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jueves, 21 de noviembre de 2024

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El juez redactor en los juicios orales y sus déficits de atención

“El juez redactor en los juicios orales enfrenta una serie de déficits de atención y percepción debido a la necesidad de tomar apuntes detallados durante la audiencia. La carga de trabajo, la complejidad de los mega juicios y la naturaleza de los casos tratados representan desafíos significativos para el redactor”.

En el ámbito de los juicios orales, la labor del juez redactor se ha vuelto fundamental para el correcto registro y documentación de todas las declaraciones y pruebas presentadas durante el proceso.

Sin embargo, esta responsabilidad conlleva una serie de desafíos que pueden afectar la atención y percepción del juez respecto al desarrollo de la audiencia.

 juez redactorDiego Palomo

Paradójicamente, la tarea de tomar notas detalladas implica que el juez se vea más enfocado en la pantalla del ordenador para capturar la información relevante, en detrimento de lo que está ocurriendo en la sala.

Esta dinámica tiene como consecuencia que el juez redactor se pierda ciertos momentos clave de la audiencia, limitándose a escuchar solo algunas partes del juicio.

Esta limitación puede influir negativamente en su capacidad para percibir sutilezas o detalles importantes en las declaraciones de testigos o peritos, así como en otras situaciones relevantes para el caso en cuestión.

En primer lugar, es crucial destacar que uno de los principales problemas que afecta al juez redactor es el volumen de trabajo que enfrenta en la actualidad, especialmente después de la pandemia.

El retraso acumulado de casos no atendidos durante ese periodo ha generado una carga significativa para los tribunales, lo cual implica que a menudo no se les otorgue suficiente tiempo para redactar las sentencias.

Esto lleva a situaciones en las que el juez debe compaginar la redacción de una sentencia con su participación como miembro o presidente en otros juicios, lo que puede afectar la calidad y exhaustividad de sus fallos.

 juez redactorDiego Valdés

Un segundo aspecto que se suma a estas dificultades, aunque de manera menos contingente, es el incremento de los denominados “mega juicios” en ciertas jurisdicciones.

Estos juicios de larga duración, que pueden extenderse durante meses o incluso años, plantean desafíos particulares para el juez redactor.

La complejidad de retener y procesar la gran cantidad de información relevante para resolver el caso en su totalidad y determinar la responsabilidad individual de cada imputado resulta abrumadora.

En estos casos, nos encontramos con situaciones casi inabordables, con numerosos acusadores y múltiples defensas, muchas veces contradictorias entre sí. En este sentido, se puede argumentar que la lógica de los juicios orales, basada en el principio de inmediatez, no está diseñada para abordar este tipo de juicios de gran envergadura.

Por último, pero no menos importante, el juez redactor se enfrenta constantemente al desafío de abordar temas complejos y poco habituales. Juicios relacionados con terrorismo, mercado de valores, tortura, tráfico de armas, lavado de activos y asociaciones ilícitas representan un reto tanto para el conjunto de la sala como para el redactor en particular.

Estos casos requieren un estudio previo exhaustivo de la jurisprudencia y la doctrina, tanto en términos probatorios como en materia de derecho penal sustantivo, para poder enfrentar el juicio de manera adecuada.

A pesar de todos estos desafíos, existe una ventaja que el juez redactor tiene a su favor. Gracias a su papel activo en la toma de notas, el redactor tiene un conocimiento claro de lo que han señalado los testigos, peritos o el propio imputado.

Esta información puede ser utilizada para respaldar a los otros dos miembros de la sala en caso de que surjan dudas sobre alguna parte de sus declaraciones.

En conclusión, el juez redactor en los juicios orales enfrenta una serie de déficits de atención y percepción debido a la necesidad de tomar apuntes detallados durante la audiencia.

La carga de trabajo, la complejidad de los mega juicios y la naturaleza de los casos tratados representan desafíos significativos para el redactor.

A pesar de ello, su conocimiento detallado de las declaraciones de los testigos y demás partes involucradas puede servir como un valioso recurso para el resto de la sala en momentos de incertidumbre.

 

*Diego Palomo Vélez es abogado de la Universidad de Talca, fue Decano de su Facultad de Derecho y es profesor de derecho procesal en la institución.

*Diego Valdés Quinteros es profesor de derecho procesal civil en la Universidad de Talca.

 
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