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Análisis técnico del TLC Chile-China: oportunidades arancelarias y proyecciones estratégicas
“La eliminación gradual de aranceles ha abierto oportunidades concretas para las empresas chilenas, pero también exige una gestión jurídica proactiva y estratégica”.
Martín Gonzales Solar - 19 agosto, 2025
El Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito entre la República de Chile y la República Popular China, vigente desde octubre de 2006, constituye un instrumento jurídico de relevancia estratégica para la política comercial chilena. En el contexto de la creciente interdependencia económica global, este acuerdo ha permitido consolidar una plataforma de acceso preferencial al mercado chino, facilitando la expansión de las exportaciones chilenas y promoviendo la atracción de inversión extranjera directa.

Uno de los elementos centrales del TLC es la eliminación progresiva de los aranceles aduaneros aplicables al comercio bilateral de bienes. Esta disposición, contenida en el Capítulo 3 del tratado, ha generado efectos jurídicos concretos en materia de reducción de costos de importación/exportación, mejora de la competitividad de los productos chilenos y simplificación de procedimientos aduaneros.
Desde una perspectiva legal, la eliminación de aranceles implica la aplicación de tasas preferenciales conforme a las listas de desgravación acordadas entre las partes. Esto requiere un análisis riguroso de las reglas de origen (Capítulo 4), que determinan la elegibilidad de los productos para acceder a los beneficios arancelarios. La correcta interpretación y aplicación de estas reglas es fundamental para evitar contingencias tributarias y sanciones administrativas.
El impacto del TLC se ha manifestado con especial intensidad en sectores con vocación exportadora, tales como:
— Agricultura: Productos como frutas frescas, vinos y alimentos procesados han accedido al mercado chino con condiciones preferenciales, consolidando a Chile como proveedor confiable en el hemisferio sur.
— Minería: El cobre, principal producto de exportación chileno, ha experimentado una demanda sostenida en China, lo que ha reforzado la posición de Chile como socio estratégico en el suministro de minerales críticos.
— Acuicultura: El salmón chileno ha logrado penetrar el mercado asiático, beneficiándose de la reducción de aranceles y del reconocimiento de estándares sanitarios.
— Manufactura: La importación de insumos y componentes desde China ha permitido optimizar procesos productivos, reduciendo costos y mejorando la eficiencia operativa.
Entre 2023 y 2024, más de 1.000 empresas chilenas exportaron al mercado chino productos como vino, cerezas y salmón. Estas cadenas de valor requirieron el cumplimiento de normas fitosanitarias, la obtención de certificaciones de inocuidad y la verificación de origen conforme a los anexos del TLC, garantizando el acceso preferencial y la fidelización de importadores locales.
En noviembre de 2019, Chile y China suscribieron un protocolo de profundización del TLC, incorporando nuevas disciplinas como comercio electrónico, competencia, medio ambiente y cooperación económica. Este protocolo refleja la evolución de los tratados comerciales modernos, que trascienden la mera liberalización arancelaria para abordar aspectos regulatorios, tecnológicos y de sostenibilidad.
Para los equipos jurídicos, esta ampliación normativa exige una actualización constante en materia de cumplimiento regulatorio, protección de datos, propiedad intelectual y resolución de controversias. Asimismo, se abre un espacio para la asesoría especializada en comercio digital transfronterizo, especialmente relevante en el contexto post-pandemia.
Si bien el TLC ha generado condiciones favorables para el comercio bilateral, persisten desafíos relevantes:
— Competencia internacional: Las empresas chilenas deben enfrentar competidores de países con acuerdos similares, lo que exige diferenciación y cumplimiento riguroso de estándares técnicos.
— Normativas sanitarias y fitosanitarias: El acceso al mercado chino está condicionado al cumplimiento de exigencias específicas, cuya interpretación requiere coordinación entre asesores legales, técnicos y comerciales.
— Inversión extranjera directa: El interés creciente de empresas chinas en sectores estratégicos chilenos plantea interrogantes sobre la protección de activos críticos, la regulación de fusiones y adquisiciones, y la aplicación de normas de revisión de inversiones.
El TLC Chile-China representa un campo fértil para la práctica del derecho comercial internacional. Los abogados corporativos, asesores de empresas exportadoras e instituciones públicas deben considerar:
— La revisión periódica de los anexos del tratado y sus protocolos complementarios.
— La capacitación en reglas de origen y certificación de productos.
— La gestión de riesgos regulatorios en operaciones transfronterizas.
— La articulación con organismos como Direcon, Aduanas y ProChile para facilitar el cumplimiento normativo.
El Tratado de Libre Comercio entre Chile y China ha demostrado ser un instrumento eficaz para la promoción del comercio exterior y la atracción de inversiones. La eliminación gradual de aranceles ha abierto oportunidades concretas para las empresas chilenas, pero también exige una gestión jurídica proactiva y estratégica.
Han existido un par de decenas de actualizaciones normativas entre 2006 y 2025 detalladas en circulares aduaneras. En este escenario, el rol de los profesionales del derecho es clave para garantizar el aprovechamiento integral de los beneficios del acuerdo, asegurando el cumplimiento normativo y la sostenibilidad de las operaciones comerciales.
Martín Gonzales Solar es abogado, diplomado en finanzas; máster en Derecho Chino (LL.M) de la Universidad de Tsinghua y director legal de GS & Co. Abogados y Consultores.
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