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martes, 23 de abril de 2024

estudios jurídicos

DS Avocats en el mundo analiza los cambios en el mercado legal

Las distintas realidades —personal, social y normativa—, la experiencia del teletrabajo y cómo ven el ejercicio de la profesión durante la crisis sanitaria explican abogados de Alemania, Argentina, Chile, España, Francia, Italia y Perú.

- 27 mayo, 2020

DS Avocats
César Contreras M. / Sofía Martin L.

El Covid-19, además de amenazar la salud, trajo consigo una crisis que incluye problemas sociales, laborales, comerciales y económicos —micro y macro—, y que influye en el bienestar de todas las personas, industria legal incluida.

Las repercusiones en el ámbito jurídico, como los incumplimientos de contratos, las decisiones administrativas, legislaciones de urgencia o las distintas posiciones doctrinarias sobre los litigios que vendrán, han mantenido activo a nuestro mercado.

Partiendo por el trabajo desde casa, la forma de ejercer la profesión ha debido adaptarse rápidamente y nos hemos acostumbrado —nos guste o no— al sinnúmero de webinars de libre acceso, a absolución de consultas y trámites gratuitos, charlas sin costo y hasta acceso sin restricciones a descarga de libros. No obstante, la realidad es distinta según el país en el mundo en que uno habite.

En este contexto, buscando extraer muestras personales, sociales y normativas, hicimos las siguientes preguntas a 10 abogados de la firma internacional DS Avocats, de las oficinas en Alemania, Argentina, Chile, España, Francia, Italia y Perú: ¿cómo estás de salud, cómo percibes a tus pares y cuál es la situación de tu ciudad y país? ¿cómo ha sido la experiencia de trabajar desde casa? y ¿cómo ves el mercado legal?

Confinamiento o distanciamiento social


Reiner Graner, socio de DS Avocats Stuttgart, cuenta que a principios de marzo, sus colegas más jóvenes, considerándolo parte del grupo de riesgo al ser una persona mayor, lo enviaron a trabajar desde su casa. Situación que califica de agradable al sentir una desaceleración de la vida cotidiana y —comenta— que sólo lo ha podido lograr al no tener dificultades financieras.

“Debido a la crisis, nuestro bufete de abogados ya ha comenzado a tener un aumento importante de la facturación e ingresos”, dice Graner, asegurando que su percepción individual positiva de la crisis económica y financiera no se corresponde con la percepción de la mayoría de la población alemana.

Marta Longoni, socia de DS Avocats Milán, quien vive cerca de Milán, una de las áreas más afectadas por la pandemia en Europa, cuenta que el gobierno italiano impuso un bloqueo estricto y absoluto desde finales de febrero.

Los italianos se han unido detrás de la consigna #iostoacasa me quedo en casa de manera bastante responsable. Viajar solo está permitido por razones excepcionales, se prohibieron las reuniones públicas, se cerraron escuelas, cines, gimnasios, restaurantes y la mayoría de las tiendas, se suspendieron las actividades industriales, otorgando algunas excepciones para sectores críticos, comenta.

“Como muchos otros abogados, actualmente trabajo desde casa y se me permite ir a la oficina exclusivamente para asuntos urgentes. Mientras se desarrolla la pandemia, no puedo dejar de sentirme bendecida, ya que todos en mi familia y mis colegas de nuestra oficina de Milán gozan de buena salud”, comenta Longini.

A principios de mayo, Italia entró en la llamada “Fase 2”, la reanudación progresiva de todas las actividades industriales y comerciales; la abogada comenta que enfrentarán este nuevo desafío buscando ayudar a sus clientes a dejar atrás esta crisis y relanzar sus negocios.

Situación similar viven Alberto Moral y Jiayi Liu de DS Avocats Barcelona, quienes tras dos meses de confinamiento —desde que el 14 de marzo se declarara Estado de alarma en España—, están en un plan progresivo de desescalada y vuelta a la normalidad, proceso que debiese durar 8 semanas más.

