Carta al Sr. Decano de Derecho de la Universidad de Chile

Estimado Pablo:

Ayer, en la excelente charla “Cartografías del feminismo: Sesgo de género en educación“, parte final de un ciclo de 3 actividades organizado por el Centro de Estudios Públicos, expusieron Sylvia Eyzaguirre, doctorada en filosofía e investigadora del CEP; Salomé Martínez, doctora en matemáticas, profesora y encargada de la Dirección de Diversidad y Genero de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile; y Leonor Varas, doctora en ciencias de la ingeniería, profesora y directora del DEMRE, de la U. de Chile.

Quiero llamar su atención sobre 2 ejemplos que se dieron en el espacio de preguntas y respuestas, donde el público podía expresar sus comentarios e interrogantes, micrófono en mano.

El primero de ellos fue la experiencia de un asistente, que comentó conocer una escuela en el puerto de San Antonio, donde alumnas de 2º básico hicieron una “toma” para reclamar que no tenían un espacio adecuado para jugar: el colegio sólo disponía de multicanchas. Tras la “movilización”, se dispuso para ellas un espacio en alguna parte del terreno. No era el mejor, pero algo era. Tras el caso, preguntó si había estudios sobre sesgo de género en infraestructura. La respuesta de Salomé Martínez fue que no conocía ninguno, pero retrucó con otro ejemplo.

Sus palabras fueron más o menos así: que en el patio de la Facultad de Ingeniería andaban robots jugando fútbol; que si se estaba haciendo todo un esfuerzo integral para atraer a las mujeres a la matemática ¿a nadie se le había ocurrido que probablemente ellas no iban a sentir gran fascinación por la robótica con los robots jugando a la pelota? Sacó risas y aplausos.

Entonces, aunque no tengan que ver con sesgo de género, las imágenes a continuación sí tienen que ver con mujeres e infraestructura. Las sugerencias para no publicarlas fueron del tenor: “¿Y por qué es noticia?”, “Pero si es la Chile… desde que me acuerdo que los baños son así” o “¿Y has visto los baños de los hombres?… son peores”.

Pues bien, conozco muchas escuelas de Derecho y ninguna tiene sus baños de mujeres en este nivel de abandono. Y no, no he visto los baños de los hombres. Es muy probable que usted tampoco haya visto los baños de las alumnas.

Por ello, y dado que está próximo a asumir su mandato, creí pertinente mostrárselos, tal como los ve cualquier estudiante, profesora o visita que al entrar a la Escuela, lo primero que ve, a su derecha, son unas lindas puertas, con las tradicionales letras metálicas que dicen “ALUMNAS”.

¿Tienen responsabilidad las estudiantes en el estado de los baños? Sí, en los rayados, pero no en la mantención, la pintura, los azulejos, los hoyos en las paredes, el vaciado de los papeleros, la limpieza de las lámparas…

Le saluda cordialmente,

 
Sofía Martin Leyton
Abogada Universidad de Chile

 
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