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Formación legal: especialistas de mercado exigen abogados con pensamiento crítico y bilingües
Se trata de algunas de las conclusiones que dejó el panel de educación legal del Congreso Latinoamericano de Gerencias Legales 2025. Aunque los especialistas delinearon rutas de acción para las universidades, el debate dejó en claro que los desafíos de la digitalización y el desarrollo tecnológico no son recientes, y que el sector demanda nuevas formas de enseñar Derecho desde hace décadas.
12 septiembre, 2025
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Durante los primeros días de septiembre se realizó en Lima, Perú, el Congreso Latinoamericano de Gerencias Legales, un encuentro que tuvo como objetivo reunir a la comunidad de gerentes legales y otros actores clave del mundo legal de América Latina con la finalidad de ahondar en la transformación del sector legal ante los desafíos tecnológicos del presente. Pero no sólo de los derivados de la digitalización, sino también de retos que nos devuelven a antiguos dilemas relativos a la sociedad y al ser humano.
Según Xtrategia —entidad organizadora—, la instancia contó con la participación de más de 320 asistentes de 12 países, representando a 50 empresas e instituciones de la región.
Para acercar a la comunidad estudiantil a las discusiones, reflexiones y puntos de vista de los expositores, el encuentro inició sus actividades en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres. En el panel del final de la primera jornada, especialistas de diferentes ámbitos de la industria jurídica analizaron los retos y perspectivas de la educación legal en Latinoamérica y coincidieron en que la tecnología exige una redefinición profunda del modelo educativo.
La tecnología como catalizador, no como fin
Uno de los puntos centrales de la mesa, como era de esperarse, fue la necesidad de que las universidades formen a los futuros abogados para un ecosistema legal cada vez más digital y cambiante. Sin embargo, los panelistas advirtieron que la respuesta no pasa simplemente por la incorporación de nuevas herramientas. La transformación reside en la capacidad de las facultades para comprender las consecuencias jurídicas de las tecnologías y, al mismo tiempo, fortalecer las habilidades esenciales en los estudiantes para afrontar nuevos escenarios digitales.
Juan Pablo Granada, CEO de la empresa Legis, enfatizó que la masificación de la información, si bien es un avance, ha llevado a una disminución en las competencias básicas de los estudiantes. «Uno sí empieza a ver cuando uno está en el mundo empresarial y empieza a recibir muchachos recién egresados… que no saben redactar un párrafo, que no saben sustentar una idea, que no saben realmente tener un manejo analítico de las situaciones», señaló. Esta situación, según los especialistas, se debe en parte a que el acceso a la información no ha sido acompañado por una formación en pensamiento crítico.
En este sentido, Maritza Agüero, abogada peruana y profesora de la USMP, sostuvo que «el maestro es simplemente eso, los profesores somos una guía». Para ella, el foco debe estar en formar «personas investigadoras, personas curiosas, intelectuales», ya que la información está al alcance de un clic. Por ello, instó a las universidades a fomentar la participación en competencias internacionales y a utilizar metodologías que promuevan la curiosidad.
- Guillermo Huitrón
- Sofía Martin
- Adolfo Silva
- Valentina Lleras
- Juan Pablo Granada
- Maritza Agüero
Por su parte, la directora de Idealex.press, la abogada chilena Sofía Martin, afirmó que, si bien la tecnología facilita la democratización del conocimiento, no sustituye la relación presencial entre profesores y estudiantes. Martin resaltó el valor de la interacción directa, un componente único que enriquece el aprendizaje:»Hay una cosa rica que viene desde siempre, y que no es malo, es decir, no todo lo antiguo es malo. Entonces hay que rescatar lo que sí es útil, como es esta relación que surge en el aula», comentó.
Abogados bilingües
El panel también resaltó la necesidad de que los abogados dominen un segundo idioma, especialmente el inglés. Esta competencia, lejos de ser un simple añadido, fue presentada como un requisito fundamental para competir en el mercado laboral global y para que las economías de la región puedan avanzar.
Adolfo Silva, también chileno y profesor de la Universidad Católica de Valparaíso y project management LATAM, desde su experiencia en formación online, afirmó: «Hay que saber idiomas porque el mundo es globalizado». En el mismo tenor, Maritza Agüero fue contundente: «La persona que no domina otro idioma, lamentablemente, está out el día de hoy. Esto es una verdad. ¿Por qué? Porque la jurisprudencia, el tema de los casos, se ven a nivel, no solamente de Perú, sino también hay muchas figuras que se extrapolan».
Sofia Martin fue particularmente incisiva en este punto, al enfatizar que el dominio de otro idioma es crucial para que los abogados de la región puedan posicionarse en el escenario internacional. «Formemos abogados bilingües. Somos parte del mundo o no lo somos y mientras no lo seamos, como ahora, vamos a seguir en segundo, tercer o cuarto nivel», expresó.
¿Hay algo nuevo?
Si bien los especialistas destacaron ámbitos novedosos o urgentes en los cuales las universidades pueden tomar rutas de acción, la discusión no es nueva. La pandemia solo aceleró un debate que ya se venía gestando sobre la obsolescencia de los modelos educativos tradicionales.
Adolfo Silva señaló que la formación actual «es muy parecida a la que hay en los años 90» y, citando a un tercero, afirmó: «Estamos formando algunos abogados para un mundo que ya no existe». Esta realidad obliga a las universidades a actuar de manera más rápida y cautelosa, atendiendo a las nuevas demandas del mercado, sin dejar de lado la esencia de la formación legal.
La secretaria general de la Fundación Universitaria CEIPA, la colombiana Valentina Lleras, indicó que la pandemia provocó transformaciones que llegaron para quedarse. Para ella, la educación superior debe responder a estas exigencias, dejando atrás un modelo centrado en la transmisión de conocimiento.
El reto es «que el estudiante se sienta protagonista», a través de modelos pedagógicos que se enfoquen en la resolución de problemas y en el trabajo colaborativo. «Creo que será más relevante el abogado que llegue hasta la última minucia de su experticia, sino justamente el que se abra más, como una sombrilla», concluyó.

Guillermo Huitrón (Colombia), moderador y co-fundador de Radar Legal Tech Latam, por su parte, sintetizó la necesidad de un cambio profundo, más que superficial, afirmando que «si hay algo que atender» en la educación legal, es la forma en que los abogados deben ser formados en la actualidad. Esto pasa por «dar un paso en la dirección correcta» y dejar de lado viejas prácticas que ya no responden a la realidad de un mundo globalizado y digital.
El panel coincidió en que el futuro del Derecho exige un perfil de abogado con una capacidad de análisis sólida y una visión más allá de lo puramente legal. Valentina Lleras destacó la necesidad de abogados con una gran capacidad de adaptación a las demandas del mercado. Por otro lado, Martin planteó la idea de que el Derecho sea una carrera de posgrado, abierta a profesionales de otras áreas, inclusive no de base humanistas, sino de otras como salud.
Finalmente, Juan Pablo Granada resumió el espíritu del debate en una frase: «Acceso a datos e información nos genera conocimiento», subrayando que el verdadero valor reside en la capacidad de procesar y aplicar esa información de forma inteligente.
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