“Sin dudas, la cara más amarga de todo esto es su dimensión sanitaria. En España el impacto ha sido bastante intenso, de modo que prácticamente todos tenemos familiares o conocidos que han dado positivo, lo que no siempre es fácil de gestionar”, comenta Moral.

El Estado de alarma consideraba medidas de confinamiento total en todo el país, con limitaciones en la circulación de las personas —adquisición de alimentos, asistencia a centros sanitarios, desplazamiento a entidades financieras, etc.—, una de ellas, los servicios legales, “que no han sido suspendidos, por lo que abogados pueden circular sin problema alguno con sólo mostrar su credencial”, dice Liu.

Escéptico respecto de la vuelta a la normalidad, pensando que esta situación se alargará en el tiempo más de lo que se prevé —con la incertidumbre asociada—, Moral opina que falta por ver las consecuencias económicas de la pandemia a medio y largo plazo, dado que “típicamente la economía española ha sido muy dependiente del turismo y la hostelería, dos de los sectores más afectados por las restricciones de movilidad y cierre de establecimientos públicos”.

En el caso de Francia, Benoit Charrière-Bournazel, Bingen Amezaga y Jérôme Lombard-Platet de DS Avocats París, concuerdan que tras un confinamiento total decretado el 23 de marzo —que permitía, de modo excepcional, desplazarse entre el domicilio y el lugar de trabajo para ejercer la actividad profesional de abogado, donde el despacho ha permanecido abierto, pero no se atiende a clientes—, ya están en un proceso de “desconfinamiento”.

Si bien la reglamentación establecía un confinamiento serio, incluía diversas excepciones, como para hacer deportes —prohibido en la mayoría de los países—, para ayudar a su familia enferma, para ir a trabajar si es imprescindible, para ayudar al personal sanitario o, claro, para hacer compras indispensables de alimentos y medicamentos.

Amezaga cuenta que acude a la oficina aproximadamente dos veces por semana, donde la actividad no es “normal” pues la mayoría de sus colegas y el equipo administrativo no asisten; está tratando de aprovechar el lado positivo de la situación, disfrutando el tiempo y la cercanía con la familia y la relativa pausa de la agitación de la vida cotidiana; por otra parte, “preocupado sobre las consecuencias que esta situación tendrá en el mundo y en nuestras vidas”.

Para Benoît Charrière-Bournazel, la situación en Francia ha sido difícil. Se han impuesto restricciones estrictas a la libertad de movimiento y sólo tiene derecho a abandonar su encierro por razones específicas y excepcionales, como comprar comida o ir a su oficina, si no le es posible trabajar de forma remota. Por supuesto, debe llevar consigo un certificado que acredite dichos motivos.

Por su parte, Lombard-Platet dice estar bien porque sigue trabajando y acompañado de su familia: esta temporada le ha permitido tomarse un tiempo para pensar en el futuro, aunque no niega que le preocupa la situación económica del país y, de manera general, del mundo.

La realidad latinoamericana discrepa de la Europea en las fases del virus. Belén Nasif Salum, especialista en derecho societario, de DS Avocats Buenos Aires, comenta que “a pesar de la situación de gravedad que estamos viviendo tratamos de mantenernos positivos y unidos. Sin embargo, hay momentos de mucha incertidumbre y preocupación por las consecuencias económicas de la pandemia”.

Actualmente en Argentina existe un aislamiento obligatorio, con excepción de los servicios y actividades considerados esenciales a nivel sanitario y de reactivación económica del país. Ciertas Provincias han adoptado un confinamiento más flexibilizado, pero en Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se mantiene un sistema muy restrictivo.

En el caso de Perú, Rafael Artieda, socio de las oficinas ubicadas en Lima, comenta que desde el 16 de marzo el Gobierno decretó el confinamiento total exceptuando la movilización para aquellas personas que se desempeñen en actividades económicas esenciales, donde los servicios legales no se encuentran exceptuados.

