Luis Ernesto Marín fue legal counsel de Banco de Crédito BCP y Scotiabank, abogado en Neptunia S.A., Porto Legal, Lazo...
Asesorías jurídicas: laboral, tributario, negocios y construcción son lo más requerido
Las reformas discutidas en Chile -tributaria y después, laboral- han hecho reaccionar al mercado solicitando asesorías profesionales en estas áreas desde las empresas. Pero también los estudios jurídicos han comenzado a buscar más expertos en estas materias y otras, como construcción, para poder ofrecer mejor soporte a sus clientes.
19 mayo, 2016
-S. Martin
En esta actividad —basada principalmente en largas entrevistas— los candidatos exponen su curriculum y son interrogados acerca de su desempeño universitario, sus anhelos personales y su experiencia laboral. Sin embargo, a lo largo de estas conversaciones que van profundizando en distintos niveles y que por el camino van revelando la personalidad y aptitudes del abogado, también se logra un retrato fiel del mercado y de la contingencia nacional.
Así, cada candidato aporta una pieza del puzzle, el que finalmente se completa con la información que entrega el empleador al abrir un proceso de búsqueda. Sea un estudio jurídico, una empresa o un organismo público, todos definen qué tipo de abogado necesitan, de qué área de especialización y en qué labores se desempeñará.
Ayer, Ediciones Especiales del diario El Mercurio publicó el suplemento «Asesoría Jurídica y Gestión Integral», en cuya portada se analizaba, desde la óptica del reclutamiento, cuáles eran las especialidades más requeridas hoy para asesorías jurídicas en el mercado chileno.
Laboralistas y tributaristas
Daniela Maino, abogado consultor de Idealis Legal Recruitment, cuenta cómo en el último tiempo se han visto incrementados los procesos de selección de abogados expertos en derecho laboral. Se trata de requerimientos nacidos desde el área legal de empresas que quieren involucrar dentro de su fiscalía a un abogado laboralista, o incluso abrir una fiscalía especializada en esta materia.
“Siempre hay booms donde ciertas reformas legales traen aparejada la necesidad de especialistas en las regulaciones que van a cambiar”, dice la reclutadora. A algunas empresas ya no les bastaría el abogado interno que lo ve todo ni quieren depender de la disponibilidad del abogado externo, que no necesariamente conoce el día a día de la compañía o que no asegura una respuesta inmediata.
Pero el fenómeno ha ido más allá: no sólo las empresas están armándose con las mejores herramientas para cumplir con la nueva normativa, sino que también los estudios jurídicos están preparándose para tener la gente necesaria –en número y capacidades– y así poder entregar las asesorías que les pidan sus clientes en la materia.
“El sector laboral está muy dinámico”, reafirma Maino, pero las asesorías tributarias son otra de las materias que se tomaron el mercado desde que comenzó la discusión sobre la reforma impositiva en el país, complementa.
Negocios y el aporte de los MBA
El abogado Cristóbal Silva, otro de los socios fundadores de Idealis, se dedica por estos días principalmente a la administración de capitales de riesgo y la asesoría a startups (emprendimientos). Desde su óptica, los abogados de negocios, así tan amplio como suena, son una necesidad en el mercado chileno.
“En general, para emprendimiento se necesita tener un conocimiento básico de todas las áreas del derecho involucradas en la asesoría de empresas, como derecho comercial, sociedades, tributario, laboral y propiedad intelectual”, afirma. Pero tal vez las diferencias respecto de conocimientos no jurídicos son que “se necesita un cierto grado de fluidez en inglés y manejo de excel, además de nociones básicas de contabilidad para poder prestar un mejor servicio a los clientes”.
Si nos vamos a la experiencia comparada, hay países, como Canadá, en que esta especialidad como complemento al Derecho es algo muy común, pues hay cierta facilidad para estudiar el pregrado junto con un MBA: los estudiantes agregan unos cursos más y pueden obtener un “joint degree”, que implica más horas, más carga académica y también mayor costo económico, pero no todos toman pues no todos quieren dedicarse a la materia.
