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viernes, 19 de abril de 2024

internacional

Inteligencia artificial ya se aplica al trabajo legal

Ya hay algotirmos que en menos de una hora revisan antecedentes jurídicos que a un abogado le tomaría años, sin errores y con un costo que es una fracción de lo que se le paga a un abogado con cinco años de experiencia. También existen sistemas para hacer seguimiento del historial de abogados y jueces mediante un “procesador natural de lenguaje”, que entrega precisas estadísticas.

- 16 mayo, 2016

Camila Pantoja

 
¿No sería increíble tener robots haciendo cosas por nosotros? ¿Desayuno en un par de segundos? ¿Una casa limpia todo el tiempo? ¿Comida en un solo click? Vamos a comenzar. La mayor parte del tiempo la idea de los robots nos parece fascinante y asombrosa, los vemos en películas, en universidades y en videos de YouTube. Pero no nos detenemos en algo que puede ser aún más significativo que preparar una hamburguesa en un par de segundos… ¿podría un robot quitarme el trabajo? ¿Podría mi aprendizaje quedar obsoleto en pocos años?
 
Hace algunas semanas, el economista chileno Sebastián Edwards escribió una columna en el diario La Tercera, titulada “Ya pronto tu empleo desaparecerá”, hablando sobre las posibilidades reales de que en 7 años el trabajo que realizan cientos de personas pueda ser reemplazado por máquinas. Es más, dijo que aquellas personas que realizan labores rutinarias, mecánicas y repetitivas enfrentan una gran probabilidad de perder su empleo y ser reemplazadas por máquinas. ¿Qué podemos hacer frente a este escenario? Especializarnos. La batalla aún no está perdida.
 
Edwards se atrevió a disparar y a proponer una fecha para que las cosas se vayan desarrollando y la entrada de los robots pueda tomar un significado importante en nuestras vidas laborales. Sabemos que muchas veces se requiere que un abogado pase horas y horas revisando archivos de juicios y casos pasados. Estas tareas tediosas en las que se “pierde” bastante tiempo ya están siendo automatizadas para su mayor eficiencia. “NextLaw, basada en Palo Alto, usa el sistema de inteligencia artificial Watson de IBM para hacer la labor de abogados jóvenes”, dijo Edwards. El sistema contendría un algoritmo muy eficiente en las áreas de due dilligence y durante la etapa de discovery de evidencias en los juicios. “En menos de una hora revisa antecedentes jurídicos que a un abogado le tomaría 38 años leer, no comete errores y cuesta una fracción de lo que cuesta un abogado con cinco años de experiencia”, planteó el economista en su columna.
 
El artículo “How AI And Crowdsourcing Are Remaking The Legal Profession”, subido en la página Fast Company plantea que gran parte de este cambio en la forma de automatizar procesos puede provenir de las nuevas generaciones que están estudiando Derecho en estos momentos. Mucho de esto tiene que ver con que las nuevas generaciones tienen expectativas distintas respecto a cómo puede ser y qué se puede esperar de la tecnología.
 
La compañía Lex Machina, una empresa de Lexis Nexis, ha jugado un rol importante en liderar el registro de actividades por parte de abogados y jueces. La entidad realiza un seguimiento del historial de abogados y jueces a través de una técnica de inteligencia artificial conocida como “procesador natural de lenguaje”; en inglés: natural language processing (NLP). El potencial de análisis que tiene esta técnica es impresionante y puede llegar a ser útil para ver cómo fallan determinados jueces dependiendo del caso y qué abogados en particular están envueltos en distintas causas.
 
“Podemos analizar cientos de computadores a través de la ciencia de datos complejos a costos relativamente bajos”, dice Daniel Lewis CEO y co-fundador de Ravel Law, otra de las startups que ha ido liderando la tecnología de estos procesos. “Hace apenas 10 años, habría sido muchísimo más caro y lento”.
 
El tema se pone aún más interesante cuando pensamos en qué caminos se pueden tomar para migrar a oportunidades de trabajo que no pueden ser reemplazadas -hasta el momento- por robots. Este boom de startups tecnológicas viene en parte por la frustración que sienten los estudiantes actuales en relación a cómo se están desarrollando las cosas; por ello mismo buscan nuevas tecnologías que los ayuden a no ser reemplazados sino que la tecnología los potencie.
 
Tal como dijo Edwards en su columna: “El futuro les pertenecerá a los expertos en ‘big data’, a ingenieros de sistemas, a programadores, a expertos en células fotoeléctricas y en sensores, a especialistas en nanotecnología, a biólogos nucleares, a matemáticos, a mecánicos sofisticados, a operadores de robots, a físicos y a diseñadores con conocimientos tecnológicos”.
 
Pero no hay por qué alarmarse, cada vez más el área de la abogacía se abre a explorar la tecnología, por lo tanto, es un buen momento para que los estudiantes comiencen a complementar sus conocimientos jurídicos con herramientas informáticas: las startups están creciendo rápidamente con muchas ideas que pueden solucionar problemas que aún somos incapaces de ver.
 

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