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jueves, 28 de marzo de 2024

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George Pelecanos: “Drama City”

“Para darle un mayor realismo a sus historias Pelecanos ha acompañado a la policía a patrullar calles y participado en interrogatorios. Sus primeros trabajos como lavaplatos, trabajador de construcción y vendedor de zapatos de mujer le han servido para crear más de un personaje”…

- 25 mayo, 2017

Arturo Ferrari

Arturo Ferrari

“Cuando tenía 17 años accidentalmente le disparé a un amigo en el rostro con un arma de policía que mi padre había adquirido en el mercado negro. Cuando él llegó a la casa vio la sangre salpicada por las paredes de la sala”, escribió George Pelecanos en un artículo para el diario The Guardian. En una entrevista para el mismo medio, Pelecanos dijo que la amistad entre ambos no se rompió, pero que este hecho fue un punto de quiebre en su vida.
Stephen King ha dicho de Pelecanos, despertando cierta polémica, que es quizá el más grande escritor en vida estadounidense de novela negra. Entre sus fans también podemos contar al ex presidente Barack Obama, quien incluyó entre sus lecturas para las vacaciones de verano una de sus novelas.

Pelecanos estudió cine en la Universidad de Maryland esperando convertirse en director. Entre el 2002 y el 2007 fue escritor y coproductor de The Wire, una serie de televisión de corte policial difundida por HBO que ha sido considerada uno de los mejores programas en su género que han sido producidos en los Estados Unidos.

Pelecanos es considerado como un “meticuloso cronista” de la América urbana, especialmente de Washington D.C., ciudad en la que nació y siempre ha vivido. La periodista Amy Raphael lo describe como un devoto practicante del rigor y la exactitud que le irrita que lo presenten como “el hijo de inmigrantes griegos”. Su padre llegó a los EE.UU cuando tenía trece meses y su madre, aunque de ascendencia griega, nació en ese país. “Pareciera que mis padres usaban grandes bigotes y sacrificaban carneros en el sótano”, le dijo a Raphael en una entrevista. Patrick Anderson, un crítico del Washington Post, señala que sus personajes son gente común y corriente que sobrevive en un mundo de pobreza, crimen y violencia.

Para darle un mayor realismo a sus historias Pelecanos ha acompañado a la policía a patrullar calles y participado en interrogatorios. Sus primeros trabajos como lavaplatos, trabajador de construcción y vendedor de zapatos de mujer le han servido para crear más de un personaje.

Drama CityWarner Books (NY)

Drama City (2005) narra la historia de Lorenzo Brown, un exconvicto que trabaja para la Sociedad Protectora de Animales, y de Rachel López, una funcionaria cuyo trabajo consiste en supervisar que quienes han salido de prisión bajo libertad condicional efectivamente enderecen sus vidas. Ambos recorren a diario los barrios de la ciudad. Brown, tras recibir alguna denuncia, acude a cerciorarse que los perros no sufran maltratos por parte de sus dueños. Hace un estricto seguimiento de cada situación y puede llevarse al animal en caso los propietarios no sigan sus indicaciones. López tiene una nutrida agenda de visitas en las que deja en claro que los expresidiarios deben cumplir las condiciones en las que fueron dejados en libertad. Lorenzo es uno de ellos.

Ambos se ven envueltos en un lío de bandas que trafican droga en una zona marginal de Washington (Drama City). Lorenzo puede recaer y así correr el riesgo de regresar a prisión. Rachel quiere hacer cumplir la ley. Él desea rehacer su vida –la madre de su hija no deja que se acerque a la pequeña-, ella utiliza la noche para dar rienda suelta a una doble vida que poco tiene que ver con la que encarna de día.

Pelecanos guarda la acción para la última parte del libro. Prefiere llevarnos antes por calles donde pulula la delincuencia. Preludio de lo que luego va a pasar y que envuelve a los dos principales personajes de esta historia. De a pocos va develando piezas de un rompecabezas que luego tratará, quizá no de manera perfecta, de encajar.
El lector puede experimentar algo de impaciencia al notar que la trama discurre y de pronto se interrumpe, sin llegar al punto que pareciera estar al voltear la página. El autor se muestra más interesado en seguir brindando detalles de las vidas de Lorenzo y Rachel que satisfacer las ansias de quien quiere ser testigo de un desenlace que colme sus expectativas.

En realidad, a Pelecanos bien poco deben interesarle las críticas. “La literatura americana está mayoritariamente dedicada a resaltar el éxito y las victorias. Él escribe sobre lo contrario y yo aprecio ello”, dijo una vez refiriéndose al Nobel de Literatura John Steinbeck, de quien es un confeso admirador. Rachel y Lorenzo son una prueba fehaciente de ello.

* Arturo Ferrari es Gerente de comunicaciones de Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman & Olaya Abogados, Perú.

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