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Desinformación: redes sociales e industria
La respectiva Comisión (Chile) presentó el primero de los dos informes que debe producir en un plazo de un año. Entre sus primeras conclusiones se encuentra que la desinformación es un fenómeno que se expresa de diversas formas según su contexto, siendo las particularidades del caso chileno el alto consumo de redes sociales y la perdida de confianza en las instituciones públicas.
9 octubre, 2023
-Hace aproximadamente dos meses inició el trabajo de la Comisión Asesora contra la Desinformación (Chile) que tiene por objetivo asesorar al Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación respecto del «estudio y análisis del fenómeno de la desinformación en plataformas digitales, excluyendo del análisis los medios de prensa».
Durante un año la comisión deberá presentar dos informes que permitan comprender el estado actual del fenómeno y que entregue orientaciones o recomendaciones respecto a la formulación de políticas públicas.
Esta semana se realizó en las dependencias de la Biblioteca Nacional el seminario «Comisión Asesora contra la Desinformación: ¿Qué nos dice el Primer Informe?» evento que presentó el primer informe elaborado por la comisión que fue publicado durante el mes de septiembre.
Este primer documento centrado en la conceptualización del fenómeno, ámbitos de incidencia, el estado del arte en Chile y la experiencia internacional, fue comentado por los comisionados en dos bloques temáticos: Fenómeno de la desinformación y ¿Qué sucede en Chile?
Uno de los puntos de encuentro entre los comisionados fue que el problema de la desinformación no se solucionaría con la aplicación de una única ley, más bien, por una serie de políticas públicas que incidan en diferentes mecanismos de regulación, corregulación y autorregulación.
¿Por qué? Según los comisionados, la desinformación es un problema multidimensional que incide desde la toma de decisiones ciudadanas e institucionales hasta el fomento de la discriminación o persecución por causas étnicas, de género, políticas o socioeconómicas.
Delimitando el concepto
El informe señala que las características de la desinformación están ligadas a los sesgos cognitivos acoplados en una «economía de la atención» y que su producción sistemática inciden en la toma de decisiones de las personas. No obstante, no existe una definición única para el concepto «a pesar de los múltiples esfuerzos internacionales por relevar y definir los bordes del problema, su naturaleza política no ha permitido un consenso general al respecto».
Pese a lo anterior, el documento señala que la desinformación se ha entendido tradicionalmente como «información falsa, inexacta o engañosa creada, presentada y difundida deliberadamente». Dicho de otra forma, los comisionados mencionaron que la desinformación reúne al menos tres elementos claves: falsedad, daño e intención.
Cabe destacar que el texto entrega múltiples conceptualizaciones, enfocándose más en delimitar el fenómeno que en llegar a definiciones precisas.
El problema que surge con la desinformación es que sus consecuencias atraviesan múltiples áreas del interés público, pudiendo afectar la toma de decisiones en temas «tan sensibles como la salud, los desastres naturales, el medio ambiente, las relaciones internacionales, la economía o la política», indica el informe.
El fenómeno en Chile
Un tema central que mencionaron varios de los comisionados fue que la desinformación es fenómeno que se expresa de diversas maneras y en diferentes momentos. Vestigios de está practica se pueden observar en eventos como la Guerra en Ucrania, la pandemia por COVID -19, el cambio climático e incluso se ha difundido la defunción de figuras públicas como el futbolista argentino Leonel Messi.
A diferencia de otros zonas del mundo, en Chile el fenómeno de la desinformación se vincula con un alto consumo de noticias mediante redes sociales, crisis de credibilidad en los medios de comunicación tradicionales y falta de confianza en la institucionalidad pública.
Según señalaron los comisionados, la ciudanía no tiene las herramientas para diferenciar adecuadamente si los contenidos que consume en redes sociales son verdaderos o falsos. El informe explica que en Chile existe un alta penetración de estas plataformas digitales, dado que el 90% de la población tiene acceso a internet y de ellos más del 80% reporta usar sus celulares para acceder a noticias.
En este contexto, el Digital News Report 2023 del Instituto Reuters (citado tambipen en el informe) señaló que el 65% de los usarios de internet en Chile accede a noticias mediante una o varias redes sociales, tales como WhatsApp, Facebook o Instagram.
Actualmente, en Chile no existe una legislación que penalice específicamente la desinformación, pero a la fecha hay 11 proyectos de ley en tramitación que buscan regular este fenómeno.
Bajo lo anterior, los comisionados mencionaron que el propósito no debe ser regular a los medios de comunicación o a los perfiles de los usuarios en redes sociales, sino a la industria que contiene a estas plataformas digitales.
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