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Happiness Research For Lawyers ¿cómo se mide la felicidad de los abogados?
El estudio reveló que un 66% de los encuestados declaró que la alta carga de trabajo les dificulta tener una buena calidad de vida y lograr equilibrar el ámbito laboral con el personal y 76% desea un régimen de trabajo más flexible.
9 febrero, 2024
-Idealis Legal Recruitment y Wink Consulting dieron a conocer, a inicios de febrero, el estudio Happiness Research For Lawyers, en donde, de acuerdo a la información proporcionada, participaron 15 firmas y más de 500 profesionales del sector legal chileno.
El estudio habría revisado 11 aspectos para medir el clima organizacional de los estudios: cultura, equipo, liderazgo, clientes, reconocimiento/motivación, desarrollo profesional, talento, bienestar, equilibrio, inclusión y organización.
Carola Cifuentes, socia de Wink Consulting, dice que las nuevas generaciones de abogados han venido a «desafiar los antiguos paradigmas de la vieja escuela» y demandan una mejor calidad de vida: “Ese ha sido el punto de partida que impulsó este proyecto, junto con ver que en el mundo anglosajón también están preocupados por el tema, como podemos ver en la American Bar Association, en la BAR Association of England and Wales, en Lawyerist y en Chambers & Partners donde cada uno mide, periódicamente y a través de diferentes instrumentos, la felicidad, entre otros factores de este tipo”.
Para ella, el mercado jurídico chileno y latinoamericano arrastra viejas prácticas, donde las extensas jornadas laborales son bien vistas para llegar a ser socio de una oficina y ser reconocido: “Pero los países más desarrollados van a la vanguardia y han logrado girar esa rueda para obtener mejor calidad y excelencia en el trabajo sin tener que dejar de dormir, comer saludable o dejar de ver a sus familias y amigos”.
Además, las nuevas generaciones tendrían un papel importante en la concientización de la salud mental de los abogados. “Creo que ha habido un cambio generacional donde han ido dándole mayor importancia a ese aspecto, incorporando más ejercicio, cuidando su alimentación, descanso y buscando lugares para trabajar que les permitan ese nivel de flexibilidad para cumplir con excelencia sus funciones profesionales sin sacrificar tanto su vida personal”, dice.
La abogada Ingrid Benninghoff, directora de meditation.law y miembro del capítulo latinoamericano del Mindfulness in Law Society, reflexiona acerca de la necesidad de abordar estas materias con visión de largo aliento, para lograr tener un efecto: “Ha habido y sigue creciendo, afortunadamente, el deseo de dar respuestas pertinentes y sostenibles desde despachos, gremios, universidades, instituciones y organismos. Pero falta mucho por recorrer a nivel global”.
“Si no estamos dispuestos a abrir conversaciones, por incómodas y difíciles que sean, a desafiar modelos, discutir formas estructurales y animar cambios a nivel personal, todo ejercicio de medición de la felicidad o sobre bienestar será vacío, generará confusión y frustración, denotará falta de coherencia, incluso hipocresía. Y seguirá condenando a muchos abogados al ostracismo, la soledad, la infelicidad, la adicción, el deterioro de su salud, el abandono de la profesión e incluso la pérdida del sentido de su vida”, añade Benninghoff.
El papel de las universidades
Marisa Méndez, psicoterapeuta española y consultora de CSAS Chile, señala que una demanda que se repite en los estudiantes de Derecho que ha asesorado es que las universidades deberían dar clases de cómo manejar el exceso de trabajo y el sentido de urgencia: “Deben aprender a tener una gestión de ellos mismos, aprender autocuidado, por lo que deben aprender técnicas de sueño, respiración, nutrición, todas estas variable que son básicas, y a partir de ahí darse cuenta de lo que para ellos son aquellos disparadores, aquello que les hace sentirse mal o los hiperactiva. Porque el estrés es necesario, es buenísimo, no estamos vivo sin estrés, nos permite salir de los peligros, pero hay un punto en el que el estrés ya no me hace pensar bien”.
En el estudio “Bienestar mental en la profesión jurídica: un estudio global”, realizado en 2021 por la International Bar Associaton, se destacaba que “Solamente un 16% dijo que todos los socios/altos directivos habían recibido formación específica sobre bienestar mental, con un 26% que notificó que algunos lo habían recibido y la mayoría (un 54%) señaló que nadie había recibido este tipo de formación”.
A su vez, los resultados del Happiness Research For Lawyers revelaron que el 70% de los abogados encuestados se encuentran felices en las firmas en las cuales trabajan. Por otro lado, el 86% de los abogados mencionó que no se sentían preparados para ejercer antes de ingresar al mundo laboral tras egresar de la universidad. A esto se añade que el 90% de los encuestados confirmó tener oportunidades de aprender de sus pares una vez dentro de una firma y el 86% respondió que aprende de los socios.
“Las facultades de Derecho tienen un rol fundamental en preparar excelentes abogados más allá de lo técnico», dice Carola Cifuentes, quien destaca la relevancia de tener profesores multidisciplinarios «que puedan dar otra mirada a las nuevas generaciones de abogados para que ellos se sientan más confiados y preparados al llegar por primera vez al mundo laboral”.
