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Mediación, justicia restaurativa y cambios culturales
«La mediación es un cambio de paradigma. No sólo hay un juez que se hace cargo de las decisiones, sino que nos involucra en el manejo de ese conflicto. Sin embargo, nunca puede ser vista como una alternativa a los tribunales de justicia».
5 junio, 2019
-Cristina Bastidas
El jueves 30 de mayo se llevó a cabo el seminario “Mediación: el otro rostro de la justicia en Chile” en el aula magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile ubicada en Pío Nono 1, en Santiago-Providencia. Estuvo organizado por el Ministerio de Justicia, con la colaboración de Eurosocial (programa financiado por la Unión Europea) y la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
El seminario contó con 3 paneles: el primero sobre experiencias de mediación exitosa en el sector público; el segundo sobre potencialidades de la mediación en la reinserción social adolescente y reparación de las víctimas; y el tercero con el Ministerio de Justicia chileno como impulsor de políticas públicas con foco en la solución colaborativa de conflictos.
La inauguración estuvo a cargo del titular de la cartera, Hernán Larraín; Renée Rivero, Vicedecana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y de Stella Zervoudaki, Embajadora de la Unión Europea en Chile.
Mediación como facilitador de la justicia
“Hemos querido hacer este seminario precisamente para demostrar que la mediación puede constituirse en el nuevo rostro, en una nueva manera de hacer justicia, no sólo de la decisión implacable de carácter vertical, sino que, en la búsqueda de acuerdos colaborativos entre las partes, en donde la justicia facilita este encuentro y busca soluciones más humanas, más directas, más rápidas, incluso de menor costo y, por tanto, permitiendo otras formas de acceder a la justicia. Es un cambio cultural gigantesco que permite acercar la justicia a la gente”, afirmó Hernán Larraín, Ministro de Justicia.
Larraín dijo que ya están en macha la justicia penal y juvenil con tres planes pilotos que han ido demostrando resultados muy positivos y otros que se están impulsando en todo el ámbito de la justicia civil.
Trabajo conjunto entre la Unión Europea y Latinoamérica
Stella Zervoudaki, Embajadora de la unión Europea en Chile, destacó importante tratar este tipo de temas porque llega en un momento donde Chile está debatiendo su reforma judicial penal y pone conjuntamente todos los profesionales de la justicia y el mundo académico para esta propuesta que incluye, la mediación como instrumento de solución de conflictos juveniles en el ámbito penal. «Entonces, en un momento crítico para la reforma en Chile, se pueden compartir experiencias de cómo se aplicó en Europa».
En otras partes del mundo —continuó— por ejemplo, en Estados Unidos, se ha comprobado que, al lado de la justicia tradicional hay otros mecanismos de mediación, de inserción social y educativa que pueden contribuir, no solamente a una paz social y ayudar a bajar los costos de la justicia, sino que lo más importante, ayuda a la prevención del crimen, una mejor inserción en la comunidad y una mejor satisfacción de las víctimas también.
Zervoudaki considera que es una reforma que en Europa se está aplicando cada día más en todos los países que están alineados en esta nueva manera de ver la justicia, porque respeta tanto los derechos de las víctimas —se sienten mejor representados en esta modalidad— como del victimario que lo responsabiliza y ve el daño que ha causado en la víctima. Asume una responsabilidad de repararlo y además respeta un poco a la comunidad, porque luego se puede insertar en ella.
“Todos los estudios muestran que hasta el 80% de las personas que han acudido a este nuevo mecanismo se quedaron contentos y han logrado acuerdos que se están implementando y que se implementaron con satisfacción, añadió la Embajadora de la Unión Europea en Chile».
«La mediación nunca puede ser vista como una alternativa a los tribunales de justicia»
En tanto, la decana (S) de la Facultad de Derecho, Renée Rivero, dijo que “la mediación es un cambio de paradigma. No sólo hay un juez que se hace cargo de las decisiones, sino que nos involucra en el manejo de ese conflicto. Sin embargo, nunca puede ser vista como una alternativa a los tribunales de justicia, porque siempre el Estado tiene que poner a disposición de los ciudadanos un sistema de justicia eficiente, eficaz, con un debido proceso, de manera tal que, si yo quiero ir allí, siempre debo tener la posibilidad de hacerlo”.
La mediación —prosiguió— tiene que ser una vía esencialmente voluntaria, autónoma, en donde las partes voluntariamente deben poder acceder y entender que podemos solucionar colaborativamente, haciéndonos cargo de nuestro conflicto e intentar solucionarlo nosotros mismos, «pero insisto, no puede ser considerada como un sustituto barato a la justicia o en definitiva como una forma de decir: prefiero un mal acuerdo que un buen juicio. Eso no puede ocurrir».
Cabe recordar que la mediación es un proceso en que las partes de un conflicto son asistidas en todo momento por un tercero imparcial, sin poder decisorio, para acordar una solución mutuamente satisfactoria de sus conflictos, respetando en todo momento determinados principios del proceso de mediación.
