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sábado, 23 de noviembre de 2024

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Criminalidad, acciones para combatirla y medición estadística

Tres alcaldes de municipios de la capital chilena explicaron cuál es la realidad en seguridad pública en sus territorios y las herramientas que se deben utilizar.

- 5 diciembre, 2016

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S. Martin

Rigor científico técnico y transversalidad política son algunos de los criterios que deberían regir a las instituciones que se dedican a medir la criminalidad y buscar herramientas eficaces para combatirla, según la Fundación Paz Ciudadana, que cumplió 24 años trabajando con esos objetivos en Chile.

Para sus gestores, la labor de la entidad es contribuir a un rol que, opinan, «el Estado no podría resolver en solitario», el cual es definir políticas para reducir el crimen y mejorar la calidad de vida de las personas con miras a lograr una convivencia en paz de la ciudadanía.

En el Consejo Consultivo que tuvo lugar el viernes, el enfoque estuvo puesto en las atribuciones de los municipios en temas de seguridad pública y qué acciones se han propuesto realizar los alcaldes electos.

Hot Spots

El presidente de Paz Ciudadana, Agustín Edwards del Río, mencionó a la audiencia algunas cifras que vale la pena tener en cuenta: el Estado de Chile gasta en seguridad casi el 6% del presupuesto de la nación y hay 2,3 millones de delitos al año.

El 20% de los chilenos declara que el crimen organizado, las pandillas y el narcotráfico son la principal amenaza de seguridad y el 11% declara que escucha balaceras en su barrio.

También hizo hincapié en que tras 20 años sentando las bases para un Banco Unificado de Datos que permita compartir información entre la policía civil, la policía uniformada, los tribunales y diversas instituciones, todavía no es una realidad.

«Creemos indispensable que las instituciones rindan cuenta de lo que hacen en la calle, en los hogares y en los comercios. Que se sepa cómo se gastan los recursos públicos, qué funcionó y qué es necesario mejorar. No todos los cambios son estructurales ni de largo plazo», agregó.

Otra estadística: 8 de cada 10 delitos son predecibles en hora y lugar. Se debe terminar con el tratamiento caso caso y pasar a tácticas efectivas, persecución eficaz de bandas criminales, detectar dónde están los puntos conflictivos o “puntos calientes”. «Lamentablemente, estos datos todavía no son públicos y queremos que al igual que en otros países lo sean, de modo que la ciudadanía los pueda evitar», agrega el presidente.

Seguridad ciudadana a nivel vecinal

De Peñalolén, Santiago y Estación Central, todas comunas del Gran Santiago, fueron los alcaldes ganadores en las últimas elecciones que explicaron sus prioridades y metas para mejorar la seguridad en su comuna.

Entre los expositores hubo temas de coincidencia, como el valor de la denuncia y la sensación de impunidad, cuando las víctimas no ven resultados: “Siento que si denuncio, da lo mismo”, «si aquí cuando los pillan, no pasa nada». También se mencionó que dentro de la seguridad caben conceptos que no llegan a ser delitos, sino incivilidades, como gente que consume drogas en la vía pública o que toma alcohol en las plazas. «Es cierto que las denuncias han bajado, pero es porque la gente dejó de denunciar. No es lo que se ve en la calle», aseguró el alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, sicólogo, que asume su tercer período en ese municipio.

«Debe haber capacidad de respuesta ante las denuncias. La rotación de los oficiales en las comisarías de Carabineros es un tema; la falta de dotación policial es dramática», dijo. Felipe Alessandri, abogado, nuevo alcalde de Santiago, estuvo de acuerdo: «La dotación policial debe considerar la población flotante. A mí comuna llegan 2 millones de personas de lunes a viernes. No puede haber la rotación que se hace hace hoy».

Otro punto de concordancia fue que había que convencer al país de que la seguridad es materia de Estado y no del gobierno de turno, para que así haya recursos asegurados, permanentes y programados, tal como ocurre con el sector de la salud.

Criminalidad y tecnología

El uso de la tecnología acaparó gran parte de las exposiciones: la georreferenciación es una de las herramientas. «Uno de los hot spots son los centros comerciales… ¿le diremos a la gente que no vaya? Tal vez es un incentivo para que los privados inviertan en temas de seguridad», dijo uno de los alcaldes.

Carolina Leitao, abogada de la U. de Chile, fue reelecta alcaldesa de Peñalolén, comuna de 259 mil habitantes, contó que una de las medidas ha sido georeferenciar lugares con delitos e intervenir esos barrios, pero integralmente.

Uno de sus ejes estratégicos es la gestión territorial y prevención, lograr «recuperación territorial», que ya cuenta con 40 nuevas plazas con ciertos estándares. Luego, destacó la atención especializada en prevención y reinserción: sistemas de alerta temprana de deserción escolar, trabajo de parentalidad positiva. «No bastan los jóvenes infractores o en riesgo, sino trabajo con los padres que requieren técnicas», dijo.

El Plan de Gestión Barrial, en el municipio de Estación Central, implica que cada barrio necesita un diagnóstico, se formula una iniciativa y luego se mide, pero junto con la comunidad. «Los vecinos quieren ser parte de la formulación del plan. Por ejemplo, cámaras comunitarias que pueden ser monitoreadas desde los celulares de los vecinos; cámaras con parlantes, mediante las cuales se puede hablar al delincuente y disuadirlo de cometer el delito», aseguró.

Alessandri, de Santiago, mencionó que hoy el botón de pánico, la alarma y las cámaras no son suficientes. «Aparte de la georreferenciación deberíamos instalar los polémicos globos, ¿por qué no? Son caros, pero dan buenos resultados. Giuliani me decía ‘promueve la denuncia, de todo, porque así puedes tener registros y tomar acciones’. Debiera haber portales de vehículos robados, con dispositivos en las calles que puedan detectar las patente y crear una oficina que procese toda la información obtenida a través de un observatorio, además de promover asociatividad entre municipios y aliarse con universidades para modelar datos», comentó.

Otras medidas

Rodrigo Delgado, cuya comuna tiene una población flotante de 1 a 2 millones de personas, pero que sube drásticamente si se cuenta a la gente que se moviliza en el tren, dijo: «El 41% de las personas entrevistadas dice que la seguridad es lo más importante, pero si se suma aseo y medioambiente y recuperación de espacios públicos, al agrupar se llega a una cifra superior. Seguridad es lo que más interesa nuestros vecinos». «¿Cómo la canalizamos? Tenemos que tener una mirada de Estado. Nosotros tenemos una dirección desde hace 4 años, dedicada a la seguridad publica, mirada como un fenómeno multisistémico o multicausal», añadió.

Las distintas direcciones de la municipalidad están alineadas, por ejemplo de aseo y ornato, evitando insumos para los microbasurales que asocian a actos delictuales.

Delgado dijo que debía explorarse la posibilidad de una policía municipal de tránsito y delitos menores, «algo que no compita con Carabineros, sino gente especializada con experiencia y que conozca el terriotrio».

Felipe Alessandri, por su parte, aseguró que de nada sirve formular planes homogéneos o estándares, sino que se debe «hacer comunidad, conversar con cada barrio; no se puede imponer, pues todos tienen realidades distintas; tienen que ser concordadas con los vecinos, y darles respuesta, con seguimiento».

Mencionó zonas oscuras, poda de árboles, rayados en los muros, calles usadas como baño público, autos mal estacionados, ruidos molestos, horas en que se produce el microtráfico y la venta ilegal de comida.

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