Mientras que en Chile, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia se encuentra limitado en su actuar ante empresas...
Los ejes que impulsan a la Federación Latinoamericana de Fiscales
Autonomía, inamovilidad, estabilidad y seguridad son algunos de los objetivos que persigue esta asociación regional de ministerios públicos, que hoy ya integran 10 países y está a punto de cumplir sus primeros cinco años.
26 agosto, 2020
-Tres son los grandes ejes sobre los que trabaja, desde hace casi 5 años, la Federación Latinoamericana de Fiscales: independencia, seguridad y capacitación. El organismo, una organización sin fines de lucro que se constituyó en octubre de 2015 con Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Paraguay como primeros miembros, ha logrado posicionarse en la región y crecer. A ellos se han unido Guatemala, Honduras, Perú, República Dominicana y Uruguay.
El primer acercamiento de la asociación tuvo lugar en febrero de 2015, cuando delegaciones de distintos países acompañaron a los fiscales argentinos en una marcha que se realizó en Buenos Aires como homenaje a Alberto Nisman, Fiscal Federal General de Antiterrorismo, que fue encontrado muerto mientras investigaba el atentado a la Mutual Israelí Argentina (AMIA) del año 1994.
Fiscales de Brasil ven amenazada su independencia
Tras una reunión posterior en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, ese mismo mes, fiscales de Argentina, Chile, Brasil y Paraguay concordaron en la necesidad de una institución regional que los reuniera. La idea era buscar herramientas para superar las dificultades en el ejercicio profesional.
Hoy, su actual presidenta, la Fiscal General ante los Tribunales Orales de Menores en el Fuero Penal de la Procuración General de Argentina, Susana Pernas, afirma: «Estamos luchando para que los países puedan tener sus asociaciones de fiscales, porque había lugares donde costaba tener este derecho asociativo, que es muy importante”. Para ella, las grandes dificultades regionales con las que se enfrentan los fiscales son la autonomía, la inamovilidad, la estabilidad en cuanto a la duración en los cargos, la seguridad individual, las remuneraciones y la dependencia jerárquica.
Colaboración regional
Más allá de los problemas que la Federación enfrenta, la colaboración regional de más de una treintena de abogados de diferentes latitudes, en las diferentes instancias y comisiones de la institución, ha sido permanente y un punto a destacar. Eso ha permitido ir en ayuda de asociaciones de fiscales locales. Un ejemplo es el apoyo prestado por la Federación en Paraguay durante 2016.
Susana Pernas dice: “Allá, cada 5 años, se debe hacer un concurso para el cargo de fiscal, pero ahora a lo menos el profesional que se encuentra en ejercicio tiene la posibilidad de formar parte de la terna. No obstante, no siempre es confirmado y, a veces, sin fundamento alguno es elegido otro abogado. Hubo presentaciones a este respecto a las autoridades y a la Corte paraguaya sobre el tema. Trabajamos con ellos, enviando delegados nuestros”.
La Federación Latinoamericana de Fiscales ha venido participando desde su ámbito en otros conflictos. Entre otros, lograr una estrategia institucional de seguridad en Costa Rica; abordar los problemas con la intangibilidad salarial y la autarquía financiera de los fiscales en Perú; apoyar en la crisis en la justicia uruguaya ante la falta de independencia técnica de los fiscales, y ayudar en la búsqueda de solución a los conflictos sobre independencia funcional y financiera en Honduras.
El abogado y fiscal Mario Carrera Guerrero, vicepresidente de la Asociación Nacional de Fiscales de Chile, es miembro del Tribunal de Honor de la Federación Latinoamericana de Fiscales. Para él, este crecimiento de la organización es un orgullo y espera que esta plataforma continental “vaya a su etapa de consolidación en América Latina”.
Fiscales con fronteras
La primera actividad de la Federación en Chile fue recibir a la viuda y familiares del fallecido fiscal Nisman y ejercer un rol de acompañamiento en reuniones con las autoridades locales. Carrera dice: “Era importante. Hay que luchar por la autonomía y la independencia de los fiscales de la región. La criminalidad no tiene fronteras, pero los países y las fiscalías, sí. Nosotros necesitamos que cada una de las fiscalías de nuestra región sea autónoma. De lo contrario, la criminalidad va a detectar esos flancos y va a terminar poniendo en riesgo a toda la región”.
En Chile, las dificultades aflorarían cuando determinados intereses políticos intervienen en las funciones de los fiscales, lo que nace al no ver sus pretensiones aseguradas o bien al verse amenazados por alguna investigación. Lo primero que hacen, afirma el fiscal, es «tratar de analizar si los presupuestos del Ministerio Público se están gastando bien». «En segundo lugar, y también lo hemos visto, se presentan proyectos de ley que buscan sancionar a los fiscales por determinadas actuaciones, cuando sabemos que lo que hay detrás es una necesidad de controlar a los fiscales en un mal sentido de la palabra, es decir, que sean obsecuentes con ciertos intereses”, añade.
Si bien por ahora estas circunstancias de amenaza al ejercicio de la labor persecutora se estarían observando de manera incipiente, no por ello son conductas menos peligrosas, pues en otros lugares, afirma Carrera, este tipo de prácticas se ha dado «con mayor fuerza y velocidad».
Tareas de futuro
Entre los desafíos de la Federación de Fiscales Latinoamericanos hay 2 elementos que son bandera de lucha regional y local: independencia y seguridad. Ambos continúan como los problemas transversales en el ejercicio de los ministerios públicos.
Sostener la independencia, explica Susana Pernas, exige entre otras cosas trabajar por la autonomía de los poderes del Estado. En lo que respecta a la seguridad, se espera empujar como institución regional que se cumplan en la zona los estándares fijados por la Asociación Internacional de Fiscales, que cuenta con 150 organizaciones miembros y más de 1.700 miembros individuales de diversas regiones del mundo, además de gozar de un estatuto consultivo especial ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
“En la región observo cómo los fiscales tratan de trabajar y de luchar. Y en mi país, más allá del avasallamiento político, en muchos casos veo que los fiscales lo hacen», dice y agrega: «Que no se interfiera con la independencia de los fiscales es una lucha que estamos dando. A veces hay que cambiar algunos sistemas que permitan autonomía para poder trabajar”.
Un tercer elemento, la capacitación, también forma parte de la agenda de la Federación Latinoamericana de Fiscales. Susana Pernas sostiene que es vital para el buen funcionamiento de los ministerios públicos y, por lo mismo, se creó la Academia Latinoamericana de Fiscales: “Ya está en funcionamiento y será importante para los fiscales de la región”.