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viernes, 29 de marzo de 2024

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Construcción, termómetro de la economía

“Hoy el riesgo está latente en el mercado. Un ejemplo es la disminución de cobertura por parte de las aseguradoras a los grandes proveedores por los créditos que otorgan a sus clientes del rubro de la construcción, como también la mayor exigencia de los financistas al momento de apostar por un proyecto inmobiliario”.

Pedro Eguiguren - 27 octubre, 2022

Pedro Eguigure

El rubro de la construcción muestra los tiempos de bonanzas o contracción de un país. Tiene impactos transversales sobre otros rubros e incide en forma directa o indirecta en la tasa de desempleo. La inflación lo ha impactado fuertemente. Es otra consecuencia de la pandemia, provocada por la interrupción de abastecimiento a nivel global, el otorgamiento de créditos blandos, ayudas monetarias estatales, entre otros.

Como ingrediente adicional, tal como se ha ido presentando en los distintos estudios e indicadores de la economía chilena, las áreas más afectadas por esta recesión han sido la construcción y comercio. Se ha provocado un efecto dominó de los problemas de las grandes las medianas y pequeñas empresas, que no pueden resistir si su mandante les deja de pagar o tramita el pago. Hay que tener presente que muchas pymes factorizan sus instrumentos de cobro para obtener caja, pero comprometiendo el patrimonio de la empresa y de los socios, en la eventualidad de que el obligado al pago no cumpla.

Hoy el riesgo está latente en el mercado. Un ejemplo es la disminución de cobertura por parte de las aseguradoras a los grandes proveedores por los créditos que otorgan a sus clientes del rubro de la construcción, como también la mayor exigencia de los financistas al momento de apostar por un proyecto inmobiliario.

Aunque esto está ocurriendo a nivel global, a las autoridades de nuestro país no les basta con esto, incorporando a la ecuación una gran enemiga del mercado: la incertidumbre.

Así, vemos cómo disminuye el número de nuevos proyectos de construcción, mientras crece el de las constructoras que se someten a un proceso de reorganización o liquidación, y en paralelo aumenta la fuga de capitales. Si bien el gobierno ha anunciado la flexibilización y prórroga en el cobro de las boletas de garantía de las constructoras de viviendas sociales, es de suma importancia que avance con más agilidad en las licitaciones públicas para que las constructoras puedan proyectarse en el tiempo con nuevas obras.

Entretanto, la reforma tributaria que se tramita en el Congreso pretende recaudar más impuestos con el fin de solventar reformas muy necesarias, en vez de mejorar la distribución de los recursos fiscales. También está en tabla una nueva propuesta de constitución, formándose mesas paralelas, sin que los políticos logren llegar a puerto. Esto crea y alimenta la incertidumbre, lo que desincentiva nuevas inversiones y proyectos.

Finalmente, mencionemos que se estima que habrá una recesión en 2023 —según algunos expertos, una de las más complicadas de las últimas décadas— por el menor ahorro de los fondos soberanos de nuestro país, un Chile más endeudado y con más dificultad de obtener nuevos créditos internacionales. Esto afectará necesariamente a la construcción —impactando sobre el empleo y la seguridad económica.

Las autoridades deben tomar cartas en el asunto. Sí, hay que hacer cambios, pero hay que saber cuándo y cómo, y luego realizarlos con prudencia y gradualidad. En simultáneo, hay que apurar las mejoras en la gestión del Estado.

* Pedro Eguiguren es abogado de la Universidad Católica de Chile y Magíster en derecho de los negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez. Trabajo en la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, el Ministerio de Bienes Nacionales y es socio fundador de Eguiguren Abogados.

 
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