BAZ/DLA Piper, detalles del cambio en el escenario chileno

S. Martin

El 15 de diciembre es la fecha en que figura publicado un post en el sitio web de DLA Piper, titulado «DLA Piper announces cooperation agreement with Bahamondez, Alvarez & Zegers in Chile» (DLA Piper anuncia acuerdo de cooperación con Bahamondez, Alvarez & Zegers en Chile).

DLA Piper es una firma transnacional, que tiene oficinas en más de 30 países, ubicadas en América, Europa, Medio Oriente, África y el Asia Pacífico. En la región, ya tenía presencia en México, Puerto Rico, Brasil y Colombia. Desde Chile, están «avanzando en Perú y mirando muy cerca el mercado argentino».

Este acuerdo implicará, por ahora, una integración de ambas marcas: BAZ/DLA Piper será el nombre con que se operará en Chile y se interactuará hacia los países vecinos. Logo, papelería y apoyo de marketing, incluido el nuevo sitio web, están comenzando su fase de diseño.

Sin embargo, a partir del 01 de enero comienzan ya a operar como BAZ/DLA Piper, cuenta Marco Salgado, socio del estudio chileno, quien calcula que dejarán pasar las vacaciones antes del lanzamiento oficial.

¿Por qué BAZ?

Juan Picon, «global co-chairman» y «co-chair of the Latin America» en DLA Piper, dijo en declaraciones que constan en su web, que BAZ era un «natural partner» (…), no sólo para el cono sur, sino también en el trabajo que realizan en otras partes de América, España, Europa y, básicamente, en cualquier punto del planeta.

Marco Salgado cree que influyó en la decisión la «manera de hacer las cosas» que tienen en la oficina chilena: «Somos bien gringos para el trabajo».

¿Qué significa eso? «Inmediatez en las respuestas, un entregable que es similar al que DLA está acostumbrado» ¿Otro ejemplo? «Somos muy institucionalizados. La carrera del abogado que entra al estudio es clara, totalmente meritocrática. No está ahí el hijo o hermano de nadie; eso en Latinoamérica no es muy común y marca ciertos estándares. El apellido no importa, sino cómo haces las cosas», dice, y añade: «Para nosotros se contrata al mejor. No es un tema que deban ser de la misma familia o del mismo colegio, como está lleno de casos en Chile».

Este acuerdo es un orgullo, agrega: «Porque ellos ponen en juego su brand name en alguien que podría hacerlo muy mal. Por eso para los asociados es un desafío enorme trabajar al mismo estándar que DLA, ser capaces de prestar asesorías en inglés, trabajar multiculturalmente. Pero a la vez se les abren oportunidades increíbles. Fue acordado que podremos mandar abogados a cualquier oficina del mundo».

En cuanto a si habrá estándares nuevos a incorporar como empresa a futuro, responde que es algo que puede ocurrir, pero que tampoco hay que implementar soluciones a dificultades que no existen en el mercado chileno y que, por ende, no tendrían sentido. ¿Flexibilidad laboral? «Ya la aplicamos. Hay asociadas trabajando con jornada flexible o desde la casa. Pero es algo que hacemos independientemente de si es hombre o mujer. Si uno de nuestros abogados tiene una situación personal o familiar que no le permite estar en la oficina y es valioso, lo analizamos y buscamos el acomodo. Eso es disruptivo en el mercado latinoamericano».

BAZ/DLA Piper, el modelo de asociación

«No entran a la propiedad y por eso mantenemos la autonomía. Pero no se descarta nada a futuro, tal como dijo Picón», aclara el socio de BAZ.

Desde la perspectiva de la atención a los clientes, tampoco intervienen: «No necesitas traer al experto, aunque lo tienes a una llamada de distancia. Si lo requieres, puedes llegar a él y a una serie de herramientas disponibles para todos. Y a una red de 8 mil abogados».

«Lo que nos gusta mucho es que mantenemos independencia, que es algo que nadie quiere perder. La decisión fue apoyada por todos los socios de forma unánime y eso es noticia. Se sabe que en operaciones similares se ha ido un socio e incluso un área completa», dice.