El balance entre los clientes y los abogados
Pero frente al 70% de abogados felices hay que confrontar otros porcentajes que el Happiness Research For Lawyers reveló: un 66% de los encuestados declaró que la alta carga de trabajo les dificulta tener una buena calidad de vida y lograr equilibrar el ámbito laboral con el personal y 76% desea un régimen de trabajo más flexible.
Además, menos de la mitad de los consultados (40%) expresa estar conforme con la relación y exposición a clientes. Igual porcentaje corresponde a quienes consideran que obtienen beneficios concretos, como un porcentaje de facturación por los clientes captados, un aumento en los bonos o incentivos variables.
“Cuando el perfeccionismo se apodera de todos sus casos, les juega a favor y en contra del cliente, quien busca una solución no solamente buena, sino que eficiente a sus problemas. Darle mucha vuelta a las cosas, rumiar pensamientos, los lleva al agotamiento constante, lo que perjudica su salud. Equilibrar la vida laboral con la personal está más dentro de uno mismo que fuera de uno. Creo que el “punto de equilibrio” es personal, no by the book, así como la tolerancia al fracaso, el manejo del estrés y la ansiedad», opina Carola Cifuentes.
Por su parte, Marisa Méndez explica que el perfeccionismo puede tener muchísimas raíces: “Una palabra puede cambiar completamente un contrato, por lo que es necesario poner atención al detalle, pero también hay que encontrar al límite respecto de qué exigencia es demasiado, lo que depende de cada individuo. La exigencia es una característica innata de esta profesión, entonces hay que poner el enfoque en aprender a desconectarse. Y me exijo en el trabajo, porque puedo perjudicar a mis clientes cuando no lo hago, pero me doy el espacio para descansar y desconectar totalmente, porque así puedo recuperar mis niveles de energía”.
Dentro de esta lógica entran los ritmos ultradianos, que a diferencia de los ritmos circadianos —variaciones biológicas que regulan los cambios en las características físicas y mentales que ocurren en el transcurso de un día— se encargan de variar los parámetros biológicos en menos de 24 horas. Los estudios sobre los ritmos ultradianos han mostrado la necesidad de tomar descansos en actividades que requieren alta atención, dado que el ritmo en el que opera el cuerpo no permite una concentración estable por más de 50 minutos en tareas de ese tipo, como prestar atención a una clase.
“En las escuelas los tiempos han bajado, antes era una hora y media de clase, pero ahora son 55 minutos. Necesitamos parar y hacer otra actividad, ya que si por ejemplo estoy enfocado como abogado en un contrato por mucho tiempo, terminará dando lo mismo el esfuerzo que haga; el cansancio va a superar con creces lo que voy a poder hacer, porque mi atención y funciones cognitivas superiores estarán afectadas. Entonces ahí es que uno debe aprender a descansar para tener la lucidez para realizar mejor la tarea luego”, explica Méndez.
Un problema que la psicoterapeuta señala como importante es la procrastinación, la cual se encuentra vinculada a la gestión emocional del abogado: “Vamos posponiendo tareas que, por motivos individuales en cada uno, nos hace contactar con emociones muy desagradables y para no afrontarlas la dejamos para el futuro. Actualmente, sabemos que las soluciones a ese problema tiene que ver de aproximaciones individuales y desde una perspectiva caso a caso”.
El Happiness Research For Lawyers también arrojó que el 70% de los abogados ven posibilidades de ascender en su trabajo, con muy buena proyección, siendo este un factor muy importante a la hora de la retención de talentos.
Qué es la felicidad
La oradora de apertura de la Conferencia 2024 del Institute for well-being in Law – IWIL (23-25 de enero), fue la Dra. Laurie Santos. «Fue fabuloso para los abogados y abogadas que tuvimos el gusto de oírla contar, con probada evidencia en toda su intervención, sobre felicidad, un tema a primera vista poco atractivo para la comunidad legal», dice Ingrid Benninghoff.
«Pero, somos parte de los 7 mil millones de habitantes en esta tierra que quieren y buscan ser felices. En eso no somos nada especiales ni nos diferenciamos del resto de los mortales», añade, advirtiendo que no podemos dejar de tener presente lo convulsos que han sido los últimos 4 años.
Como refrescante calificó la experiencia de recibir información sobre prácticas que pueden integrarse en entornos laborales «de tanta exigencia y poco tiempo libre como los habitados por los profesionales del Derecho y contar con 10 claves respaldadas por
la ciencia, sobre lo que realmente funciona para salir del estancamiento, desestresarse, revitalizarse y ser más feliz».
«Nuestra mente nos miente sobre cómo funciona la felicidad. Lo que percibimos que nos hará feliz —enraizado en la cultura e imaginario colectivo— hoy está estudiado y comprobado que no es tan así», dice, antes de plantear el desafío: «¿Estará nuestra percepción de felicidad aún impregnada de un sentido del servicio, de devoción por la justicia, de lucha por la equidad y defensa del estado de Derecho cuando dejamos la escuela de Derecho para entrar en una oficina? ¿O estará permeada por la aspiración y el reconocimiento
de tener y ser cada vez más?».
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