La miniserie, protagonizada por la actriz mexicana Melissa Becerra, sigue la carrera contra el frío, el hambre y las inseguridades...
Costumbres heredadas: la peluca en el sistema judicial inglés
Independientemente de la jurisdicción, el uso de las pelucas es un ornamento habitual entre altas magistraturas de los respectivos sistemas judiciales. Existen diseños más extravagantes que otros, pero la pregunta es ¿de dónde vienen y por qué se continúan empleando en la actualidad?
1 marzo, 2024
-La fiscal Kate Woodcroft se arregla en el vestidor de los litigantes. Luego de arroparse con su toga negra impecablemente planchada, maquilla su rostro y peina su peluca con una brocha; en unos minutos, estará a cargo de defender a la parte querellante en un juicio por violación. ¿El acusado? James Whitehouse, home office minister y amigo cercano del Primer Ministro de Inglaterra.
En el lugar, se encuentra la abogada defensora Angela Regan, quien también se prepara para exponer frente al tribunal. Ambas conversan de forma cortés, como es habitual entre colegas que coinciden durante las primeras horas de la mañana. Nadie sospecharía que están ad portas de enfrentarse en un caso de alta connotación pública que ha significado un escándalo para la institucionalidad política inglesa.
—Dios, qué meticulosa. Comparado contigo, Miguel Ángel arrojó pintura a la capilla al estilo Jackson Pollock —dice la abogada defensora.
—La presentación importa —responde la fiscal.
—Míranos, usando disfraces ridículos. ¿Por qué continuamos con estas tonterías? —reflexiona Reagan en voz alta—. ¿Te lo has preguntado?
—Me gusta la pompa.
—Te refieres a la apariencia.
—Dije “pompa” —asevera Kate Woodcroft.
Esta escena pertenece a la serie Anatomy of a Scandal, dirigida por David E. Kelley y Melissa James Gibson en 2022, la cual es protagonizada por Sienna Miller, Michelle Dockery y Rupert Friend, quienes interpretan a Sophie Whitehouse, Kate Woodcroft y James Whitehouse, respectivamente.
La trama de la serie consiste en que Sophie Whitehouse, esposa del conservador británico James Whitehouse, se entera de que su marido tuvo una aventura con su joven asistente, Olivia Lytton. La noticia se hace pública, complica sus vidas y la obliga a lidiar con las consecuencias de las acciones de su marido. Para empeorar las cosas, James es acusado de violar a Olivia y se lo somete a proceso.
Independientemente de la calidad de la serie, disponible en Netflix, el diálogo transcrito retrata un hábito que perdura en el sistema judicial inglés para barristers y jueces: el uso de pelucas.
Una herencia de la monarquía
Ya durante la época de los egipcios se utilizaban pelucas, práctica que también se popularizó en Japón, Grecia y el Imperio Romano para cubrir la pérdida del cabello. A lo largo de los siglos, el material de confección de este tipo de ornamento ha consistido en pelo de animales o cabello humano, aunque en la actualidad encontramos algunas hechas de fibra sintética.
En el siglo XVI, a medida que avanzaba en su edad, la Reina Isabel I de Inglaterra, comenzó a usar pelucas con el propósito de ocultar la suciedad característica de una época con pocos hábitos de higiene y para prevenir afecciones como la tiña o los piojos. No obstante, su masificación ocurrió durante el reinado de Carlos II (1660-1685) como una prenda esencial para la sociedad educada. Tardó un par de siglos para que su uso se extendiera a instancias formales diferentes de la Corona.
Dicho de otra forma, fueron las familias reales de Europa las que, mediante la costumbre, marcaron la vestimenta apropiada y de moda entre los aristócratas de la época, familias nobles que también se desempeñaban en la administración de la justicia.
Este hábito se trasladó al sistema judicial en calidad de disfraz, que permitía a los jueces ocultarse para no ser agredidos tras haber dictado una condena criminal por parte de los familiares del condenado. De esta manera, durante el reinado del rey Jorge III, a finales siglo XVIII, era habitual que se utilizaran las togas, pelucas u otros accesorios como prendas tradicionales que simbolizaban la autoridad, dignidad o profesionalismo en los procedimientos legales.
En las cortes de Inglaterra
Si bien cada jurisdicción o corte internacional presenta sus propios códigos de vestimenta, los trajes que usan los jueces ingleses son uno de los vestuarios más distintivos en el rubro, lo cual no es extraño considerando que la esencia de estos uniformes se remonta a siete siglos de antigüedad.
Avanzando en la historia, los jueces solo usaron pelucas de base completa hasta la década de 1780, cuando se adoptó para los juicios civiles una peluca menos formal y más pequeña, con los lados rizados en lugar de rizos y una cola corta en la parte posterior.
La peluca de fondo completa continuó utilizándose en juicios penales hasta la década de 1840, pero hoy en día está reservada para vestimentas ceremoniales, mientras que las pelucas más pequeñas se emplean a diario.
En Anatomy of a Scandal observamos que el uso de la peluca refleja un simbolismo implícito en la trama de la serie: en momentos en los cuales se enfatiza el actuar profesional, la fiscal Kate Woodcroft se coloca o lleva su peluca. Por otra parte, en instancias más humanas o en que ella recuerda o conecta con su historia de vida, no la utiliza.
Los detractores de esta práctica dicen que su uso es obsoleto y que, en rigor, su aporte no es sustancial al momento de desempeñar sus labores. Otros, en cambio, aseveran que las pelucas son parte de la tradición inglesa y su simbolismo aún está vigente.
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