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sábado, 23 de noviembre de 2024

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El retorno a las audiencias judiciales presenciales

“Las audiencias presenciales fomentan la confianza en el sistema judicial y el acceso a la justicia, ya que se crea un espacio físico en el cual todas las partes pueden interactuar de manera directa y en igualdad de condiciones”.

audiencias judiciales presencialesAndrés Sepúlveda

El regreso a las audiencias judiciales presenciales en Chile representa un importante hito tras el fin de la pandemia, especialmente en el camino para mejorar el acceso a la justicia.

Desde el año 2020, el sistema judicial se ha visto sometido a restricciones y adaptaciones para garantizar la continuidad de la justicia, priorizando la salud y seguridad de los usuarios, miembros del poder judicial y abogados. Sin embargo, con el avance en la vacunación y el control de los contagios, hasta la confirmación del fin de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya quedan pocas excusas y es hora de volver a la normalidad en los tribunales y recuperar la esencia de la justicia en su formato tradicional.

La presencialidad en las audiencias judiciales es fundamental para la efectiva administración de justicia. La posibilidad de que las contrapartes puedan estar presentes en una misma sala, escuchando sus pretensiones y alegaciones, sus testimonios y argumentos son detalles que permiten tener una justicia más precisa y justa. Las audiencias presenciales fomentan la confianza en el sistema judicial y el acceso a la justicia, ya que se crea un espacio físico en el cual todas las partes pueden interactuar de manera directa y en igualdad de condiciones.

Esta situación, por ningún motivo significa que la tecnología no puede ser un aporte. Podría llegar a tomar un papel fundamental en el campo del Derecho, especialmente para que los abogados puedan tomar causas en regiones de manera más efectiva. Mejorando algunos aspectos, los abogados podrían participar en juicios y brindar asesoramiento legal a distancia.

De hecho, según un estudio reciente publicado en el Journal of Legal Technology, se ha demostrado que la adopción de la tecnología en el ámbito legal ha permitido una mayor accesibilidad y eficiencia, reduciendo así la barrera económica para aquellos en necesidad de representación legal.

Sin embargo, hay ciertos aspectos de acceso a la tecnología que afectan su implementación. Y, en parte, lo vimos durante la pandemia, cuando el acceso a la justicia se vio afectado en todo el mundo y presentó variados desafíos para el Poder Judicial, como por ejemplo, con las limitaciones tecnológicas y la brecha digital.

Muchas personas no tenían un acceso adecuado a internet, dispositivos electrónicos o conocimientos tecnológicos para participar en audiencias o presentar documentos de manera efectiva. Esto dio como resultado una desigualdad en el acceso a la justicia por parte de los usuarios, ya que aquellos que no podían adaptarse a la tecnología quedaron excluidos de los procesos judiciales.

En algunos países en desarrollo, también vieron cómo la pandemia aumentó los retrasos y congestión en los tribunales, acumulando significativamente la cantidad de casos pendientes y retrasos en los tribunales, así hubo plazos que se suspendieron, términos probatorios que quedaron en stand by y audiencias postergadas. Más aún, se tuvo que debatir respecto de algunos plazos de prescripción por la imposibilidad de comparecer ante tribunales. Esto tuvo un impacto negativo en las personas que buscaban una resolución rápida y eficiente de sus disputas legales. Y el efecto en la población vulnerable fue mayor.

La disminución de servicios legales gratuitos realizada por organizaciones como Fundación Pro Bono y clínicas jurídicas sin fines de lucro se vieron obligadas a reducir o suspender sus servicios durante la pandemia debido a restricciones. Provocando que hoy por hoy existan listas de espera para poder recibir una primera consulta.

Como una organización sin fines de lucro dedicada a promover el acceso a la justicia, creemos que es clave el retorno a las audiencias presenciales para los usuarios del sistema judicial, especialmente para las personas vulnerables socioeconómicamente. Fundación Pro Bono ha empezado, de alguna forma, abrir espacios para retomar la presencialidad entre los miembros. Lo ha hecho a través de distintas instancias, como charlas y encuentros con nuestros miembros. Una fórmula para motivar a la sociedad a volver a que nos volvamos a ver de frente a los ojos.

 
*Andrés Sepúlveda Maldonado, abogado y coordinador del área de litigio de Fundación Pro Bono.

*Esta columna es parte de una colaboración periódica de la Fundación Pro Bono con Idealex.press.

 
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