Santiago Portaluppi Fernández es miembro activo de la Asociación de Derecho Administrativo de Chile (ADAD)....
Abogados con MBA
Muchos abogados estudian diplomados, LLMs, pero todavía son pocos los que se atreven a estudiar un MBA.
De éstos, Idealis Reports encuestó a casi 50 abogados destacados, algunos de los cuales han “colgado los códigos” y otros que han visto potenciada su praxis jurídica. Casi todos resaltan cómo el MBA los acercó al mundo empresarial.
12 mayo, 2014
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No cabe duda que es una potente herramienta. “Cuando el abogado tiene una perspectiva de negocio y es parte del desarrollo de las soluciones, puede identificar tempranamente los obstáculos y ofrecer alternativas que hagan sentido a la necesidad del negocio e incluso mejorar la idea inicial. Es mucho más profundo que ‘se puede; no se puede y estos son los riesgos’. Por otra parte, te haces parte de la decisión, no te quedas en el rol del consultor. Eso hace que la propia línea de negocio te valore como partner y te siga incluyendo en sus discusiones”, cuenta un abogado que se tituló hace varios años de un MBA.
Es tan baja la incidencia de estudiar este tipo de postgrados, que a muchos los han mirado con cara rara cuando plantean la posibilidad. La mayoría sigue trabajando como abogado y piensa seguir haciéndolo, por lo que habría que descartar el mito que circula diciendo que un MBA es lo que un abogado estudia para dejar de serlo. “Algunos gerentes de la empresa me preguntaban si estudiaba un MBA porque quería dejar de ser abogado. En todo caso, en el futuro sí me veo como gerente general o director de empresas, aunque sin dejar de lado mi profesión de abogado” señala Camilo Labbé, abogado de la Gerencia Corporativa y Legal de Copesa.
¿Qué le aporta al abogado un MBA?
Estudiar un MBA es un desafío académico, que exige dedicarle muchas horas. De ahí la importancia de tener claro qué aporta.
La mayoría de los encuestados apuntan a lo que Felipe Divin, Socio y Gerente de Planificación y Desarrollo de Negocios de Tanner Corredores de Bolsa, señala cómo aquello que lo motivó a estudiar un MBA: “complementar mi desarrollo profesional en áreas donde los abogados normalmente no estamos en condiciones de intervenir. Un MBA entrega herramientas para trabajar no sólo como abogado, sino como un asesor integral”, afirma.
Andrés Jara, Gerente Legal de Aconcagua S.A., apunta a potenciar herramientas que, en sus palabras, “son comúnmente ajenas para los abogados y que cada día cobran más relevancia a la hora de prestar asesoría a empresas. El MBA permite adquirir o profundizar habilidades en finanzas, recursos humanos, dirección de operaciones, estrategia y otros, especialmente útiles en la interacción con clientes internos (en el caso de los abogados que están en un rol in-house), o externos (en el caso de los estudios de abogados).” Gloria Herrera, Jefa de la Unidad Jurídica de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, agrega otros elementos, como la gestión de equipos, liderazgo y análisis de estados financieros.
Pensé en estudiar Comercial
Es común oír que los que salen de enseñanza media entran a Derecho arrancando de las matemáticas. Más que amantes de los números, nuestros encuestados se definen como personas con facilidad y buena preparación matemática. El GMAT es un examen que mide, entre otros, esta formación. La mayoría de los programas de MBA exigen rendirlo.
Pareciera más fácil estudiar primero Derecho y luego otra carrera, que hacerlo al revés. En este sentido, es interesante la experiencia de Santiago Munita, que cursó el MBA de la Universidad de Columbia. “Cuando salí del colegio estaba interesado en dos carreras: Ingeniería Comercial y Derecho.” Optó por Derecho pensando en hacer después un MBA. Así fue. Ejerciendo como abogado, debió relacionarse con el mundo comercial y financiero, reforzando su interés por el programa, “ya que con esta herramienta sería capaz de combinar el conocimiento legal y de inversiones. Elegí un curriculum que se concentra en finanzas y economía global, programa que superó mis expectativas: todo era nuevo y fue 100% aprendizaje”, señala.
“Trabajando como abogado en las áreas de M&A y derecho tributario siempre tuve inquietudes vocacionales respecto de darle un giro a mi carrera hacia el mundo comercial. Entendí que debía atreverme a dar el paso y ver si realmente el mundo comercial era lo mío. Me propuse hacer un MBA en una universidad extranjera enfocada en el emprendimiento, pero previo a los estudios, sentí que para aprovechar realmente el programa debía adquirir experiencia y trabajar igual a como lo hace un ingeniero comercial en Chile. Para ello me fui a trabajar al rubro inmobiliario por 2 años y hoy estoy listo para comenzar mi MBA”, cuenta Felipe Baldwin, actualmente admitido en el MBA de la Universidad de Babson, Boston.
Germán Ilabaca se refiere al aporte que podría ser alguien con este tipo de herramientas en un estudio jurídico. Junto con tener profesionales de alta calidad, requieren también de algún un abogado que haya ejercido como tal y que además tenga conocimientos de administración, finanzas y economía. En su opinión, «un ingeniero comercial difícilmente podrá liderar este proceso de hacer de la oficina una organización sosteniblemente exitosa, dado que normalmente carecen de conocimientos del mercado legal y de la mentalidad compleja del abogado”.
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Felipe Lavín Venegas
Idealis