En ese sentido, “en las experiencias europeas sobre las políticas públicas en mediación penal juvenil, ha habido una reducción de la reincidencia y de la violencia entre jóvenes y, sobre todo, una satisfacción de las víctimas que participan y se sienten mucho más reparadas y más satisfechas con el proceso”, afirmó Helena Soleto, abogada y experta de Eurosocial (programa para la cohesión social en América Latina y la Unión Europea).
¿Mediación o justicia restaurativa?
En la charla que ofreció Soleto, explicó que en la mediación penal el procedimiento más usado es el de la justicia restaurativa, pero hay otros métodos como los círculos: no sólo la víctima y el ofensor participan, sino personas de su entorno o asociaciones o del vecindario, y así el impacto es mayor.
La especialista comentó que en Latinoamérica existen muchas entidades internacionales o agrupaciones de jueces o ministerios de justicia que ya han apostado por la justicia restaurativa, incluyendo a las Naciones Unidas (ONU), y al Convenio Americano de Derechos Humanos, en donde ya van introduciendo esos elementos de justicia restaurativa, sobre todo en el ámbito juvenil que tiene que cambiar, ser más reeducativo y, la justicia restaurativa y la mediación penal son elementos que introducen calidad dentro de ese nuevo sistema.
Alejandro Fernández, Jefe de división de reinserción social del Ministerio de Justicia en Chile, habló sobre la mediación penal juvenil en el marco del proyecto de ley que crea el Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil y separa el SENAME en dos instituciones nuevas, «el servicio de protección que tiene que ver con niños que han sido vulnerados en sus derechos y el segundo servicio enfocado en la reinserción social juvenil que seguirá dependiendo del Ministerio de Justicia.
Para Fernández, todavía hay que hacer un esfuerzo en dos de los procesos más importantes que son el civil y el penal, en donde todavía no se ha podido incorporar de forma relevante. Por un lado, la reforma al Código Procesal civil del nuevo código va a permitir instaurar esa mediación y en el ámbito penal es aún más novedoso, “porque estamos acostumbrados a ver el proceso penal como la búsqueda de una sanción en donde la mayoría de las personas esperan privación de libertad, pensando poco en la reinserción social y resocialización”. La virtud que tienen estos procesos de justicia restaurativa, es que no solamente se preocupa de castigar- sancionar, sino que tiene una mirada, por un lado, en la víctima y por el otro en el ofensor y ver las necesidades e intereses de cada uno.
Para llevar a la práctica estos nuevos procedimientos el Estado chileno se ha apoyado de Eurosocial, un programa un programa de cooperación entre América Latina y la Unión Europea. Actualmente están trabajando en proyectos que pretenden realizar modificaciones en el sistema de salud penitenciaria, la Reforma Procesal Civil y llevar a cabo el piloto de la mediación penal juvenil.
Mediación en los colegios
Otra de las especialistas y expositoras del seminario fue Mónica Contreras, Coordinadora nacional de la unidad de mediación de la Superintendencia de Educación, quien explicó la importancia de implementar estos métodos dentro de las instituciones educativas y agregó que, “hasta ahora la justicia se entiende desde un modelo punitivo y castigador tanto para las víctimas como para los ofensores, no hay una solución ni una gestión de conflictos que sea realmente colaborativa. Esto logra convertirse en humanización de la justicia».
Actualmente, en la Superintendencia de Educación existen dos programas que aplican esta metodología: el sistema de mediadores externos y el de conciliadores, los que según Contreras han dado resultados.
Programas de mediación en Chile y España
Javier Wilhelm, Director del máster en «Mediación profesional» de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, experto de Eurosocial se encargó de explicar las diferencias y las semejanzas que existen en los programas de mediación que se han implementado en Chile y España.
“En España en algunos sitios hay buenas experiencias, pero no tan generalizado como país. En Chile tienen el sistema de las CAPJ que es un sistema que llega casi al 90 o al 92% de la población y eso es algo que da mucha envidia desde otro país porque nosotros no tenemos un sistema que abarque tanto, sino que tenemos sistemas que funcionan bien pero más atomizados en grandes ciudades o en algunas ciudades», señaló.
En la Unión Europea exigen que la mediación familiar sea obligatoria, no así en la mediación penal ni mercantil, a lo que Wilhelm respondió: “Si me lo preguntabas hace unos años te hubiera dicho en mediación civil familiar, te hubiera dicho que no veía bien que sea prejudicial obligatorio, hoy te digo que sí, que está bien que sea prejudicial obligatorio porque la gente sino prueba algo que no conoce no lo usa”.
“En cuanto más judicializado está un conflicto, más difícil es mediar. Es muy complicado porque la gente ya está con muchos abogados con mucho dinero invertido en destruir al otro entonces, cuanto antes mejor. Así, cuando un Estado decide que la mediación es una vía adecuada para sus ciudadanos, la gente lo aprovecha y lo usa. Está dando muy buenos resultados en Italia, un país muy parecido a este en cultura latina, funciona bien”, finalizó Wilhelm.
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