"No puedo dejar de pensar en ellos cuando veo que ciertas oficinas de abogados se precian de no conocer límites,...
Estudiar en el extranjero sin perder la inversión
«Te recomiendo escoger un punto medio entre ambos factores, prestigio del centro de estudios y el precio del curso, pero, sobre todo, que seas curioso e investigues bien los detalles como la sede, idioma en que se imparte, networking, financiamiento, currícula y profesores»
Karol Valencia - 12 mayo, 2020
Karol Valencia
Para quienes decidimos emigrar en busca de mejores oportunidades y hemos nacido en algún país en vías de desarrollo, es bastante complicado partir. Si realmente deseas hacerlo, aquí te dejo algunos puntos que deberás de considerar antes de salir de casa, contados desde la perspectiva de alguien que más allá de buscar mejores oportunidades, fue con el claro propósito de reinventarse.
1. define tu propósito = tu porqué. Esto es crucial a la hora de decidir el viaje y más aún si es para estudiar en el extranjero porque si no eres capaz de identificar tu propósito a tiempo, ello puede repercutir no solo en que éstos estudios se conviertan en un fiasco sino en que finalmente te frustres más y no logres cumplir con las expectativas deseadas no solo de quienes seguramente te apoyen -aunque sea anímicamente- sino y más importante con tus propias expectativas y ello puede generar mucha presión en ti además de la frustración antes dicha.
Por otro lado es vital tener identificado aquello que nos mueve a emigrar y estudiar afuera. Los motivos pueden variar desde querer convertirte en un experto que conoce varias realidades y tener una perspectiva holística que no se adquiere solo de leer, o puede haber otros motivos igualmente válidos: mejor currículo, variedad de especialidades –raras o impronunciables–, el poderoso y afamado networking o simplemente un cambio para ver otras realidades.
Pero también aquello que te impulsa puede ser la mejora de oportunidades, que a su vez puede traducirse en ofertas laborales al culminar los estudios e incluso mientras se cursan; alguna capacitación; la posibilidad de becas o múltiples beneficios, como aprender otro idioma o reforzarlo: el beneficio comparativo de que cuesta menos que la educación de calidad en tu país de origen.
2. a dónde me voy y cómo escojo la casa de estudios adecuada. Hay múltiples opciones desde los lugares más gélidos del planeta hasta islas paradisíacas; lo que sí te recomiendo es que tengas muy claro que vas a estudiar y no de vacaciones.
Puedes enfrentarte a algún programa como ERASMUS en Europa, que permite a estudiantes de todas las carreras de universidades en el continente estudiar un semestre en algún otro país. Según me he informado, hay quienes lo aprovechan y escogen un país donde ponen en práctica el idioma que han aprendido como el inglés, portugués, alemán, italiano o español, y le sacan el mejor provecho posible.
Pero lamentablemente también existen casos en los cuales es una inversión perdida. Hay estudiantes que al no tener claro su proósito, pues aprovechan para ir de excursión, a la playa, juntarse solo con los chicos que como ellos son de su país y no conectan con otros.
Y lo más triste es que no pulen un idioma distinto.
En cuanto a la universidad, instituto o escuela en la cual cursar estudios pues la oferta es variada y muy diversa tenemos desde los centros de estudios que literalmente tienen las 3B de bueno, bonito y barato, así como las más costosas que no necesariamente son de mejor calidad ojo con ese detalle y es muy importante considerar nuevamente el porqué estudiamos un curso fuera.
Con nuestros objetivos claros, podremos escoger mejor qué diploma o titulación nos conviene llevar. En muchos países —hasta el día de hoy— es más valorado aquel título que procede de tal o cual casa de estudios, universidad o escuela, por su reputación y la cantidad de másteres que uno tiene, mientras que en otras latitudes son más valoradas las habilidades blandas, digitales y el sentido común, así como la capacidad de resolver problemas: lo que les interesa es lo que puedes aportar a la empresa y, obviamente, que causes buena impresión en la entrevista:, en algunos casos ni te pedirán la hoja de vida.
Desde mi experiencia, te recomiendo escoger un punto medio entre ambos factores, prestigio del centro de estudios y el precio del curso, pero, sobre todo, que seas curioso e investigues bien los siguientes detalles: sede, idioma en que se imparte, networking al que puedes acceder, facilidades de financiamiento, currícula y profesores. Esto último es vital, porque puede ser que no sea un centro de estudios top, pero sus profesores pueden hacer toda la diferencia por su trayectoria profesional y por su metodología. Tal como hay alumnos aplicados y otros que no, existen excelentes profesores y otros que no tienen metodología.
3. visado, estancia y gastos. El tip principal aquí es la planificación. Emigrar por el motivo que fuese y más aún si es por estudios no es algo que uno decide y hace de la noche a la mañana; tiene que seguir un plan previamente establecido y con pasos a cumplirse como cualquier otro proyecto que hayas realizado a lo largo de tu vida profesional o académica, donde quien pone la nota, lejos de ser tu jefe, tus padres o las entidades financieras, serás tú.
