Juez chileno explica cómo resultó una junta de acreedores virtual

Poder Judicial, Youtube

Sofía Martin

Se trataba de una junta de acreedores en una solicitud de reorganización de una empresa, que requería de un quorum de 2/3 de las acreencias con derecho a voto según la ley vigente. Era de tal relevancia, que si no se aprobaba la propuesta de pagos del deudor, ello implicaba que la compañía deudora —el retailer chileno ABC-DIN— entraba en liquidación, figura que hasta hace pocos años se conocía como quiebra.

Los acreedores ya habían verificado sus créditos ante el juzgado civil correspondiente con los títulos justificativos y, aproximadamente, eran CLP $50 mil millones en deudas.

El veedor del proceso ya había conversado con todos los acreedores y estaba coordinando la forma de pago de la empresa, cuya intención a la fecha era seguir funcionando.

Audiencia en línea

Roberto Soto es el juez que tuvo a su cargo esta audiencia el 9 de abril, en el 21º Juzgado Civil de Santiago, que por primera vez se realizó en un entorno digital y explica que había conectadas unas 70 personas, de las cuales cerca de 58 eran acreedores.

Como ya se encontraban acreditados en el procedimiento, sus créditos no impugnados y reconocidos por el veedor, ahora debían concurrir a esta junta. El veedor ya había recabado el voto de varios de los acreedores, quienes no necesitaban hacerse presentes en la audiencia, aunque —dice el magistrado— algunos se conectaron de todas maneras.

Roberto Soto, Juez Civil de Stgo.

En la junta, presidida por el tribunal, el veedor dejaba constancia de los votos de aceptación y rechazo. En la ocasión, se cumplió con el quorum, por lo cual se dio por aprobada la fórmula de pago propuesta por la empresa, la que de este modo se encontró habilitada para continuar operando en proceso de reorganización.

Fue la primera audiencia en esta materia y tan numerosa en el país. «Creo que para ser la primera vez y sin haber tenido expertise, fue ordenada y salió muy bien», opina de la actuación judicial, que duró aproximadamente 1 hora.

Detalles

Por lo general, en pantalla siempre se visualizaban 5 personas, «incluyendo al veedor y al abogado de la empresa», cuenta el magistrado. Los representantes de los acreedores en el juicio iban pidiendo permiso para hablar en forma interna al abogado que asistía al veedor, quien hacía la solicitud formal y luego daba el acceso para que hicieran su pregunta: «Fue muy ordenado tener un moderador y resultó muy fluido».

Además de quedar grabada la audiencia en video y en formato de audio, Roberto Soto explica que el tribunal siempre levanta un acta de lo obrado. En tiempos normales, estas juntas se apoyan en la Unidad de Insolvencias y sus integrantes, que son abogados, asisten presencialmente y envían el borrador de acta al juez, quien la revisa y tras su aprobación, la firma electrónicamente junto con el ministro de fe del tribunal, sin perjuicio de que también se guardan las grabaciones.

Desde la entrada en vigencia de la Ley de tramitación electrónica en Santiago, el 18 de diciembre de 2016, todas las causas, todos los juicios, todos los procedimientos, recalca el magistrado, se llevan de manera digital. Y, añade, sea que se trate de expedientes antiguos que mantienen el papel o causas nuevas, todo se firma electrónicamente con un token que usa cada juez.

Resumen de la audiencia

En Youtube puedes ver una nota resumen hecha por Comunicaciones del Poder Judicial, que muestra extractos de la junta de acreedores virtual, llevada a efecto en el 21º Juzgado Civil de Santiago.