Al minuto de la consulta, estaban a la espera de que se empezaran a permitir algunos desplazamientos, manteniendo estrictas medidas como el distanciamiento social, uso obligatorio de mascarillas, entre otras.

La última oficina consultada fue la de Santiago, donde José Luis Ilabaca, socio de DS Avocats Chile, comenta que están con cuarentenas parciales que afectan a las comunas y ciudades que muestran aumentos de contagios y la sugerencia es de quedarse en casa. La asistencia a la oficina ha sido voluntaria, con poca gente asistiendo y espera prontamente volver a trabajar en su oficina adoptando las medidas necesarias de resguardo pertinente, dice.

“La compleja situación económica que ya existe para un número importante de personas, así como el exceso de encierro, tiene afectada y asustada a parte importante de la población. Es natural que exista un miedo a lo desconocido, al riesgo de contagiarse, al riesgo de que la empresa en la que se trabaja quiebre o bien ser despedido son todas realidades que se observan e informan a diario”, comenta.

La experiencia del teletrabajo

Jérôme Lombard-Platet, de Paris, comenta que le ha parecido interesante la experiencia de teletrabajar desde casa gracias a que como despacho tienen los medios tecnológicos adecuados, pero que le resulta complicado estar siempre frente a un computador, “primero, es más cansador y segundo, no leemos de manera tan eficiente frente a una pantalla como frente a un papel”.

De la misma oficina, Bingen Amezaga resalta lo difícil que es conciliar el teletrabajo con la vida familiar en confinamiento, “sobre todo cuando tienes niños pequeños que te solicitan continuamente” y —suma— la dificultad añadida de los espacios que “en Paris suelen ser más reducidos”, volviendo difícil para algunos poder aislarse dentro de sus casas.

Benoît Charrière-Bournazel cuenta que como equipo —en Francia— han aumentado la frecuencia de las reuniones y la interacción, reforzando las relaciones laborales y personales entre sus integrantes, “permaneciendo en contacto tanto como sea posible”; además, —dice— han adoptado un enfoque proactivo de cara a los clientes con contactos regulares ayudándolos a navegar a través de las medidas gubernamentales; y que lo más difícil ha sido las relaciones con los tribunales y las autoridades públicas dado que han sido total o parcialmente cerrados y la mayoría de los procedimientos judiciales y arbitrales suspendidos.

Marta Longoni, de Milán, cuenta que si bien se suspendieron algunos procedimientos, no se detuvo por completo la actividad de los tribunales, debido a un sistema telemático en procedimientos civiles que Italia adoptó tiempo atrás.

La abogada se autodefine como una gran defensora del trabajo remoto y de incorporar nuevas tecnologías al trabajo, “no debemos olvidar que muchas empresas ya consideraban el teletrabajo como un pilar de sus responsabilidades sociales corporativas”.

“Afortunadamente, la nueva normalidad no era completamente nueva para nosotros. Nuestro equipo estaba acostumbrado a realizar videoconferencias con nuestros colegas ubicados en las oficinas de DS Avocats en el extranjero, así como con clientes y contrapartes extranjeras”, grafica Longoni.

Reiner Graner, de Stuttgart, cuenta que al haberse cerrado todos los tribunales de justicia —sólo se trataron casos impostergables— dejar de trabajar no tuvo realmente un efecto importante en la economía y la sociedad, siendo vía conferencias los contactos con clientes. Sin embargo, cree que más adelante habrá bastante trabajo para los abogados debido a que “muchas compañías tendrán que solicitar la insolvencia, otras necesitarán ayuda en sus restructuraciones o necesitarán invocar fuerza mayor”.

En el caso de España, Alberto Moral, comenta que como equipo están bastante cohesionados y la comunicación es fluida, “lo que ayuda a coordinar el trabajo y hacer esta situación más llevadera”, añadiendo que “por suerte la mayor parte de nuestro trabajo puede desarrollarse de forma telemática sin problemas”.

