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jueves, 21 de noviembre de 2024

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Empresa y salud mental

«Es indispensable mantener una comunicación directa y fluida que ponga en el centro a la persona del trabajador y trabajadora, invitando a todas las partes involucradas a un diálogo honesto».

César Rivas - 26 abril, 2021

No existe receta para superar las múltiples complejidades y desafíos que la crisis sanitaria del Covid-19 ha ocasionado en todo el mundo. Sin embargo, considerando la etapa en que nos encontramos, con resultados de alta efectividad real de las vacunas en nuestra población y en la cuarentena masiva más grande que haya experimentado nuestro país, resulta adecuado mirar las consecuencias sobre la salud mental que sigue ocasionando esta pandemia.

Según resultados recientes de la encuesta internacional Ipsos encargada por el World Economic Forum y que consultó sobre los cambios en la salud emocional y mental en 30 países, 56% de la población nacional calificó que su salud mental empeoró desde el inicio de la pandemia. En otro estudio a marzo 2021, del Instituto de Salud Global de Barcelona, sus autoras se refieren a los efectos en la salud mental de la población como “la pandemia después del Covid-19”.

Al respecto, entre algunos de los tópicos que más que preocupan a los trabajadores y figura la delimitación del horario para envío de correos electrónicos o llamados con requerimientos de trabajo, así como el estado de los suministros y herramientas de trabajo en la casa. En este escenario, con gran parte de las personas ejerciendo funciones desde sus casas, compatibilizando las tareas familiares con la carga laboral, resulta fundamental la tarea del departamento de Recursos Humanos en la salud mental y emocional de su personal, especialmente de las trabajadoras, el grupo más afectado en cuanto a actividades de doble presencia, al asumir adicionalmente la gran carga de las tareas del hogar y el cuidado de los niños.

Así, algunas herramientas que se han implementado con éxito por distintas empresas comprenden la liberación de los bloques iniciales de reuniones para compatibilizar el trabajo de los padres con el ingreso de los estudiantes a clases, al igual que la creación de sesiones virtuales para reuniones distendidas y espacios de conversación para compartir experiencias sobre cómo lidiar con la pandemia.

Otras empresas han ido un paso más allá, habilitando convenios con profesionales para la atención psicológica en línea o vía telefónica; la suscripción a programas o aplicaciones de bienestar que incluyen ejercicios, actividades de relajación, concentración, sueño y dieta; presentaciones sobre el manejo del estrés y para la compatibilización de las actividades cotidianas en familia; el establecimiento de días de autocuidado adicionales a los de vacaciones, entre otras medidas.

Finalmente, es indispensable mantener una comunicación directa y fluida que ponga en el centro a la persona del trabajador y trabajadora, invitando a todas las partes involucradas a un diálogo honesto. Éste permitirá retroalimentar las actividades que se implementen y evaluar su efecto en la salud del personal más allá de su impacto en la productividad. En este aspecto, todos remamos en el mismo sentido. Es requisito para retomar una nueva forma de normalidad en nuestras vidas, lo antes posible.

 
César Rivas es abogado de la U. de Chile, asociado en Canales Parga Abogados Laborales y anteriormente, trabajó en la Asociación Chilena de Seguridad (2015-2019).

 
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