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martes, 16 de abril de 2024

columnas opinión

Estudiando un LLM en el Reino Unido

La vida en Nottingham, considerando la gratuidad de algunos ítems presupuestarios, no es mucho más cara que en Chile, sobre todo si es que se encuentra un flat cerca de la universidad.

Pablo Tromben Reyes - 16 octubre, 2015

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Pablo Tromben Reyes

Ha transcurrido un par de semanas desde que volví a Chile luego de poco más de un año viviendo con mi familia en las tierras donde habría realizado sus correrías Robin Hood, una cuidad que está cerca de 200 kilómetros al norte de Londres. ¿La razón? Un LLM en Derecho Comercial Internacional en la Universidad de Nottingham. Tengo 34 años, estoy casado y tengo dos hijos. Esto me puso en una categoría un tanto singular, ya que la gran mayoría de mis compañeros de curso eran solteros y el promedio de edad rondaba los 25 años (el menor de ellos cumplió 21 años hace un par de meses).

En lo académico, las diferencias entre el Civil Law y el Common Law se hicieron notar desde la primera semana. Esta brecha se cubre con la infinita paciencia de los profesores, de los alumnos con formación en Common Law y obviamente con manuales, libros y tratados.

La modalidad de seminarios, presente en la totalidad de los ramos del programa, permite que el intercambio entre alumnos pertenecientes a las distintas tradiciones y ordenamientos jurídicos, sea permanente y por tanto, sumamente enriquecedor. Esta modalidad hace también que la carga semanal de lectura de textos y casos sea fuerte, lo que implica en definitiva, que el provecho que se saque del programa depende de la responsabilidad de cada cual.

En el ámbito económico, la recomendación es hacer un buen presupuesto y ser conservador con los gastos, lo que en la teoría suena fácil, pero dista de serlo: las cuentas y en general los costos fijos, no son altos, aunque la calefacción abulta el resultado en el invierno.

Por otra parte, la salud es gratis, con un consultorio o general practitioner en el mismo campus; la educación pre-escolar es cara, con algún grado de subvención a partir de los 3 años; sin embargo, la educación básica y media son gratuitas.

La conclusión es que la vida en Nottingham, considerando la gratuidad de algunos ítems presupuestarios, no es mucho más onerosa que en Chile, sobre todo si es que se encuentra un flat cerca de la universidad, ya que el transporte público, es bueno, pero caro.

El idioma Inglés es tema aparte, en el que es muy fácil generalizar. El arquetípico acento de James Bond, Harry Potter y Bridget Jones, corresponde al acento del sur de Inglaterra. Sin embargo, el acento de otras regiones, como por ejemplo Liverpool o New Castle, es muy distinto y a veces puede ser difícil de entender.

Otra particularidad del idioma, quizás una de las que más me costó acostumbrarme, es el llamado “British understatement”, el que implica que los británicos nunca son muy categóricos para mostrar su aprobación o desaprobación en relación algo.

En cuanto al inglés escrito, depende del nivel de cada uno, pero hay que tener presente que el inglés académico tiene sus particularidades, tales como que nunca hay que ser muy categórico al afirmar algo, sino que siempre es mejor “sugerir” la idea que se quiere plantear.

En síntesis, se trata de una experiencia altamente recomendable, tanto en el plano académico, como personal y familiar. Permite ser testigo en primera fila de un sistema jurídico totalmente distinto, derribar prejuicios y construir amistades entrañables.

 

El autor: Pablo Tromben Reyes es abogado de la Universidad Adolfo Ibáñez y está finalizando un LLM en Derecho Comercial Internacional en la Universidad de Nottingham, Reino Unido.

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