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jueves, 28 de marzo de 2024

columnas opinión

Abogados de emprendedores

“Durante los últimos años hemos tenido en Chile una explosión en el número de empresas creadas cada año, en especial aquellas dedicadas al desarrollo de algún proyecto relacionado al área de la tecnología”

Cristóbal Silva B. - 16 septiembre, 2014

Cristóbal Silva B.
El origen del aumento de este tipo de empresas se explica por muchos factores, pero uno de los principales es el gran impulso que han recibido desde el gobierno, con programas como Start-Up Chile, los capitales semilla de CORFO, y un sinnúmero de otras líneas de financiamiento que operan a través de fondos de inversión e incubadoras de negocios.

Toda esta ayuda y trabajo ha generado que Chile se convierta en un polo de innovación reconocido a nivel mundial, aumentado el número de empresas de este tipo ya sea fundadas por chilenos o por emprendedores que vienen desde el extranjero a probar suerte al “Chilecon Valley”. Prueba ésta tendencia son las casi 1.000 empresas que ha financiado el programa Start-Up Chile en 4 años o las más de 10.000 que ha apoyado CORFO durante el mismo plazo.

Este aumento de empresas tecnológicas representa un desafío y una oportunidad que no muchos abogados u oficinas de abogados han sido capaces de abordar, ya que este tipo de proyecto a pesar de ser legalmente una empresa como cualquier otra tiene una serie de particularidades:

a) Financiamiento: Al ser mayoritariamente empresas basadas en conocimiento, y por tanto carecer de activos físicos, son raramente sujetos de crédito por bancos o instituciones financieras, situación que se agrava por la alta tasa de fallo que tiene esta industria. Esta dificultada para obtener financiamiento tradicional ha forzado a buscar recursos a través de subsidios del gobierno o del poco capital de riesgo disponible.

El problema es que en Chile no hay larga tradición de este tipo de inversiones, por lo que la mayoría de las estructuras y documentos que se utilizan han sido copiadas y adaptadas de otras legislaciones, mayoritariamente de USA. Lo anterior fuerza a que los abogados que trabajan en estos temas deban tener conocimientos de inglés, lo que disminuye drásticamente las posibilidades de abogado para los emprendedores.

b) Escala global: A pesar de ser empresas nuevas y con equipos de trabajo muy reducidos estas compañías de alto crecimiento se enfrentan a competencia global, y por lo tanto son forzadas a exportar sus productos y servicios de forma muy temprana, lo que genera pequeñas multinacionales con todas las dificultades logísticas y legales que conlleva para una empresa la operación en varios países pero agravada por la falta de estructura administrativa adecuada. Lo anterior fuerza a los equipos legales a ser muy creativos de forma de estructurar estas operaciones de la forma más eficiente posible sin contar con la escala y recursos de una empresa de mayor tamaño.

Estas particularidades exigen abogados altamente creativos, con dominio de una variedad de especialidades y con la habilidad de trabajar en otros idiomas, pero representan una gran oportunidad para las nuevas generaciones de abogados de desarrollar sus carrearas trabajando en temas interesantes, y en una industria con un alto potencial de crecimiento. El problema, como alguna vez me lo dijera un emprendedor alemán es que “son empresas con problemas muy sofisticados pero sin plata”, lo que es una invitación a las oficinas de abogados a generar estructuras de honorarios que les permitan apostar en los clientes del futuro.

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team_csilvaAbogado de la Universidad Católica de Chile, Magíster en Derecho de Northwestern University, Chicago y Certificado en Management de Kellogg School of Management. Tiene experiencia en derecho corporativo, venture capital y tecnologías de la información. Director de varias empresas, y profesor de “Protección y Financiamiento de la Innovación” de la Facultad de Derecho, Univ. Católica de Chile.

 

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