¿Quieres estudiar Derecho? Piénsalo bien

No importa de qué país de Iberoamérica seas, tu realidead debe ser similar: la cantidad de facultades de Derecho ha crecido exponencialmente en Chile en los últimos 25 años.

En 1980 había cinco facultades de Derecho; hoy existen más de cuarenta, desperdigadas en más de 100 sedes a lo largo del país.

Si el año 2000 se titularon 1.000 abogados, 15 años después la cifra se ha más que triplicado, con 3.487 titulados durante 2015, y de hecho en 2015 existían más de 34.000 matriculados en distintos programas de Derecho (números publicados en reportaje de Ciper). Y todo ello sin contar el creciente número de abogados extranjeros que están convalidando sus títulos en Chile.

Ante los hechos, cabe legítimamente preguntarse si existen actualmente, y si existirán en el futuro, suficientes y adecuadas plazas de trabajo para tantos nuevos profesionales o si, por el contrario, la profesión de abogado —ya casi en el tope de las listas de carreras saturadas— está condenada a sufrir una sobreabundancia de profesionales en relación a los puestos de trabajo que la sociedad y el mercado realmente ofrecen, con la consiguiente inestabilidad laboral, bajos salarios y despiadada competencia por los que existen.

Si ya la situación actual es preocupante, producto de la tendencia mundial que procura la automatización de funciones para mejorar la productividad, el futuro cercano se ve particularmente negro para los miembros de la generación Millennial que estuvieren interesados en la profesión.

Este proceso de automatización, y la consiguiente disminución de las plazas de trabajo disponibles en los niveles básicos de la práctica legal, muy probablemente empujará los salarios de los abogados “junior” y procuradores (estudiantes de los últimos años o egresados, que asisten a los abogados en labores de tramitación) a la baja, en un escenario donde los puestos en los cuales se puede adquirir experiencia para convertirse en un profesional competente, van disminuyendo drásticamente, produciéndose una competencia muy dura por la obtención y mantención de los mismos.

Recientemente se lanzó un sitio web —willrobotstakemyjob.com— que examina qué tan vulnerables son los distintos trabajos ante la amenaza de la automatización.

La información utilizada para la creación de este sitio fue un estudio elaborado por los académicos de la Universidad de Oxford Carl Benedickt Frey y Michael A. Osborne, denominado “The Future of Employment: How susceptible are jobs to computerization”.

Dicho sitio web predice, con una buena dosis de humor negro, el potencial futuro de los profesionales jóvenes en las más diversas áreas. Si bien el estudio y el sitio web están basados en la realidad anglosajona, en este mundo globalizado en que todos vivimos, sus principios y conclusiones son fácilmente extrapolables a otras realidades como la chilena.

Revisemos algunas predicciones respecto de trabajos relacionados con la práctica del Derecho. Veamos primero a los procuradores, técnicos jurídicos y abogados junior.

“Paralegals and Legal Assistants: Assist lawyers by investigating facts, preparing legal documents, or researching legal precedent. Conduct research to support a legal proceeding, to formulate a defense, or to initiate legal action.
Automation Risk Level: You are doomed, or 94% probability of automation”.

No son las mejores perspectivas de empleabilidad. Sin embargo, no todo es tan negro, ya que los abogados que logren conseguir trabajos en los cuales puedan adquirir experiencia, podrán tener un buen futuro. Veamos lo que predice el sitio para los abogados propiamente tales.

“Lawyers: Represent clients in criminal and civil litigation and other legal proceedings, draw up legal documents, or manage or advise clients on legal transactions. May specialize in a single area or may practice broadly in many areas of law.
Automation Risk Level: Totally Safe or 3.5% probability of automation”.

¿Cuáles son las posibles soluciones, particularmente para los abogados que deseen trabajar en un estudio jurídico, usualmente considerado el ambiente donde se puede adquirir mayor y mejor experiencia legal? Posiblemente tengan que empezar a desarrollar las destrezas que los estudios de abogados comenzarán a requerir muy pronto, tales como aptitud y competencia tecnológica, y más a largo plazo, cultivar habilidades propias de la práctica legal que no sean fácilmente automatizables, tales como la empatía y la oratoria.

Buena suerte.

* Andrés Chirgwin es socio administrador del estudio Chirgwin Larreta Peñafiel (Chile). Es miembro, ex-becario y consultor de la International Bar Association (IBA), miembro de la American Bar Association (ABA), y fundador y ex-Presidente del Comité Legal de la Cámara de Comercio Chileno-Británica de Chile.