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miércoles, 27 de agosto de 2025

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Intuición, psicología y sesgos en la práctica legal

Incluso en la práctica del Derecho, ámbito en que se inculca el pensamiento moderado y sistemático, es el instinto el que parece llevarse el crédito sobre ciertas decisiones. Una herramienta poderosa que debe someterse a escrutinio ya que, en algunas ocasiones, puede conducir al error.

- 27 agosto, 2025

“Blink” puede traducirse como parpadeo o destello: un instante donde las personas conectan con su intuición y, en segundos, forman opiniones sobre un tema o una persona, e incluso toman decisiones que parecen inconscientes. En «Blink: The Power of Thinking Without Thinking», traducido al castellano como «Inteligencia Intuitiva: ¿Por qué sabemos la verdad en dos segundos?», el periodista Malcolm Gladwell explora los juicios inconscientes que hacemos en un abrir y cerrar de ojos.

Blink Malcolm GladwellHachette Book Group

Este fenómeno puede emerger en la cotidianidad de la práctica del Derecho, aun cuando desde la formación se inculca el pensamiento valorativo y sistémico. Si bien la acción apegada a procesos y estatutos es la base del razonamiento jurídico, en algunas ocasiones es el instinto el que parece llevarse el crédito sobre ciertas decisiones.

Estas impresiones rápidas son la síntesis de una gran cantidad de información compleja proveniente de nuestras experiencias más profundas, señala Gladwell. El resultado: una corazonada sobre un testimonio, la certeza sobre hacia dónde se inclinará un fallo e incluso la sensación de antipatía hacia un cliente al que acaban de conocer.

Para los abogados, podría tratarse de una herramienta poderosa. Pero Gladwell advierte que la intuición solo funciona adecuadamente cuando no está nublada por el ruido, algo que abunda en la práctica del Derecho. Estas percepciones pueden sentirse justificadas, pero la psicología y la experiencia nos dicen no siempre están en lo correcto.

Perspicacia y percepciones erradas

En algunos casos, es la experiencia la que puede conducir a ciertos sesgos, explica el autor. Un abogado de familia o un penalista experimentado pueden caer en ciertos errores de lectura debido al trato recurrente con cierto tipo de personas.

Quien ha coincidido con decenas de padres manipuladores puede asumir un engaño donde sólo hay confusión o quien ha trabajado en demasiadas ocasiones con reincidentes, puede percibir deshonestidad donde no la hay.

Otras percepciones erradas son generadas por ciertos gestos de algunas personas, como cuando se piensa que alguien miente por su falta de contacto visual o ritmos extraños al hablar.

La experiencia nos vuelve más perspicaces, pero puede atenuar la capacidad de matizar. Al pensar “ya sé cómo termina esto”, puede que tengamos razón o que estemos ciegos ante la excepción. Es necesario volver atrás y poner la vista en que la intuición no es neutral, sino que está moldeada por nuestra historia y contexto.

Lo que llamamos instinto puede en ocasiones ser únicamente un atajo: un patrón cognitivo que alguna vez fue útil, pero que puede ser falible. El efecto halo es uno de esos atajos: la creencia inconsciente de que alguien elocuente o atractivo es también creíble.

Este patrón ocurre también en el sentido inverso: actuar siempre desde la desconfianza porque en ocasiones anteriores esa duda te trajo un dividendo o simplemente creer que alguien miente porque su forma de ser te recuerda a alguien más. En estos casos, situarse siempre desde la sospecha se siente como una muestra sabiduría, pero en realidad es un mecanismo de defensa.

En la práctica del Derecho se suele recompensar la rapidez. Hay poco tiempo —o disposición— para detenerse y cuestionar. Pero reflexionar no es un lujo, es una protección. Como dijo Carl Jung: “Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente dirigirá tu vida y le llamarás destino”. En el Derecho, ese destino puede ser una señal de alarma ignorada. Gladwell no argumenta en pos de descartar la intuición, pero sí someterla a escrutinio.

 
El artículo original fue escrito por Rebecca Ward y publicado con fecha 25 de julio de 2025, bajo el título “Intuition in the courtroom: Friend or foe?», en el medio australiano Lawyers Weekly.

 
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