren exclusivamente en la pandemia.
— Saber decir no cuando los límites físicos y emocionales son propasados. Saber o intentar expresar el malestar

“Mis emociones son importantes”
— Cuando sienta miedo, apóyese en situaciones similares. Piense en cuántas veces en su vida ha superado la enfermedad tanto en usted como en sus pacientes.
— Evitar el pensamiento catastrófico, recurriendo a pensamientos optimistas.
— Controlar las emociones negativas. Utilizar por ejemple el buen humor como herramienta.
— Reconocer las emociones y aceptarlas. Apoyarse en su familia, amigos y compañeros.
— Al advertir somatizaciones como síntomas de estrés, pedir ayuda.
— Si posee una vulnerabilidad psicológica o emocional, evitar situaciones que lo expongan innecesariamente. Comentar en su equipo de trabajo de modo a fomentar el cuidado entre compañeros.
— Luego de la Jornada laboral, aprovechar el tiempo con uno mismo. Busque paz y serenidad.

“Tengo compromiso con la calidad y calidez de atención”
— Entender desde la perspectiva del paciente. Practicar la empatía
— Tener en cuenta el manejo confidencial de los datos del paciente y familiares.
— Promover un ambiente de confiabilidad con el paciente.
— Cuidar las conductas de discriminación y rechazo a personas con sospechas de contagio.
— La comunicación es imprescindible, utilizar lenguaje claro y sencillo.
— Recurrir a la literatura científica para brindar información
— Colaborar con la difusión de información realista y veraz, disminuyendo así temor o pánico.

La vez que aplaudamos para reconocer tan noble y esforzada labor, demandemos los cuidados necesarios para conservar la salud de nuestros héroes, pues de no hacerlo serán víctimas colaterales de la crisis, que seguro se ignorarán en el balance oficial final, que a lo sumo los presentarán en una coletilla, al pie de la página.

*Christofer Mendoza es abogado por la Universidad de Lima. Abogado senior miembro del área contenciosa de la firma Santiváñez Antúnez Aogados.

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