En cuanto al visado y documentación a presentar es necesario que tengas claro que éste depende única y exclusivamente del país en el que hayas decidido cursar los estudios, pues cada destino tiene una regulación distinta y en todos, por ser estudios de Derecho, te pedirán que acredites haber cursado al menos la mitad de la carrera, salvo que te vayas a estudiar desde cero que también es válido, pero es otra historia.
Si lo que harás será un máster u otro grado y no un intercambio, más aún cuando de revalidación y convalidación del grado de Derecho se trate, te van a exigir, sin excepción, tus títulos con la apostilla de La Haya, quizás cartas de recomendación de empleadores o profesores, tu hoja de vida y la visa.
Para que te otorguen la visa deberás valorar también los tiempos de expedición de éstas, según cada país y embajada, si hay consulado de ese país en tu país de origen o si debes viajar a una sede cercana. Y, y sobre todo, haber sido admitido previamente a la escuela en la que quieres estudiar.
En mi experiencia personal, es mejor que seas admitido y cuentes con tu carta de admisión al programa o escuela en original y copia antes de iniciar la solicitud del visado, aunque a veces funciona mejor si lo haces en paralelo, pues hay sistemas de visado más lentos o expeditivos en virtud del país.
Otra cosa muy importantes es la planificación. Por favor, tienes que tener plan A, B y C para el fondo de ahorro. No viajes sin “bolsa de viaje” por nada del mundo, y ten muy presente que ese ahorro no es para los gastos, sino para contingencias.
A muchos amigos, la crisis del Covid-19 los tiene aún atrapados en el extranjero y, si bien es cierto la universidad los protege, es solo hasta cierto punto, pues ellos deben recurrir a su seguro y fondo de ahorro. Todos los visados de estudios te lo piden como requisito, excepto algunas becas; además del fondo de ahorro, hay que contemplar mensualidad para gastos tales como vivienda, alimentos y transporte, lo básico.
A diferencia de lo que conocemos en nuestros países, en el extranjero los alquileres suelen ser más costosos, pero puedes compartir con más estudiantes o personas en situación similar y aminorando los costos en gran medida. Todo dependerá de la zona que elijas y casi todos te brindan la facilidad de contar con calefacción, aire acondicionado, mobiliario y hasta fundas.
Otros, como las pensiones de estudiantes, no necesariamente te las paga la beca que ganaste, aunque a veces se consideran dentro la mensualidad que pagas en la universidad. En ella te ofrecen hasta comida diaria, pero por lo demás deberás comprar tus alimentos y desarrollar algún dote culinario de supervivencia como el que yo he adoptado.
Todos los lugares de estudiantes suelen contar con conectividad muy buen internet y si decides —como yo— ir a Europa central o cruzar a New York, hay muchos cafés con wifi.
El transporte es más sencillo, pues basta con comprarte un pase de metro, comprarte una bicicleta, afiliarte a alguna aplicación de scooter, bicicletas, subirte al sistema de buses y siempre tendrás la opción de tomar un taxi. En tiempos de post-COVID sugiero enormemente la bicicleta. Yo ya me he comprado una, pero comencé afiliándome a una app y lógicamente caminar.
4. expectativas versus realidad. Por favor, si vas con la expectativa de quedarte en el país al que fuiste a estudiar, no lo hagas.
Recomiendo mucho no ir con esa expectativa, a menos que desde antes de salir de tu país de origen hayas hecho cosas tales como: escribir mucho y bien, desarrollar tu marca personal —y no me refiero solo al linkedin— , tener una red poderosa de networking con personas que admiras, a las cuales conoces, con las cuales cultivas relaciones y que por cuestiones de su trayectoria y el destino están un poco más adelantados en el camino que a todos nos toca andar.
Son ellos quienes finalmente podrían recomendarte para la tan ansiada pasantía o fellowship en alguna empresa de tu interés… o solo en alguna empresa. Pero como sea, a un lugar donde verdaderamente podrías llegar a iniciar una carrera profesional en el extranjero; lo importante es que vayas con los pies sobre la tierra.
Se trata de que comprendas que, finalmente, si algunas expectativas laborales o de pareja , porque sí muchas personas viajan pensando en quedarse afuera porque conocerán a algún guapo o guapa abogado o abogada y no , no siempre acaba así,, recomiendo emigrar por motivos de estudios. Es una experiencia que te humaniza, que te enseña que en cierto punto todos somos “ciudadanos del mundo”.
Solamente remando juntos con madurez, empatía y tendiendo una visión holística de las cosas, podemos crear soluciones legales que permitan el tan ansiado acceso a la justicia y que la misma esté al alcance de todos, a pesar de sus diferencias.
Karol Valencia Jaén es abogada de la Universidad Católica San Pablo (Arequipa, Perú), se ha especializado como Legal Service Designer y es Futurist en eID, en España, donde cursa estudios de convalidación de grado.