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Comercio exterior: Brasil post Bolsonaro
«El elector de Jair Bolsonaro espera para Brasil en los próximos años que con políticas públicas de países como Chile, sea posible devolver al brasileño la calidad de vida que un día tuvo en sectores como educación, salud y entretención…»
Raquel Frattini - 6 noviembre, 2018
Raquel Frattini
Jair Messias Bolsonaro es el nuevo Presidente de Brasil. Con el 55,1% de los votos válidos, el candidato del PSL (Partido Social Liberal) fue elegido en la segunda vuelta, venciendo al candidato del PT (Partido de los Trabajadores) Fernando Haddad.
Entre muchas preocupaciones de los brasileños que no votaron por Bolsonaro -y también algunos que votaron-, está el mantenimiento del crecimiento económico del país, aún víctima de las crisis políticas causadas por los últimos gobiernos y la corrupción, que creció a niveles galopantes entre empresas públicas y privadas, dejando un agujero sin proporciones antes vistas.
De acuerdo con la opinión del economista Ricardo Amorim, en columna para el periódico Gazeta do Povo de Sao Paulo la semana pasada, el nuevo Presidente se va a encontrar con un país en crecimiento y con generación de empleos, pero va a tener que meter los pies al barro para resolver el gran problema que mantiene ese crecimiento a niveles mínimos: las cuentas públicas.
Amorim plantea que las reformas serán necesarias, especialmente la de la previsión, acabando con privilegios y beneficios heredados de un pasado que ya no es sostenible. Reformar las leyes tributarias también es un punto urgente, después de todo, la generación de empleos sólo se mantiene con la reducción del costo de la producción, lo que necesita incentivos fiscales para suceder.
Las acciones propuestas por Bolsonaro concuerdan con lo que dicen, no sólo Ricardo Amorim, sino también otros expertos en economía nacional e internacional. En el plan de gobierno de Jair Bolsonaro, en lo que se refiere a la economía, una de las principales propuestas es la privatización o extinción de estatales. Según el presidente electo, la idea es reducir el pago de intereses, que costaron 400,8 mil millones de reales en 2017, con la venta de activos públicos.
Con relación a la reforma de la previsión, defiende la implantación de un modelo privado de capitalización del sector en el país, modelo que puede tener como base el de Chile.
Como propuesta para el sistema tributario del país, el programa habla en unificar impuestos y simplificar el sistema de recaudación de tributos. Una de las promesas es reducir gradualmente los impuestos, por medio de la eliminación y unificación de tributos, «paralelamente al espacio creado por control de gastos y programas de desburocratización y privatización».
El asesor económico de Bolsonaro, Paulo Guedes, que debe asumir como ministro de Economía, dijo en conversación con inversionistas que la intención es crear una alícuota única del 20% en el Impuesto a la Renta, que pasaría a incidir sobre quien gana por encima de cinco salarios mínimos.
Con relación a política exterior, el nuevo presidente defiende que el Ministerio de Relaciones Exteriores necesita estar al servicio de valores que siempre se asociaron al pueblo brasileño. El otro frente, dice el programa, será fomentar el comercio exterior con países que puedan agregar valor económico y tecnológico a Brasil, como Estados Unidos.
En el ámbito regional, el plan de Bolsonaro prevé profundizar la integración «con todos los hermanos latinoamericanos que estén libres de dictadura» y países «sin sesgo ideológico». Sobre el Mercosur, afirmó que no se puede «jugar para el alto» el acuerdo. «Lo que no se puede es continuar usando acuerdos como ese en función de intereses ideológicos como el PT ha hecho», criticó.
Ya está decidido que la primera visita al exterior del nuevo presidente electo será a Chile, país que tiene a Brasil como primer socio comercial en América Latina.
Existen algunos números interesantes. Chile es el segundo socio comercial de Brasil en América del Sur. En el año 2017, el intercambio comercial bilateral alcanzó los 8.500 millones de dólares, un alza del 22%. De enero a septiembre de este año, el comercio entre los dos países sumó US $ 7,21 mil millones, expansión de más del 13% con relación al mismo período de 2017. Brasil es el principal destino de las inversiones chilenas en el exterior, por un total de 31.000 millones de dólares, de acuerdo a informaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño.
La elección del país para ser el primero a ser visitado también fue motivada por la buena relación que mantiene ambos presidentes, siendo que el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, fue el primero en felicitar a Jair Bolsonaro por su victoria, invitándole a visitar cuándo asuma el cargo.
Esta condición de amistad entre los dos países viene para fortalecer los lazos en un momento muy propicio, considerando la pronta firma un Acuerdo de Libre Comercio que tratará de temas de naturaleza no arancelaria, como comercio de servicios; comercio electrónico; telecomunicaciones; medidas sanitarias y fitosanitarias; obstáculos técnicos al comercio; facilitar el comercio; propiedad intelectual; y micro, pequeñas y medianas empresas.
Entre las primeras medidas, Brasil y Chile se comprometieron a eliminar el cobro de roaming internacional para datos y telefonía móvil entre los dos países. El acuerdo prevé, además, la incorporación de otras medidas ya firmadas recientemente, como los protocolos de compras públicas y de inversiones en instituciones financieras.
«Será la primera vez que Brasil asume, en acuerdo bilateral de comercio, compromisos en materia de comercio electrónico, buenas prácticas regulatorias, transparencia en anticorrupción, cadenas regionales y globales de valor, género, medio ambiente y asuntos laborales», dijo el representante del Ministerio de Relaciones Exteriores al reportaje del G1.
Una estabilidad económica como la chilena es lo que el elector de Jair Bolsonaro espera para Brasil en los próximos años, apostando que con políticas públicas de países como el gobernado por Sebastián Piñera, sea posible devolver al brasileño la calidad de vida que un día tuvo en sectores como educación, salud y entretención.
La relación Chile-Brasil siempre ha sido muy buena, comparada con las relaciones de ambos países con sus vecinos de frontera, lo que nos deja a todos los brasileños que viven y hacen negocios en Chile con una buena sensación de que en los próximos años esa relación podrá crecer y cada vez más estaremos fortaleciendo lazos sociales y económicos importantes para el desarrollo de América Latina como un todo.
* Raquel Frattini es abogada brasileña, titulada por la Pontificia Universidad Católica de Campinas – São Paulo en el año 2003, con título reconocido por la Corte Suprema de Chile. Desde mayo de 2014 está a cargo del Brazilian Desk del estudio Chirgwin Larreta Peñafiel, donde también es asociada internacional.