Según Moral, las primeras semanas fueron las más complicadas y de un ritmo de trabajo frenético, “al inicio del confinamiento la incertidumbre era total, pues se paró en seco toda la actividad económica, al tiempo que cada día se publicaba nueva normativa jurídica con implicaciones a todos los niveles, de forma que nuestros clientes demandaban asesoramiento urgente para establecer planes de contingencia y redefinir sus estrategias de negocio en el corto-medio plazo”.

“Visto en perspectiva creo que acertamos en nuestro planteamiento: la situación es la que es, y no está en nuestra mano cambiarla”, concluye.

Por su parte, Jiayi Liu, también de DS Avocats Barcelona, cree que teletrabajar desde casa ha sido una experiencia novedosa, aunque —cuenta— ya venían utilizando diferentes aplicativos de mensajería o de video conferencia.

“En relación a los tribunales o autoridades administrativas, la mayoría de las entidades públicas en España han tenido que suspender sus actividades de forma presencial y esto ha llevado que muchas gestiones sean más farragosas de realizar. Como por ejemplo, las actividades en los Juzgados —prácticamente paralizadas—, se están planteando alternativas para mitigar esta situación, que incluye la comparecencia por presencia virtual. En cambio, la Administración Tributaria está colapsada, sin poder acceder a ella por los medios telemáticos que ésta pone a disposición”, sostiene.

Belén Nasif cuenta que en DS Buenos Aires se está realizando teletrabajo desde el lunes 9 de marzo, “es decir, con anterioridad a que fuese obligatorio, coordinando videollamadas entre los integrantes del Estudio, a fin de mantener cercanía a pesar de la distancia”.

La abogada destaca la necesidad de ser una persona muy organizada y disciplinada para evitar las dificultad de cumplir con las responsabilidades desde el hogar, valorizando “el hecho de realizar videollamadas casi todos los días con compañeros de trabajo, permite mantener la cotidianeidad, aunque sea de manera virtual”.

Si miramos la situación de Chile, José Luis Ilabaca advierte que, en su opinión, la experiencia ha resultado bastante exitosa, y se ha cumplido en tiempo y forma con los requerimientos de clientes, “pero sin dudas que el trabajo en equipo, la colaboración o posibilidad de consultar y proyectar, se ha visto disminuido; y eso sin dudas que es algo que se echa de menos y enriquece nuestra profesión”.

“Respecto de algunos Tribunales, en especial las Cortes, el sistema ha funcionado relativamente bien, específicamente cuando se trata de alegatos. Sin embargo, respecto de los Tribunales Laborales, que posiblemente están atochados y recargados de trabajo por la contingencia, los comentarios son que han funcionado mal, con ciertas arbitrariedades y dudas respecto de los plazos y forma de aportar las pruebas, entre otros problemas operacionales”, dice Ilabaca.

En Perú, Rafael Artieda, dice que a pesar de las comprensibles dificultades iniciales es gratificante y novedoso empezar a dominar softwares y/o aplicaciones como slack, zoom, facetime o whatsapp, que han suplido con éxito el trabajo presencial.

“En relación a mis contrapartes la interacción virtual ha sido escasa debido a que la mayor parte de los procesos arbitrales —su área de especialidad— se encuentran suspendidos, aunque las principales instituciones arbitrales vienen ofreciendo a los árbitros y las partes la posibilidad de continuar con las actuaciones por medios electrónicos”, dice Artieda.

Respecto a los tribunales o autoridades administrativas, “ciertas entidades públicas, como el INDECOPI o los Ministerios, han optado por trabajar de forma remota y otras, como el Poder Judicial, han optado por congelar los plazos procesales, salvo el caso de los juzgados de emergencia”, añade.

 

Especiales agradecimientos a la coordinación por parte de Valeria Choribit, de Comunicación & Marketing con sede en DS Avocats Chile (vchoribit@dsabogados.cl) y a Angela Lopez, Secretaria General del Grupo DS Avocats .

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