El reclutamiento legal en EEUU no siempre se ajusta a la ética

Pareciera ser que ser legal recruiter o legal headhunter no significa lo mismo en Latinoamérica que en Estados Unidos, en algunas de sus dimensiones. De acuerdo a la información que se maneja en Idealex.press, ello ocurre al menos en lo que respecta a número de clientes, habitualidad en la contratación de sus servicios y compensación por su labor.

Legal headhunters, tendencias en Perú y Latinoamérica

En el verano 2024 de este hemisferio, Kimberly Stockinger, gerente general de la consultora Sweetbridge Group, escribió un artículo publicado en ABA Journal, titulado Do you know who your legal recruiter is?, en el que se explayó acerca de si las firmas conocen quiénes son sus reclutadores, en un escenario de numerosos movimientos de socios y grupos de práctica de estudios jurídicos, mientras el mercado anticiparía nuevas fusiones de firmas.

Hasta 2 millones de dólares

Los reclutadores top en la industria legal, de acuerdo a Stockinger, pueden llegar a generar ingresos de millones de dólares anuales. Algunas de las consultores más grandes incluso ganarían miles de millones, pues prestarían servicios a grandes firmas, «pero aún así, nadie monitorea a nadie».

Las transacciones que incluyen socios y áreas de práctica completas suelen generar para el reclutador ingresos en un rango que va desde cientos de miles de dólares hasta los 2 millones. Si se trata de asociados u otro tipo de abogados, las tarifas bajan al segmento que va entre los US$10.000 y los US$100 mil.

Malas prácticas

La mayoría de los contratos entre firmas y reclutadores tienen un período de «nonsolicitation» de al menos 6 meses, por el cual el reclutador no le «levantará» ningún abogado al cliente a quien acaba de realizar una colocación. No obstante ello, no faltan los headhunters que encuentran formas creativas de saltarse estos compromisos, se lee en la nota.

Pero hoy han surgido 2 problemas: distinguir a un reclutador real de los bots y diferenciar a quienes se rigen por un actuar ético de aquellos que no.

Algunas consultoras tienen cientos de reclutadores legales, incluso más que las de los estudios de abogados que figuran en el ranking Am Law, lo que provoca una locura de conflictos de interés, que son ocultados por excelentes equipos de relaciones públicas.

Kimberly Stockinger también escribió que la industria del reclutamiento en Reino Unido, con ingresos anuales cerca de los US$140 mil millones, está altamente regulado, mientras que varios reportes muestran que, aunque la misma industria obtenga alrededor de US$220 mil millones al año, no tiene ninguna organización que la vigile ni regulación específica.

Muchos de los reclutadores top en el mundo son cortejados por las Big Law y algunos de los reclutadores de mayor presencia admiten que son demasiado grandes para lidiar con todas las obligaciones de los clientes, alegando que cumpliendo el plazo de 6 meses posteriores a la colocación, cumplen.

«¿Conoces una firma que esté de acuerdo con que un reclutador que ayudó en la contratación de un abogado en una ciudad después levante a un socio y todo su equipos en otra ciudad?», cuestiona la autora.