Felipe Lavín, socio fundador de Idealis—, quien por estos días se encuentra radicado en Ottawa—, cuenta que encuestó a algunos abogados canadienses sobre el tema y uno de ellos dijo que para un business lawyer, tener un MBA le entrega un respaldo de conocimientos que le otorga credibilidad frente a los clientes. Entre las razones para estudiar este master, la respuesta que ganó “por paliza” fue que querían ser “un mejor abogado de negocios”; la segunda fue que querían tener más opciones al momento de ejercer; y la tercera fue: “I Love business”.
Lo que sacó en limpio al investigar el tema en Canadá, añade Lavín, es que lo más beneficioso de tomar un MBA para un abogado es cómo mejoran su asesorías jurídicas en materia de toma de decisiones y capacidad de advertir los riesgos legales a mitigar. Y como plus, lo ayuda a relacionarse de mejor manera con los niveles gerenciales; en definitiva, adquiere las herramientas para llevar adelante un negocio.
Si se le pide a Cristóbal Silva que piense en algunas de las habilidades que debería tener o cultivar un «abogado de negocios», nombra en primer lugar a la empatía como una característica valiosa “sobre todo en períodos en que la economía presenta dificultades para los clientes”. La flexibilidad es otro atributo importante: “En momentos en que la tecnología se toma espacios desarrollados desde siempre por profesionales, hay que ser suficientemente hábil para reinventarse y buscar espacios de mayor creatividad y donde se agregue valor a los clientes por sobre temas repetitivos y de volumen”, dice.
Junto a humildad y resiliencia —que permiten vivir de mejor manera los períodos duros, de tensión, mucho trabajo y poca retribución— Silva menciona a la discreción, como otra particularidad esencial en un abogado que preste asesorías de negocios: “Ser cuidadoso con la información que uno maneja es uno de los atributos que tradicionalmente se ha cuidado mucho por los abogados y que no debe perderse; es uno de los pilares fundamentales para mantener la confianza que los clientes depositan en sus asesores”.
Construcción, las nuevas asesorías jurídicas
Otra gama de especialidad para apoyar a los clientes que ha mostrado un incremento sostenido, ha sido “inmobiliario y construcción”. “Hay poco especialista en construcción, que entienda contratos de infraestructura y permisos”, explica Daniela Maino, lo que suele resumirse como “infraestructura y EPC” o «epecistas». “Se trata de abogados que tienen que manejar con precisión una serie de conceptos muy específicos y con una experiencia que los habilite para la sintonía fina que se necesita para negociar estos contratos, que son sumamente complejos”, añade.
EPC –Engineering, Procurement (suministros) and Construction; si se le agrega una M significa management–, BOP (balance of plant), BOT (Build, Operate and Transfer) son acrónimos que cada día son más cercanos a los abogados que asesoran a empresas de infraestructura.
Es tanto el interés en la industria legal, que ya habría estudios jurídicos que se están planteando la idea de abrirse a esa área, mientras otros ya se comenzaron a especializar.
Corporativos
El abogado corporativo es el que tiene más alta demanda por excelencia. Pero cualquier abogado que se precie de tal no podrá dejar de decir «hay que distinguir». Porque en una primera instancia deberemos diferenciar si se trata de asesoría externa o de una asesoría in house.
A veces una empresa prefiere externalizar sus servicios legales y le solicita a un estudio jurídico que le preste soporte en distintas modalidades: instala un abogado suyo en oficinas de la compañía por un precio fijo mensual o bien le designa un profesional como interlocutor, que lo atenderá desde el estudio. Probablemente le cobrará una tarifa mensual más un valor por hora que exceda ese fee, aunque la asesoría también puede tener un valor sólo por hora trabajada.
Por supuesto, este tipo de asesorías jurídicas también puede prestarse apoyando al abogado interno en lo que éste necesite.
No se debe olvidar que en el mercado legal existe también la distinción entre un corporativo típico —que lleva los asuntos legales y contractuales relativos a la operación de la empresa y mantiene al día los temas societarios—, del “corporativo duro”, sobre todo si es senior, que es el abogado orientado a las transacciones de compra y venta de empresas, con contacto directo con el gerente general, el directorio o los dueños, y que lleva a cabo las fusiones, divisiones, compra de otras sociedades, disoluciones y más; lo que en inglés se resume como “M&A”.
Leer artículo original publicado por El Mercurio el miércoles 18 de mayo.